¡Sueña, actúa y ten fe!
Nuestro anhelo por una mejor Venezuela requieren de varios elementos, he aquí mis sugerencias para lograrlo.
Creo que Dios coloca en nosotros la semilla de la grandeza y esa chispita interna nos hace soñar, querer, anhelar. Ahora, si bien Dios coloca esa chispa en nosotros, es nuestra responsabilidad hacerlos realidad. Esto es igual tanto en lo individual como en el colectivo. Con respecto a Venezuela, aunque se es un tema muy complejo, aquí quiero plasmar mis sugerencias desde lo que se y creo.
Si vemos a Dios como un padre amoroso (esa es la imagen que tengo de Dios) no creo que coloque la semilla del deseo de una Venezuela libre, si de antemano sabe que no podemos lograrlo. Por el contrario, como padre, espera lo mejor de nosotros y nos da las herramientas (sobre todo las internas) para alcanzar esa Venezuela. Ahora, también hay retos que representan nuestra oportunidad de crecimiento y aunque Dios tenga el poder para vencerlos, forma parte de nuestro recorrido y aprendizaje. ¿Qué padre le hace todo a sus hijos? Estaría creando minusválidos y el objetivo de una madre es hacer que estos crezcan para convertirse en seres independientes, capaces y felices.
Entonces, volviendo a nuestra meta para Venezuela he aquí lo que desde mi experiencia es imprescindible para materializarlo:
1.- Mantén vivo el sueño. Enfócate en aquello que quieres tanto como te sea posible. Aquí es valiosa la información divulgada por “El Secreto”. Se trata de dedicar parte de tu día a sostener la imagen, pero sobre todo la emoción al lograr esa meta. Cierra tus ojos un par de minutos varias veces al día, imagina cómo sería la sensación del logro de ese sueño, la celebración de esa meta tan deseada, tu sonrisa y sentimiento de gratitud por haber alcanzado ese sueño. Dado lo compleja de la meta, a veces es más importante enfocarte en el momento del logro y dejar que sea tu subconsciente (y el del colectivo en comunión con Dios) el que se encargue de generar las ideas que te llevarán a materializar ese sueño. En mi caso, yo imagino, escribo y publico en mis redes con frecuencia mi idea, que es: Gracias Dios por una Venezuela libre, próspera, consciente, unida, democrática, soberana, segura y en paz.
2.- Define un plan de acción: Considera las actividades que debes llevar a cabo para la consecución de esa anhelada Venezuela. Ya que estamos hablando de un sueño en equipo, debe haber una persona que guíe ese plan de acción y si bien puedes contribuir con algunas otras ideas, es importante dejarte guiar, confiar en quien lidera ese anhelo. Tu parte en este caso es elegir conscientemente a la persona en la que quieres creer.
3.- Actúa! Da un paso cada vez y cuando no puedas darlo, mantente avivando el sueño. Hay veces que se requiere detenerse, mirar ángulos nuevos, pero siempre se puede persistir en el logro de lo que se desea. Este paso es muy importante, a veces no tenemos ni la fe ni la paciencia y abandonamos los sueños muy pronto, para no lidiar con la frustración de no lograrlo, cuando puede ser que estemos más cerca de lo que creemos. Persiste, insiste, haz. Esta meta está en nuestro corazón, porque podemos lograrlo, así que pon todo de ti. ¡No desperdicies tu tiempo en la queja! Más bien, compórtate a la altura de esa Venezuela en la que quieres vivir. Se un ciudadano coherente y responsable.
4.- Ten paciencia y fe! Confía en que este anhelo por una mejor Venezuela es posible y si estas haciendo todo lo que está en tus manos para lograrlo, el resultado llegará en algún momento, de hecho está ocurriendo, ¡ya esta Tierra de Gracia y sus habitantes estamos cambiando! Aunque el panorama luzca muy complejo, aférrate a la fe, sabiendo que lo que deseamos se concretará en el tiempo correcto y que Dios tiene buenos planes para nosotros. Aquí te pongo un ejemplo, cuando siembras una semilla, no regresas a donde la sembraste a cada rato y remueves la tierra para ver si la semilla está creciendo o no. Simplemente confías en que allí está ocurriendo lo que debe suceder, incluso cuando no puedes verlo. Al tener fe en el proceso y saber que has hecho lo que estaba en tus manos, tu tarea es esperar a que ocurra lo que debe ocurrir.
Ciertamente grandes sueños también tienen grandes obstáculos, pero nuevamente, si lo estamos soñando es porque podemos lograrlo. Así que ánimo, enfoque, fe, paciencia, persistencia y acción. ¡Eres dueñ@ de tu destino! ¡Somos dueños de nuestra Venezuela!
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