Las consecuencias de la libertad de expresión
Para nadie es un secreto que en Venezuela la libertad de expresión no es más que esa típica norma que cambia completamente durante la transición de la teoría a la realidad, los medios cuentan “la verdad” que mejor les parece, autocensurándose o modificando los hechos a su antojo, para quienes no lo sepan los periodistas bien sabemos que para mentir no hace falta cambiar los hechos, simplemente basta con cambiar la manera en la que son contados.
La manipulación de la verdad no es algo natural del periodismo venezolano, es un fenómeno recurrente en diversos lugares del mundo, las editoriales siempre tendrán sus intereses y tendencias propias, al fin y al cabo se debe publicar lo que ellos saben que venderá más.
Los cuídanos siempre exigimos que la información sea verdadera y objetiva, lamentablemente esta es una meta muy lejana a la realidad, la opinión o inclinación de algunos pocos siempre sale a relucir a través de las noticias, claro con discreción y ética de por medio pero ¿qué pasa cuando la ética no existe?, ¿hasta dónde puede existir “Libertad de Expresión”? aunque claramente el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos dice que: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.» muchos toman por sentado donde empiezan y terminan los derechos de los demás.
Medios digitales: ¿la solución?
Gracias a la falta de información el venezolano acude a las redes sociales para informarse mejor del acontecer nacional, lamentablemente hay personas que se aprovechan de esta carencia usando estrategias de amarillismo y manipulación, en las cuales lamentablemente muchos venezolanos muerden el anzuelo fácilmente.
Estas “noticias” obviamente orientas a ser “virales” causan que exista una gran cantidad de individuos se las toman en serio, mal interpretando hechos reales y compartiendo información falsa constantemente, desde golpes de Estado, declaraciones falsas, o incluso declarando muertas a figuras públicas. Muchos de estos medios digitales funcionan sin ningún tipo de restricción a pesar de no seguir tipo de ética periodística.
Lamentablemente no pueden ser “censurados” ni “callados”, por ser digitales y discúlpenme, pero si un medio anda por ahí siendo amarillista y deformando la verdad merece un castigo, ¿no?, es más una enfermedad que una cura, cualquier persona con redes sociales ha sido testigo de ello o incluso ha mordido el azuelo en más de una ocasión.
Venezuela no es la única afectada
Gracias a las maravillas del Internet cualquier pobre ocioso puede convertirse en “comunicador” fundando medios digitales u otras fuentes de “información”, es gracioso que diga esto desde un medio digital, lamentablemente esto en vez de ser una ventaja se convirtió poco a poco en algo mucho más dañino, cualquiera es capaz de inventar cualquier tontería y siempre habrá personas que crean y divulgaren dicha información, claro está que no todos los medios digitales son malos, pero sin normativas claras a muchos no les interesa distorsionar las reglas del juego en beneficio propio.
No es algo que pase únicamente en el ámbito noticioso, pues se usa para divulgar otros “chismes” y “rumores” que luego pasan a ser relevantes dentro de la cultura popular e incluso puede causar curiosos fenómenos sociales. Portales webs como Youtube están plagados de personas con informaciones sensacionalistas; ¿recuerdan los famosos “homúnculos”?, sólo hizo falta que un vídeo se volviera viral para que salieran miles de personas a intentar hacer su propio gusano mutante con un huevo de gallina y un poco de semen humano, ignorando completamente el sentido común y las clases de biología del bachillerato.
¡Digo lo que me dé la gana!
Muchos piensan que libertad de expresión es sinónimo de “decir lo que quiera, cuando yo quiera, como yo quiera”, pero olvidamos que nuestros derechos empiezan donde terminan los de otras personas, opinar destructivamente tras un teclado es muy sencillo, esconderte tras el anonimato permite sacar lo peor de ti.
El odio es un común denominador en las redes sociales, no basta con expresar de manera inadecuada nuestras opiniones, si no que atacan a quien no opine igual, sin importar si los argumentos son expuestos de buena manera, si son válidos o si tiene la razón, pensar distinto es suficiente motivo para recibir oleadas de odio.
Incluso en algo tan sencillo como la opinión de una película vemos como la gente se insulta o destruye mutuamente, el caso más reciente es el de “Batman vs Superman” y “Capitán América: Civil War”, ambas cintas fueron creadas por compañías rivales y a raíz de esto se generó un fenómeno social bastante particular: en Youtube existen muchos jóvenes dedicados a dar sus opiniones sobre diversas películas, unos más profesionales que otros obviamente, “Batman vs Superman” tuvo una crítica bastante mala, considerando sus errores argumentales en el guion, sin embargo logro convencer a los fans y dividir el público entre los que la amaron y los que la odiaron.
Cualquier youtuber que osara a decir que “Batman vs Superman” fue una mala película recibiría una ola enorme de insultos y odio en general, una chica mexicana recibió miles de dislikes simplemente por dejar a flote los errores reales que presentaba el filme. Por el otro lado quienes hablaran mal de “Capitán América: Civil War”, debido por su poca fidelidad al comic o que a pesar de ser un éxito en critica no cumplía con los fans, podía recibir igual una gran cantidad de odio, por algo tan sencillo como dar una opinión de una película sin agredir a nadie. Ocurre en muchos más ámbitos, opinar en internet se volvió bastante arriesgado pues cualquiera puede desarrollar un odio incontrolable hacia ti.
¿Es justo recibir odio por ejercer tu verdadero derecho a la libertad de expresión? son situaciones que se repiten una y otra vez, lamentablemente se volvió en algo que todos tenemos que saber antes de empezar a expresar nuestros pensamientos y opiniones públicamente, el problema es que hay demasiadas personas que piensan que son las únicas con el poder de opinar, o que todos debemos tener el mismo punto de vista.
Recuerda que siempre y cuando respetemos a los demás podemos decir lo que sentimos, lo que nos parece, lo que no nos parece, lo que nos agrada, lo que no, ¿quién nos dijo que nunca encontraríamos a una persona que pensara distinto a nosotros?, cada cabeza es un mundo, el problema es que nos sentimos con la capacidad de conquistar mundos ajenos.
Es curioso como es sencillo cuestionar a las personas que piensan diferente, pero quienes siguen una misma “ideología” no las cuestionamos con frecuencia, como es el caso de las noticias amarillistas que les explique al comienzo, ¿deformar la verdad es libertad de expresión?, ¿difamar, insultar y humillar a los demás es libertad de expresión?, ¿mentir es libertad de expresión?, seamos honestos, es un derecho que muchos mal interpretan, convirtiéndolo en un arma de doble filo.
“Los que niegan la libertad a los demás no se la merecen ellos mismos.”
Abraham Lincoln
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