Editorial #663 – En el limbo
La amenaza populista se cierne sobre cualquier rincón de la región
En su más reciente artículo, el escritor argentino Miguel Wiñazki nos obliga a pensar, por lo acertada de la reflexión que hace sobre su país, también a gran parte de la región.
En éste, afirma que estamos “en el limbo: y el limbo ni siquiera existe ya para la teología.
Lo clausuró del canon el benemérito Benedicto XVI. Dictaminó que el limbo, ese sitio borroso que no es ni el paraíso, ni el infierno, ni siquiera el purgatorio, ya no tiene entidad para el catecismo imperante. El limbo era un No-Ser. Una forma de No-estar en el mundo ni en el trasmundo. Un realismo No-Lugar.
Un agujero negro.”
La amenaza populista no cesa y se cierne sobre cualquier rincón del continente. Muchas de nuestras naciones están en el limbo; otras, ya llegaron definitivamente al infierno, como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En algunos lugares, donde creían que el chavismo nunca iba a tocarles la puerta -como Chile, por ejemplo-, hoy finalmente se dan cuenta de que nadie está a salvo de caer en sus garras. Esperemos que no sea demasiado tarde.
Quienes todavía conservan sus instituciones, como Colombia, Brasil y Ecuador, también ven la amenaza socialista muy cerca. La desestabilización de sus democracias es un objetivo prioritario del Foro de Sao Paulo, conscientes de que, si estos últimos pilares de resistencia republicana caen, estarán mucho más cerca de alcanzar el objetivo con el que tanto soñaron Fidel Castro y Hugo Chávez.
Pero el problema no es solo político. Mientras el mundo ya empieza a transitar el camino de la pospandemia sanitaria y económica, con la mirada puesta en un futuro de recuperación y desarrollo, nuestra región es todavía el epicentro mundial de la pandemia y aún lucha por salir de la segunda ola antes de que llegue una tercera que, por lo visto, nos agarrará tan mal preparados como la primera.
No hay vacunas suficientes y, cuando llegan, no existe la capacidad de vacunar con la rapidez que se requiere. Los casos de vacunas “VIP” para los poderosos son incontables, mientras que las irresponsables medidas económicas solo aseguran que el camino de recuperación será largo y doloroso. La cuarentena y las restricciones han sido la mejor excusa para algunos gobiernos en su afán de aumentar los controles y restringir las libertades.
Mientras tanto, increíblemente todavía se discute si en Venezuela y Nicaragua hay democracia, si se violan los Derechos Humanos, o si son posibles “elecciones libres” bajo el control de estos regímenes. Si para algunos a esta altura todavía existe alguna duda, es mejor no esperar que alguna vez se convenzan.
Del limbo al infierno hay solo un paso. Y por más que la Iglesia afirme que éste ya no existe, nuestra región es el mejor ejemplo de que están equivocados.
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