El Troll, el carro noruego que nació muerto
Noruega no es un país conocido por tener una industria automotriz longeva, de hecho a lo largo de su Historia y hasta nuestro presente en Noruega no ha habido más de 10 marcas automotrices, pero sólo una buscó proyectarse a una producción en masas suficiente para suplir a los noruegos de un carro accesible, sino además de convertirse en el primer exportador automotriz noruego. Sin embargo fue un proyecto que nació muerto y que además se llevaría a la tumba a buena parte de quienes lo fabricaron y dejaría en la ruina a su procreador.
Su origen
El Troll de 1957, fue un automóvil fabricado por la Troll Plastik & Bilindustri, con su sede en Lunde, Noruega. Con éste automóvil se tenía la intención de tener una industria automotriz noruega que por lo menos pudiera equipararse a la de su vecina sueca. El proyecto fue concebido por Per Kohl-Larsen, propietario de la empresa, en conjunto con el Ingeniero alemán Hans Trippel, quien había trabajado anteriormente en la Mercedes-Benz y estuvo a cargo del diseño del mecanismo de las puertas del Mercedes 300 SL “Gulwing”. También fue el diseñador de un peculiar automóvil llamado “Amphicar”.
Per Kohl-Larsen, padre de la criatura
El objetivo era fabricar un automóvil para las masas noruegas, para quienes se les hacía muy difícil adquirir un automóvil. Por éste motivo y sin un capital elevado comenzaron el proyecto, el automóvil debía ser un coupé con puertas de apertura inversa “puertas suicidas”, debía medir 3.85 metros de largo 1,29 de alto. El plan se llevó al escritorio del entonces Primer Ministro Noruego Einar Gerhardsen, quien se demostró interesado en el proyecto y la idea de motorizar a Noruega con un automóvil hecho en casa, es más Gerhardsen le prometió a Larsen que le permitiría fabricar 2000 unidades. La idea era fabricar un modelo 2+2,2 asientos delanteros y 2 adicionales en la parte trasera, pero con poco espacio, sin embargo una de las condiciones que impuso el estado noruego era que automóvil tuviera 4 asientos como tal con espacio para los 4 pasajeros.
Comienza el trabajo
El proyecto se inició en 1954 con un grupo reducido de empleados altamente motivados por Per Kohl-Larsen pero sin experiencia alguna trabajando con automóviles, es más, el mismo Per Kohl-Larsen estudio Ciencias Agrónomas e hizo fortuna en el negocio del café frica y fue quien diseñó el automóvil, otro de sus empleados Oddvar Lunde era panadero de oficio y aún así le diseño las aletas que van colocadas sobre el guardafangos, así como el logotipo de la marca, una T colocada sobre fondo rojo. Aún así trabajaron altamente motivados por Larsen, a pesar de que estaban mal pagados, se les pagaba 4 Kronen por hora, cuando una caja de cigarrillos costaba siete Kronen (La moneda noruega).
El proyecto se inició con un grupo reducido de empleados altamente motivados por Per Kohl-Larsen pero sin experiencia alguna trabajando con automóviles
El Troll no superaba los 700 kilos, incluso era 130 Kilos más ligero que un automóvil de su mismo tipo pero de acero, esto debido a una gran innovación en el momento, la fibra de Vidrio. Larsen se percató de que éste material era más económico ya que su empresa se dedicaba a la manufactura con plástico, también era más ligero, esto ayudaba, tanto a reducir costos como a poder desarrollar mayores velocidades. Éste sería el primer automóvil comercial europeo en tener una carrocería de fibra de vidrio, mientras que en Estados Unidos, ya Chevrolet fabricaba su Corvette en ése material.
Ya se tenía la carrocería, quedaba pendiente la planta motriz y el interior. El motor era el que utilizaba el Gutbrod, un micro-carro hecho en Alemania, se trataba de un motor dos tiempos de 700cc y 30Hp. y un sistema de inyección de gasolina Bosch que permite al Troll llegar a una velocidad máxima de 130 Km/h. La idea era que los motores Gutbrod se reemplazaran posteriormente por motores del fabricante sueco SAAB, que eran más económicos de traer a Noruega. La transmisión era del mismo fabricante, una caja de 3 velocidades, pero con la particularidad de que no tenía retroceso.
El interior de los prototipos tenían orígenes variados, asientos de Ford Taunus colocados adelante en un ejemplar y atrás en otro ejemplar, volantes de Goliath, otro automóvil Alemán, los cauchos y tazas (tapacubos) provenían del Opel Rekord.
