El Automóvil como herramienta de represión
Las protestas, la gente en la calle, son algo natural, algo normal y hasta inevitable, esté o no prohibido. A lo largo de la historia, a la protesta le acompaña la represión, incluso hoy en día hay países que las disuelven “a plomo limpio”. Hay muchos ejemplos de gobiernos que utilizaban unidades de la caballería del ejército para dispersar las protestas. Es más, el mismo Napoleón Bonaparte se ganó sus rangos dispersando masas en contra del rumbo de la Revolución Francesa en las calles de París. Con el paso del tiempo, en los países en los que el “Derecho a la protesta” está garantizado (aunque la protesta no es en mi opinión un derecho, sino una obligación), se han desarrollado técnicas y herramientas “menos letales” de dispersión de las masas. En ésto, el automóvil ha sido pieza fundamental, con el desarrollo de los vehículos “anti-motín”.
La primera Unidad de Orden Publico de cuerpo de seguridad alguno, nace en 1925, con el surgimiento del movimiento del 30 de mayo, un movimiento de protesta que se desató en Shanghai, China. En vista de la represión inicial de las protestas (a plomo limpio), William E. Fairbairn, uno de los directivos de la delegación colonial inglesa y el oficial Eric Anthony Sykes, de la policía Municipal de Shanghai, formaron un grupo policial de orden público con técnicas modernas de control del orden. Sin embargo muchas de esas técnicas no fueron aplicadas por todos. De hecho, los mismos ingleses en sus colonias utilizaban fuerza letal para dispersar masas de protestantes y el primer automóvil de orden público de la historia fue un automóvil de combate, se trataba del Rolls Royce Amoured Car.
Estos vehículos fueron diseñados sobre el chasis del Rolls Royce Silver Ghost y comenzaron a producirse en 1915 para ser usados durante la Primera Guerra Mundial. Los Rolls Royce eran utilizados para la dispersión de las masas que protestaban de forma no pacifica, abriendo fuego con su ametralladora Vickers en contra de quienes protestaban. Pero la realidad es que en aquella época no existían como tal lo Derechos Humanos, la protesta era reprimida con lo que se tuviera. Sin embargo, si existía la consciencia de que el protestante estaba desarmado, por lo que el uso de la fuerza letal era desmesurado. Pero a pesar de que esa consciencia existiera, las protestas fueron casi siempre reprimidas con el uso de fuerza letal. Los equipamientos de represión y de Orden Publico no se profesionalizaron en los años 20 y 30 porque básicamente los gobiernos supieron resolver estas situaciones de diversas maneras.
Los primeros vehículos “Anti-motín”
El primer automóvil anti-motín moderno se inventó en Alemania a inicios de los años 30: se trataba de un camión con la adaptación de un cañón de agua usado en la minería. El cañón estaba instalado sobre una torreta giratoria que permitía lanzar agua a presión sobre los protestantes. Dado que el Tratado de Versalles impedía a Alemania la posesión de vehículos blindados, estos camiones no tenían blindaje ni protección alguna, sin embargo este concepto se utilizó muy poco en el resto del mundo, en buena parte porque las protestas en varios de estos países se convirtieron en votos que llevaron al poder a la extrema derecha. En el resto del mundo, las protestas fueron amainando con los cambios que los gobiernos hacían obedeciendo a los pedidos de la sociedad. Por otro lado, los conflictos militares, como la Guerra Civil española y la invasión japonesa en el pacífico, distrajeron la mente de muchos y en vez de salir a protestar, tomaban las armas y terminaban en el frente de batalla.
Después de la Segunda Guerra Mundial las cosas cambiaron, la gente obtuvo un papel más protagónico en lo que sucedía en su país, por lo que cuando protestaba, lo hacía con más fuerza. Dado a que muchas de estas movilizaciones de masas tomaban desprevenidas a las autoridades, se comenzaron a utilizar vehículos blindados ligeros excedentes de la Segunda Guerra Mundial que podían resistir los embates de las piedras, botellas y bombas Molotov. De hecho las primeras protestas violentas desatadas después de la guerra, estallaron en Alemania Oriental a inicios de los 50. De no ser por la intervención militar soviética, el gobierno comunista de Walter Ulbrich hubiese caído. Tanto este evento como la rebelión húngara de 1956 fueron reprimidas con equipamiento de guerra, dando una muy mala impresión en la comunidad internacional dentro y fuera del bloque socialista, lo cual hizo que los países del Pacto de Varsovia tuvieran que adaptar parte de su equipamiento militar para el control del orden público.
