L´avortement

Ahora tiene un inconfundible sello francés, elevado el asunto a rango constitucional. Por supuesto, los venezolanos somos ajenos a este o cualesquiera problemas de carácter universal, porque exclusivamente nos atañe el continuismo oficialista: así está diseñado el sistema, y, si fuera el caso, cuál es el problema de reformar la Constitución, incluso, por la vía de la reinterpretación jurisprudencial, e imitar la solución europea. 

Jérôme Roux, profesor de derecho público en la Universidad de Montpellier, alerta que la reforma puede afectar otros derechos constitucionales, como la libertad de consciencia (Le Figaro, París, 06/03/2024). Antes, había comentado el padre Santiago Martín la advertencia del monseñor y también galeno  Michel Aupetit en torno a la supresión de la objeción de consciencia, obligados los médicos a practicar el aborto (01/03/24: https://www.youtube.com/watch?v=SrBoF5Ix3gg); por cierto, el arzobispo de París había sido víctima de una falsa acusación de la que judicialmente resultó sobreseído (https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=47479), generando un daño irreparable en la persona y en la institución que representa.

El profesor Roux, en la fuente citada, observa que la decisión revocatoria de la Suprema Corte estadounidense de 2022, dándole de nuevo vigencia a la decisión de Roe versus Wade de 1973, causó mucho sobrevuelo entre los franceses, a pesar de las sentencias que consagran el “derecho al aborto” en la perspectiva del artículo 2 de la Declaración de los Derechos Humanos y Ciudadanos y, concretamente, en la de la libertad de la mujer, añadida la de interrumpir su embarazo. En todo caso, coincidieron todos los sectores ideológicos y políticos, añadidos los extremos de derecha e izquierda, en la sanción de la reforma constitucional, claro está, saludada por Emmanuel Macron (https://www.youtube.com/watch?v=FEL1WoOGuzY). 

Obviamente, somos partidarios de la vida, pero se nos antoja curioso e innecesario que llegaran tan lejos en una Francia que la entendemos en una encrucijada civilizacional ante el avance del fanatismo islámico y el descrédito creciente del mundo occidental y, siendo  necesario decirlo, cristiano en razón de los valores que lo sostienen. Sin embargo, pendiente la eutanasia, el padre Martín ejemplificó las “pequeñas señales” o “signos extraños y maravillosos” que nos hace un poco más optimistas al aumentar el número de catecúmenos y bautizados católicos, haciéndose tendencia entre los jóvenes, además, de origen musulmán: “murmullo de ángeles”, movimientos de la llama de la vela, anunciándose las primeras luces del alba (29/03/24: https://www.youtube.com/watch?v=h72FV1iV27k).

Ciertamente,  corremos el riesgo  de importar a Venezuela un problema como el del aborto, en los términos planteados en Estados Unidos o Europa occidental, constituyendo un agigantado recurso de distracción en manos de los socialistas de la hora, capaces de todo, incluyendo la negación de las más elementales y constitucionales condiciones electorales.  Cacofonía aparte, no dejemos de prestarle atención a un problema tan agudo, porque tarde o temprano llegará la polémica.

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