Maduro y la retórica de la sumisión

La semana anterior, Venezuela fue el centro de los movimientos en la política exterior del gobierno de los EEUU. El jefe de estado del país norteamericano habló de Venezuela a través de varias llamadas telefónicas con  otros presidentes de la región, sancionó al Vicepresidente de la República Tareck El Aisami y hasta llegó exigir la liberación de Leopoldo López  después de reunirse con Lilian Tintori.

Paradójicamente algo curioso ocurrió a la par de estos hechos. Por parte del régimen venezolano, se podía esperar el típico discurso anti yankee y antiimperialista, un discurso que repudie el injerencismo de una potencia extranjera pero que avala la injerencia de otras. Un discurso que resalte la soberanía de un país que está endeudado con todo el mundo y prácticamente hipotecado.

La retórica de los hijos de Chávez, Bolívar, Zamora y quien sabe quién más, mostraron un repudio pasivo. El discurso oficial retrató a un presidente Trump que supuestamente no sabe lo que hace y «que está a tiempo de no cometer los mismos errores de las administraciones pasadas». Maduro y su vocería oficial hablaron de un presidente que es víctima del bombardeo mediático de CNN, cuando el mismo Trump se ha declarado férreo enemigos de estos.

Maduro en el mismo marco del discurso irreal, sigue creyendo que puede haber un acercamiento con el gobierno de EEUU, que ahora liderado por republicanos ha perdido todo chance para un posible encuentro, el poco oxígeno que les daba Los demócrata se acabó. Lo paradójico del asunto es que en palabra del mismo Maduro aseguró que no quería «enfrentamientos» con la nueva administración de la potencia norteamericana. Esto es lo qué pasa cuando la pseudo izquierda se queda sin discurso, sin cartas bajo la manga y una chequera que cubra todas sus macollas. Quién iba a pensar que los herederos de la revolución bonita y antiimperialista, le lanzarían flores al «pelucón» millonario que ahora gobierna EEUU.

Maduro, el hombre de izquierda y un Rolex en su muñeca, al mismo son de todo su combo, no puede abandonar su rasgo totalitario. Aun cuando busca un acercamiento con EEUU, rechaza levemente las exigencias de Trump con los presos políticos y las justifica insinuando que el mandatario está engañado, saca del aire a CNN para buscar quizás su agrado pero a su vez ratifica la condena de Leopoldo López. Geopolíticamente Venezuela está mal, representa un problema de migración y narcotráfico para la región latinoamericana, representa el vecino incómodo y el que atenta contra La Paz del continente.

La retórica chavista se llenó una vez más de contradicciones pero esta vez de la forma más baja al esperar cosas buenas de la potencia del norte. Se llenó de sumisión y humillación, de lamentos y un grito patriota atrasado. El proceso que pudo alguna vez visionar la felicidad social, lo que trajo fue un exterminio social. Y al paso con el que la dictadura viola todas nuestras libertades, en el mapa mundial también están sucediendo cosas que poco a poco acorralan a Maduro.

Finalmente, quiero resaltar el lamentable papel que terminó jugando la MUD, mas acorralada que el mismo Maduro. Que Lilian Tintori fuera la que hablara con Trump y no un dirigente de la mesa, dice mucho de la crisis interna qué hay dentro de la alianza. A todas estas no espero nada de políticos que evidentemente tiene una agenda que la gente no conoce y que está muy ajena a enfrentar está dictadura.

Mi apuesta va por la sociedad venezolana que con la misma velocidad con la que Maduro exterminó la democracia, están organizándose para acabar con esto sin esperar nada de  los que prometieron un cambio. En algún momento de la historia y muy pronto, el malestar social se materializará y no arrastrara solamente a Maduro y su combo, sino a toda la MUD junto a  los dirigentes que acordaron junto al gobierno una paz forzada tras bastidores mientras el país se desangraba.

Elías Castro
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