A medida que las protestas iban desarrollándose en varios países durante la Guerra Fría, con motivos cada vez más sólidos y justificados, la intensidad del presencia de calle aumentaba. A raíz de esto, las fuerzas de control del orden publico se fueron adaptando a las realidades y fueron también adaptando vehículos de uso diario para la represión de las protestas: rejillas en las ventanas y luces, laminas de protección a la carrocería, faldones en los cauchos para evitar que las molotov los quemaran, en fin fueron adaptándose a las necesidades que la intensidad de las protestas exigían. Poco a poco estas modificaciones se fueron profesionalizando hasta convertirse en vehículos especializados en la preservación del orden público. Las especializaciones se basaban en las experiencias obtenidas en la calle. Un ejemplo de esta evolución son los Ovik Pangolin, basadas en las Land Rover, utilizados por la policía y el Ejercito en Irlanda del Norte. Los Tangi y Pangolin son vehículos con blindaje especial para proteger a los tripulantes; poseen además faldas de plástico para evitar que por la parte baja del automóvil se puedan lanzar explosivos y ventanillas para poder disparar, entre otras cosas.
En Venezuela
La Historia de las alteraciones de orden público en Venezuela tiene 3 grandes momentos. El primero se da durante los primeros 23 días del mes de enero de 1958, cuando comienzan una serie de protestas en contra del gobierno militar de Marcos Pérez Jiménez. Todo comenzó con una rebelión militar que luego fue derrotada, pero durante varios días la gente salió a la calle a protestar en contra del gobierno. Dado que este tipo de situaciones no eran comunes, la represión fue “a plomo limpio”, sin embargo las cosas en Caracas fueron cambiando con los días: primero la Policía de Caracas se alzó en contra del gobierno y confrontó a los militares, protegiendo a los civiles hasta el punto en que los militares al verse avasallados por las masas, dan su brazo a torcer mientras Pérez Jiménez abordaba un avión C-54 con destino a Rep. Dominicana.
En aquel momento el equipamiento utilizado era el mismo equipamiento militar del que se disponía, todo de origen estadounidense: blindados ligeros Stuart M3 y carros de combate 6X6 M8 Greyhound. Con el tiempo las fuerzas de orden público se capacitan y mejoran su equipamiento: cuerpos como la Guardia Nacional y la Policía Metropolitana se dotan de equipamiento anti-motín, sin embargo los años 60, 70 y buena parte de los 80 se caracterizan por protestas de poca envergadura (OJO sin restarle importancia), pero es en 1989 cuando explota, en sólo 2 días, una ola de saqueos y alteraciones al orden público de dimensiones jamás vistas en éste país. Para ese momento, las fuerzas del Estado utilizan como primera línea a la Policía Metropolitana, que estaba equipada con Jeeps con protección en los vidrios, sin embargo los refuerzos llegan de la Guardia Nacional y el Ejército, que de nuevo reprimen “a plomo limpio” utilizando equipamiento militar: esencialmente los carros Blindados Cadillac V300, conocidos en Venezuela como Dragón 300. Los mismos equipamientos serán utilizados en las 2 intentonas golpistas de 1992, en las que mucha gente protestando tanto a favor como en contra del gobierno, fue reprimida por ambos lados “a plomo limpio”.
En estos ya casi 20 años de “Revolución”, la protesta pasó a ser aprobada e incentivada con una nueva Constitución y un nuevo ideal político que prometía mucho, en contracara con un sistema que ya no tenía nada que ofrecer. Sin embargo, a medida que las cosas no iban saliendo como se esperaba, el discurso pasó de “Nadie tiene que pedir permiso para protestar” a reprimir con “gas del bueno” (y ni tan bueno porque siempre lanzan gas vencido). Con el pasar de estos años, las protestas han pasado a ser más violentas, con mayor agresión de lado y lado y con mayor represión y prohibiciones por parte de un gobierno compuesto por quienes quemaron autobuses y camiones en 1989 y estrellaron tanquetas en contra del palacio de gobierno en el 92, pero que ahora vandalizan la protesta. Pero bueh…. Volviendo a nuestro tema, más recientemente el gobierno venezolano ha adquirido una serie de vehículos especializados en el control del orden público: se trata de vehículos de fabricación china, sip! China, que curiosamente usó tanques de guerra T72 durante las protestas de sus ciudadanos en 1989.