Un buen comienzo, pero…
Hubo una serie de situaciones que dificultaban el desarrollo del Troll, el primero era un conflicto interno. Dentro del equipo de diseño estaban 2 alemanes Bruno Falck y Hans Trippel, el problema era que la segunda guerra mundial tenía poco tiempo de haber finalizado y Larsen tenía una relación turbulenta con Trippel ya que Larsen detestaba que un alemán le diera órdenes, un resentimiento que se origina con la invasión alemana de Noruega durante la guerra.
Otro elemento tenía que ver con las relaciones un tanto sumisas de Noruega con la Unión Soviética, uno de los acuerdos entre ambas naciones dictaminaba que Noruega estaba obligada a comercializar dentro de su país exclusivamente automóviles soviéticos, a cambio la Unión Soviética importaba de Noruega harina de pescado. A pesar de esta circunstancia y de las relaciones un tanto turbulentas con Trippel, el trabajo se llevo a cabo, no solo con el apoyo del Primer Ministro Noruego Einar Gerhardsen, sino además con un préstamo otorgado por el ayuntamiento de Lunde, ciudad en donde estaba instalada la fábrica de Larsen.
Sin embargo, el préstamo estaba sujeto a presentar un ejemplar prototipo, cosa que se retrasaba mas y mas en parte porque las relaciones entre Trippel y Larsen terminan repletas de falta de entendimiento y confianza y se distancian, ahora Larsen estaba solo y sin el préstamo en las manos Larsen tuvo que invertir su propio dinero para finalizar el prototipo.
Los políticos siempre con sus malas decisiones
Justo cuando la situación era apretada para Larsen, le llegaron más malas noticias: El gobierno noruego reducía de 2000 a solo 15 las unidades que compraría, Larsen busca la opción de exportar, pero de nuevo, sin un prototipo listo no podía ofrecer nada. Finalmente en 1957, Larsen conduce su prototipo a Oslo y lo presenta en el Parlamento, la reacción del público no era lo esperado, se notaba cierta indiferencia y se tenía dudas de la confiabilidad de la carrocería de plástico, hasta que un grupo de estudiantes comenzaron a saltar en el techo del carro y notaron que no se hundía.
El Troll en el Parlamento noruego en Oslo en 1957, rodeado de escépticos y apáticos
Con esto Larsen se muestra convencido de poder competir con los automóviles soviéticos y comienza a ofrecer sus automóviles, el primer automóvil entregado fue el 1ero de mayo de 1957, en un sorteo, mientras que la primera persona en pagar por un Troll fue un caballero llamado Knut Moen, encargado de pintura del taller de Troll.
Pero como siempre los políticos y sus malas decisiones, el gobierno noruego decide a última hora rechazar el apoyo a Larsen y el nacimiento de una industria automotriz propia para no romper el convenio con la Unión Soviética, como consecuencia, al ver que el apoyo del Estado se desvanecía, los posibles inversores privados también se retiraron.
Un colapso que no debió suceder así
Larsen tuvo que invertir todo su dinero para llevar al cabo el proyecto, cumplió con su parte de tener el prototipo para poder recibir la ayuda financiera, pero a última hora, el gobierno decide echarse para atrás y no apoyarlo, para 1958 Larsen tuvo que declararse en quiebra y vender su propio Troll. Cuando las personas que habían pagado para recibir sus Trolls le reclamaron la devolución del dinero, Larsen tuvo que vender su casa para pagarle a sus acreedores.
Tiempo después, en una entrevista Larsen diría: “Para mí y mi familia supuso la ruina, la depresión se clavo en mi como una aguja durante 2 décadas.” Posteriormente encontraría un trabajo como operario en una fábrica y moriría en el 2001. En 1991 concedió una última entrevista en la que dijo: “Me he pasado la vida buscando nuevos retos, pero la aventura del Troll me dio el final más amargo que uno pueda imaginar. Pero las perdidas no fueron solo materiales, sino humanas también, ya que buena parte del personal que trabajaba en el taller falleció por intoxicación ya que los empleados que trabajaban con la fibra de vidrio no utilizaban mascaras, solo Odvar Lunde que trabajaba en un cuarto al lado del taller ha logrado vivir hasta ser abuelo.
Un total de 15 Trolls se fabricaron entre 1956 y 1958, la mayoría están exhibidos en museos en Noruega, y hasta donde se sabe solo está en funcionamiento y pertenece a un coleccionista noruego, que además esta restaurando otro Troll.
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