Hay 30 millones de razones
Editorial #354 – Haciendo historia
Siempre tuvimos consciencia de que la lucha en el país no sería fácil, se enfrentan la vulgaridad contra la decencia; la opresión contra la libertad. Esto se hizo mucho más evidente cuando millones de venezolanos decidieron ejercer su derecho a protestar y se encontraron con una represión despiadada.
Pero el país despertó con más sed de libertad que nunca y las postales que estos días de lucha están dejando son síntoma de que está muy cerca. Como las de esos jóvenes, ancianos, hombres y mujeres, que escapando de la persecución de los cuerpos de seguridad, se vieron obligados a saltar a las aguas servidas del río Guaire y salieron de ahí bañados de dignidad.
O la de una mujer mayor, que ocultaba sus canas en una gorra con los colores de Venezuela y arropada en una bandera, hacía retroceder una tanqueta que arremetía contra ella e inmediatamente nos recordaba al hombre del tanque de la Plaza de Tiananmén, convirtiéndose en el ícono de tantas madres que no se cansan de luchar por sus hijos.
O el joven que, vestido solamente con una Biblia en su mano, se enfrentaba a las fuerzas represoras mientras éstas llenaban su cuerpo de perdigones y bombas de gas, mientras él se mantenía firme pidiendo que cese la represión.
Como esas, hay 30 millones de razones por las cuales, a pesar de que Venezuela se encuentra hoy en la más profunda crisis que haya vivido como nación y después de tanto abuso y atropello, aún está de pie.
Estamos siendo parte de algo que quedará en las páginas de muchos libros que generaciones por venir leerán y comentarán. Seremos un pedazo de innumerables cuentos y recuerdos, de charlas y memorias. Nos convertiremos en ejemplo para otras luchas que en el futuro inevitablemente se darán en algún otro lugar del mundo.
Es muy difícil poner en palabras todo lo que estamos viviendo. Solo el tiempo podrá darle el lugar que merece a esta lucha que tantos héroes están librando. De eso se trata esto, de lo más grande que una persona puede hacer en su vida: luchar por su libertad.
Después de muchos años de indiferencia, ahora el mundo nos mira no solo con atención, sino también con admiración.
Somos parte de la historia, estamos viviendo historia.
Hoy incluso estamos haciendo historia.
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