En fin, los nuevos vehículos son el Norinco VN-4 “Rinoceronte”, fabricados por la Chongqing Tiema Industries Corporation, una empresa perteneciente a la China North Industries Corporation (NORINCO). Se trata de un vehículo blindado ligero, multipropósito, que puede ser utilizado tanto por fuerzas militares como policiales. Está equipado con un motor de 6 cilindros que permite una velocidad máxima de 115 Km/h. Entre sus fortalezas está su dispositivo para lanzar 9 bombas lacrimógenas, un sistema de visión nocturna, un sistema centralizado de inflado de los cauchos (aunque no son macizos), un sistema de visión por cámaras (ya que la visibilidad no es su fuerte). Además tiene capacidad para transportar hasta 8 Guardias Nacionales con seguridad hasta la zona de conflicto.
¿Recuerdan a la Ballena…la que dije que desarrollaron los alemanes a inicios de los 30? Esas todavía se siguen utilizando, pero mucho más modernas, claro está. En Venezuela este tipo de equipamiento está en manos de la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional. Se trata de camiones equipados con un tanque de agua con una capacidad de casi 10.000 litros y con una coraza capaz de aguantar la ira de los protestantes. El o los cañones, dependiendo de si son los Steyr L80 de fabricación austriaca o Norinco WTC-1 de fabricación china, se accionan por Joystick, a diferencia del pasado, en el que el cañón lo accionaba el policía en una pieza giratoria. Cada cañón es capaz de lanzar casi los 20 litros por segundo. Son básicamente camiones de uso civil modificados para el control del orden público: eso implica rejillas de protección en las ventanas, cauchos macizos y una barra que permite la demolición de barricadas.
Una cosa importante a destacar es que estos vehículos pueden resultar letales, por ejemplo en Alemania, Dietrich Wagner que protestaba en Stuttgart en septiembre de 2010 fue impactado por un cañón de agua de una ballena, los daños resultaron en que Wagner perdió la casi la totalidad de la vista. En Ucrania, Bogdan Kalynyak murió de neumonía al ser impactado por agua a muy bajas temperaturas lanzado desde una ballena de Orden Publico durante las protestas de 2014. Ahora bien, con la evidente polarización que existe, con la parcialización política de las fuerzas del orden y con más de una denuncia de abuso o ensañamiento por parte de funcionarios de orden público, más bien es un milagro que nadie haya muerto aquí por el impacto de un cañón de agua. En fin, se trata de equipo que supuestamente no es letal, pero eso depende mas de quien lo opera que de sus características.
Otros vehículos que la Guardia Nacional utiliza son los camiones porta barreras ABV-1, que tienen a cada lado unas barreras con brazos hidráulicos que se extienden y al unirse con la parte trasera del vehículo conforman una pared que permite cercar a las concentraciones de protestantes. Por último no podemos dejar de mencionar los comandos motorizados, equipos de 2 funcionarios en motocicleta que, al mejor estilo de las viejas cargas de la Caballería, se lanzan hacia los grupos de protesta, lo que permite no solo acudir rápidamente al sitio de la protesta, sino también rodearla o atacarla por lados diferentes a los de la ubicación de los piquetes de la Guardia o Policía. Pudiera mencionar el nuevo “sistema de lanzamiento” de bombas lacrimógenas desde helicópteros, pero nop, no lo haré.
Con el tiempo las medidas de represión a las protestas se han profesionalizado (no sólo en Venezuela), sin embargo sus tácticas y estrategias no son más que las viejas tácticas de combate utilizadas durante las guerras napoleónicas, la guerra civil estadounidense o incluso la guerra de independencia, con una mezcla de técnicas más antiguas: una fuerza de choque frontal, blindados de apoyo y formaciones con escudo tipo falanges. Pero, por simple que parezca, esta es la confrontación entre el Estado y sus ciudadanos, entre el Estado que se cree dueño y señor de las libertades, derechos y deberes de los ciudadanos, y los ciudadanos que simplemente hacen lo correcto cuando una ley es injusta, sea el país que sea.
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