EL VENEZOLANO LLEVA EL DEPORTE EN LA SANGRE

Por Liz Gastelo

 

Desde el señor que se monta en el metro, pasando por el estudiante que sale temprano a su casa de estudio, hasta el empresario que con su corbata se monta en el carro a su distinguida compañía, todos tienen  vidas diferentes y paralelas pero con algo en común: compran los periódicos deportivos y escuchan los programas de deporte, les interesa informarse de sus equipos favoritos, sea béisbol, fútbol, basket o cualquier otra disciplina. Adoptan una rutina de información que solo la puede crear el deporte en general. ¿Por qué todo esto los hace ser de un mismo mundo?

 

Si hay algo que una a los habitantes del país, es el deporte. Si hay algo que al venezolano relaje, es el deporte. En cualquier esquina se puede escuchar a un grupo, mayormente de hombres, hablar de los juegos de la noche anterior, del jugador más destacado y el más malo, del técnico o manager. Y es eso, cada fanático se monta en el papel de un entrenador de su equipo para alabar o criticar y todas sus opiniones e intercambiarlas con sus amigos.

 

Y es que a medida que avanzan los años se puede ver el interés que tienen los venezolanos con el deporte. Estadios de béisbol y basket llenos, y los del fútbol poco a poco van agarrando su auge. El país se puede estar cayendo pero el señor con sus hijos asiste al estadio para olvidarse de cualquier tipo de problema personal o del país.

 

A esto le sumamos la nueva moda del “Parlay”. Un sistema de apuestas de juegos parecido a la lotería. Ha surgido tanto esta nueva forma de apostar que en cada esquina donde hay kioskos de lotería, también hay para jugar parlay. Es la competencia de las apuestas de caballos que al venezolano ha enamorado.

 

Definitivamente el deporte puede contra cualquier cosa. No hay nada más sabroso que ir a un Caracas-Magallanes, a un Caracas-Táchira de fútbol. Debatir con tus amigos y familiares sabiendo que será una discusión sana.

 

En cualquier sitio se habla de deporte, y tiene que ser así. Que el deporte opaque la política. Que las mujeres vean más juegos de fútbol y béisbol, que aprenden de cada disciplina e intervengan en conversaciones que son de “hombres”.

 

¡Qué divino es ser venezolano y hablar de deporte!