Editorial #705- Recalculando
Cualquier diagnóstico y replanteamiento de una estrategia debe partir del análisis objetivo de la realidad. Es lo mínimo que podemos hacer hoy y eso nos lleva a una conclusión inevitable: la región entra en su etapa más oscura en décadas.
Casi todo el continente está «pintado de rojo» y, con la victoria de Petro en Colombia y la posibilidad de una de Lula en octubre en Brasil, se presentaría el peor escenario político en mucho tiempo.
Los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua no solo han encontrado estabilidad, sino también complicidad de algunos gobiernos democráticos de la región. Esta es una situación muy diferente a la que existía hace solo dos o tres años, y que cambió no solo por no haber logrado los objetivo en esos países, sino también por haber perdido importantes oportunidades que se presentaron en lugares como Argentina, Venezuela y Bolivia, por ejemplo.
Mientras tanto, Estados Unidos también ha flexibilizado su posición y disminuido su presión, lo cual ha debilitado a los actores de lucha locales en cada una de las naciones.
El socialismo se ha mantenido, ha retornado o ha conseguido el poder. Sin embargo, hay una variable muy importante que no debemos ignorar: el populismo sin plata no sabe gobernar.
Hoy, en plena pospandemia y con una economía con grandes dificultades, los tiempos políticos se acortan y la paciencia de la gente es limitada: los ejemplos más recientes son Perú y Chile, donde gobiernos con pocos meses de gestión ya enfrentan altos niveles de rechazo.
Es por eso obligación de las alternativas democráticas construir y presentar a la gente propuestas realistas y responsables que, finalmente, puedan conseguir el apoyo mayoritario para encaminar a nuestros países en una nueva dirección.
Para eso, se necesitan tre cosas básicas: i) un liderazgo serio en cada país; que genere confianza; ii) un plan programático integral y liberal; y iii) la coordinación entre los actores y aliados que compartan esta visión a nivel regional e, incluso, global.
De lo contrario, sucederá lo mismo que viene sucediendo hasta ahora: si se hacen las cosas mal, las cosas seguirán saliendo mal.
Twitter: @MiguelVelarde
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