En la unión no está la fuerza, sino la inteligencia
Se requiere de todos los venezolanos para superar las difíciles circunstancias que nos agobian en Venezuela. Los que seguimos en el país, los que emigraron, los que publican, los que no, los que marchan, los políticos, los trabajadores, los empresarios, los que inspiran y motivan, los jóvenes y ancianos.
Para cambiar las cosas lo más importante es actuar, pero esta situación amerita un mayor esfuerzo, que es actuar todos unidos.
En la unión no encontramos la fuerza, sino la inteligencia, porque para conseguir la unión necesitamos hacer uso de nuestra inteligencia mental y emocional. Ojalá se tratara solo de fuerza.
Se necesita usar la inteligencia para darse cuenta de que al insultar y confrontar las acciones de un hermano venezolano que busca lo mismo, lo que ganas es satisfacción personal de desahogarte y sentirte fuerte, sacrificando el objetivo común de sacar el país adelante.
Todos pensamos diferentes, tenemos diferentes cualidades y por consecuencia actuamos diferente, pero hay algo que une a la inmensa mayoría de los venezolanos: El deseo de desarrollar nuestra nación.
El reloj, tiene un sistema perfecto, porque todas las piezas que lo conforman hacen cosas diferentes pero de manera unida por un objetivo común: Dar la hora. Imagínense que las manecillas insultaran y criticaran a las ruedas por no moverse sobre el dial, como lo hacen ellas. Perderían su objetivo colectivo y darían de todo, menos la hora.
Donde haya un venezolano teniendo éxito, esté donde esté, el país crecerá, porque Venezuela nos hizo a nosotros y nosotros hacemos Venezuela. El que emigró contribuye con la nación a medida que supere dificultades y se desarrolle; los que nos quedamos contribuimos mientras tengamos siempre como norte el objetivo común. Los que publican ayudan informando y los que no, contribuyen actuando.
Por mucho tiempo me preguntaba: ¿Por qué nos está sucediendo esto?, ¿Por qué en vez de ver mejoría, seguimos empeorando? y siempre finalizaba la ronda de preguntas ¿Por qué permitimos que sigan sucediendo tantas cosas negativas? Un buen día — digo un buen día porque a partir de allí cambió todo para mí— me hice diferentes preguntas: ¿Qué puedo hacer para mejorar la situación? ¿Qué puedo aportar para mejorar las circunstancias? y les confieso que no tuve respuestas a estos cuestionamientos, pero me obligaron a pensar, por primera vez, en lo que quería para mi ciudad, país y región.
Deje volar la imaginación y comencé a soñar en una Latinoamérica unida y desarrollada. Fue un sueño tan maravilloso que decidí compartirlo con todos los latinos en la historia de “Conoce tu futuro, El Daerin”. Este libro se convirtió en la visión del movimiento “Acciona Latinoamérica” que cada vez crece más y donde buscamos transformar en acción el deseo latinoamericano de desarrollar por completo la región.
Hacerme las preguntas correctas cambiaron mi vida, porque me dieron la motivación para dar el primer paso y encontrar una manera de aportar algo para cambiar las cosas… ¿Qué preguntas te estás haciendo en estos momentos?
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