No es momento para cambiar de estrategia
Editorial #305: Los días que nos quedan
La semana pasada los venezolanos dieron, una vez más, un contundente mensaje: quieren cambio. Era predecible, el país enfrenta la peor crisis de su historia que hoy se traduce en un drama humanitario sin precedente.
Por eso, cientos de miles de personas inundaron los puestos de recolección de firmas para poner la suya y solicitar el inicio del proceso que debería culminar en un referéndum revocatorio contra Nicolás Maduro. En esta primera etapa, se requerían 195.721 firmas y se obtuvieron 1.102.236; cinco veces más que las necesarias.
Pero no nos engañemos: este fue un primer paso que sin duda sirvió para sentirnos fortalecidos. Sin embargo, son varias y complejas las etapas que quedan por delante y sobre ellas podemos tener una sola seguridad: el gobierno se encargará de hacerlas aún más difíciles.
Ahora comienza el proceso en el que el Consejo Nacional Electoral (CNE) verificará las firmas, para lo que tiene un lapso establecido de cinco días hábiles. Luego, hay un periodo de 15 días hábiles establecidos por el CNE para definir la logística de recolección de firmas del 20%. La oposición tendrá tres días para recolectarlas, luego el Poder Electoral tiene otros 15 días hábiles para verificarlas. Después viene un lapso de 20 días hábiles para definir la logística.
Luego de realizar este proceso, el CNE cuenta con tres días más para anunciar si las firmas son válidas. Posteriormente, tres días más para anunciar la convocatoria de la elección. Para organizar estos comicios el ente cuenta con 90 días. Una vez realizado el referéndum revocatorio, la oposición debe obtener una votación igual o mayor a la que sacó Nicolás Maduro cuando fue electo presidente, el 14 de abril de 2013; es decir, 7.587.532 votos o más. De ser así, el CNE debe convocar a nuevas elecciones presidenciales.
Adicional a todo esto, hay una fecha que no podemos olvidar: 10 de enero de 2017. Solamente si el referéndum revocatorio se lleva a cabo antes de ese día, tiene sentido hacerlo. Después, al cumplir Maduro cuatro años en el cargo, incluso si lo pierde, quien concluye los dos años siguientes como Presidente sería el Vicepresidente, que no necesariamente sería el actual, sino muy bien podría ser Cilia Flores, Nicolás Maduro hijo o quien Maduro desee.
El mismo día en el que el CNE entregó la planilla –debido a que se convocó una masiva movilización nacional para exigirla- el Ejecutivo anunció que miércoles, jueves y viernes serían “no laborables” para el sector público. Además de los devastadores efectos que esto tiene en la agónica economía del país, también tiene un impacto negativo en los tiempos que la oposición había calculado para que el referéndum se haga este año. Todos los plazos que el CNE tiene para activarlos se cuentan en días hábiles, por lo cual ahora no existe claridad en si los tiempos alcanzan, ya que desde febrero que se decretó que el sector público trabaja solo media jornada para “ahorrar electricidad”, en términos reales, lo hacen un solo día a la semana: mitad del lunes y mitad del martes.
La algarabía es buena, nos alimenta la esperanza, pero no es todo. La misma Mesa de la Unidad Democrática decidió hace poco que apoyaría todas las vías constitucionales para lograr el cambio político. No creemos que sea el momento para cambiar de estrategia, por un motivo muy simple: cualquiera de ellas va a enfrentar obstáculos que la pueden hacer inviable, y apostar todo a una sola sería catastrófico.
El cambio no solamente es un deseo de la gran mayoría de los ciudadanos, sino que se ha convertido en una necesidad para un país que se desangra. Las condiciones están dadas y debemos concentrar toda nuestra fuerza en los días que nos quedan en esta desgracia.
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