Una nueva estrategia
Creación. Tal vez sea renacer como el ave fénix, de las cenizas; creer estando en un mundo desordenado, vacío y en tinieblas; empezar desde cero, hacer algo que no se había hecho antes; arte, imaginación, perseverancia. Creación. Hace unas semanas en una obra de teatro escuché que crear era resistir y resistir era crear, la relación entre creación y resistencia es obvia para quienes tiene que ser obvia. Ante las críticas de aquellos que opinan que este es un pueblo sumiso, que hasta que no se tomen las calles no habrá ningún cambio, yo guardaba dentro de mí una pequeña duda… ¿realmente es esa la única forma de resistencia?
Ciertamente las protestas son conocidas universalmente como un fenómeno que expresa lucha y resistencia, no voy a discutir eso, pero es importante tener en cuenta las respuestas de la lucha que estamos afrontando, es decir, una lucha debe ser pensada no solo desde el deseo de ser libre sino también desde la posibilidad de serlo, en otras palabras, es muy similar a ese comentario que se excusa diciendo “yo tenía las intenciones de…”, el problema está en que de intenciones no funciona el mundo, sino de hechos. Y también es cierto que, las protestas son una pieza clave de movilización política, donde las personas se unen entorno a un sentimiento colectivo, pero también bajo las intenciones “ocultas” de cúpulas dirigentes. Y como en el mundo real no es como en el ficticio, donde hay un bando bueno y un bando malo, sino que todos somos seres humanos racionales, corruptibles y con capacidad de decisión, con personalidades y experiencias de vida extremadamente complejas, no sería acertado culpar a ciertos bandos y endiosar a otros.
El voto es otra forma de lucha y resistencia, lo más democrático que puede aplicar en el sistema sociocultural predominante, al parecer; pero resulta curiosa la actitud carismática del venezolano hacia los seguidores políticos, convirtiendo a estos últimos en especie de mesías, superhéroes, salvadores; creyendo, por algún motivo, que con mojarse el dedito de morado una vez cada seis año y colocando el selfie en Instagram es suficiente, sin percatarnos de que en ocasiones el fuerte deseo de ver algo cumplido pisotea la memoria histórica, y luego nos preguntamos “por qué” mientras volvemos a repetir los mismos pasos.
Sin ánimos de ofender a los votantes ni a los que protestan, mi único cuestionamiento se presenta ante la situación de que… ya va… yo quiero un cambio, y no lo quiero porque a alguien más se le haya ocurrido primero, no lo quiero como consigna, ni lo quiero porque pertenezca a un grupo político y no a otro, o porque vaya a cambiarme ahora de grupo… es que… de verdad… lo digo en serio. Y pido disculpas si ofendo a alguien al haber llegado a la conclusión de que protestar y votar me resultan insuficiente, no estoy incitando a que se deje de votar o protestar, pero como la cosa no termina de hacerme armonía en la cabeza se me ocurrió pensar en esta cuestión de crear. No sé si me explico.
La creación como modo de resistencia, la creación como forma de lucha, la creación como decisión para lograr el cambio (no esperar el cambio… digo, ¿y si no llega?), la creación para rehacernos, la creación para hacer parir sonrisas, la creación porque el ser humano no solo puede destruir, también puede, si lo quiere, construir. Tengo la bendición de poder ser testigo y partícipe de procesos de creación, desde ciertas cosas que hago me rodeo de aquellos que de alguna manera soy parte, no desde un sentimiento, porque no todos los días me levanto sintiendo ganas de trabajar o de prepararme, sino desde una visión. Así que sigo insistiendo aunque no tenga las ganas, porque hay algo mayor que vale la pena.
Creación, el inicio después del fin.
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