Los 70 años de Ferrari
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El pasado domingo 12 de marzo se cumplieron 70 años de la Casa Ferrari y pensé que sería importante escribir al respecto. Ahora bien, confieso no ser un gran amante de Ferrari, de hecho no fue mi equipo preferido en la Formula 1, que tampoco sigo porque la considero aburrida; ya no son los mismos sonidos, las mismas emociones, ya los corredores no son los héroes. En fin, el romanticismo, la pasión y la cualidad visceral en los automóviles murió.

 

Pero a pesar de que no soy conocido por “ferrarista”, siempre me atrajeron los viejos modelos de la casa de Maranello y con el tiempo he visto que, si hay una empresa que se caracterizó por ser emocional haciendo automóviles, fue Ferrari. Los primeros modelos jamás se caracterizaron por ser fiables: problemas de frenos, piezas y partes mal ajustadas. Pero al final, nada de eso importa, porque hay algo que hace que cualquiera perdonara esas imperfecciones: su apariencia. Si nos fijamos en ese aspecto, los Ferrari siempre se caracterizaron por ser automóviles con una apariencia que atrae como pocos automóviles lo han hecho. Y es que Ferrari ha logrado enamorar con la vista, son automóviles que remueven las emociones de más de uno, son carros que apelan a los sueños, son carros que apelan a los sentimientos y emociones y hacen que quien los desea haga lo que sea por tener uno, sin importar el tiempo que tome tenerlo. Eso es que lo hace que los Ferrari sean hoy en día el “juguete” preferido de muchos ricos y famosos y que, precisamente hoy por hoy, los automóviles clásicos más caros del mundo.

 

Pero no se trata sólo de emociones y sueños, sino también de realidades y la realidad, para el gusto de algunos y disgusto de otros, es que Ferrari es la marca con más Historia en el automovilismo y es la primera en estar avocada a las competencias desde su nacimiento. De hecho su primer Ferrari fue el 125S de 1947 y, si bien es un biplaza de calle, participó dos semanas después de haber sido probado por primera vez en el Gran Premio de Roma y ganó. El segundo 125S que se fabricó tenía una carrocería de carreras y desde que nació también causó estragos en el mundo de las competencias. Ese temperamento competitivo ha sido con el tiempo la marca personal de los Ferrari, son automóviles que han logrado mantener su esencia en el tiempo, eran automóviles de calle para usarlos en las carreras y con el tiempo y la evolución de la tecnología, pasaron a ser automóviles de carreras para usarlos en las calles. Esa idea de fusionar la pista con la calle en los automóviles, que por cierto es hoy por hoy una práctica común en la industria automotriz, la inició Ferrari.

 

Cada carro tiene su personalidad en función al país en donde se construyen: los carros ingleses son divertidos pero siempre con un aspecto señorial y conservador; además de no ser muy fiables, los franceses son elegantes pero de mecánica enrollada; los alemanes son funcionales, con un concepto de la belleza muy sobrio y mecánicamente indestructibles, tanto que a veces se tornan aburridos, pero los italianos… los italianos hacen carros emocionales y Ferrari es un ejemplo de ello. Son, en esencia, carros con corazón y alma, son carros que buscan explotar las emociones más escondidas de quien los maneja, buscando que el carro sea la extensión de quien lo conduce y esa es una de la cualidades que durante 70 años Ferrari logró explotar y que hoy a pesar de que el automatismo nos invade, todavía algo de esa visceralidad de los automóviles de antes, la mantiene Ferrari.

 

En fin…Ferrari… Ferrari se trata de emociones, sensaciones, de alma, pasión y corazón.

Michel Rodríguez
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