RAZONES POR LAS QUE ME FUI DE VENEZUELA
Por Giulio Vita
Desde este pequeño espacio he intentado entender a mi país, Venezuela, del cual me fui por culpa de la delincuencia y muchas otras razones. Los tres años que llevo fuera del país me han hecho reflexionar mucho sobre las problemáticas que existen y aquellas que se le han sumado. Han habido dos elecciones presidenciales tan emotivas que han separado el país en dos bloques, chavistas y opositores. Hay una mínima parte de gente que no se considera parte de ninguno de esos dos bloques, como yo, y muchas veces somos cargados por la rabia de los anteriores. Una de las cosas que siempre se nos reclama es que no estamos aportando nada. A mí me parece que analizar y tratar de buscar la Verdad, es una forma de ayudar, pero admito que no siempre sirva de mucho, sobre todo teniendo en cuenta qué es esa Verdad.
Este concepto es muy delicado y gran parte de nuestro problema como los venezolanos es la confusión que tenemos, o más bien, que todo sea tan a medias. No tenemos una dictadura pero se atropella a la constitución, no tenemos una guerra civil pero hay más asesinatos que en un conflicto internacional, no tenemos odio en nuestros corazones pero no soportamos a quien no piense como nosotros. Por eso he decidido explicar por qué me fui de Venezuela de una forma apolítica, o mejor dicho, sin fanatismos. Antes que nada tienen que saber que no soy caprilista ni chavista pero que simpatizo con muchas políticas del chavismo y no me siento tan seguro con aquellas de la oposición. No creo que estoy en lo cierto. Es mi opinión y no creo que nadie tenga que pensarlo así.
El socialismo del siglo XXI es un invento sobre la marcha. No hay ninguna estructura clara sobre lo que es ser chavista. Hace guiños al comunismo pero también al capitalismo, usa poderes de la democracia pero también de las dictaduras, es una especie de ligaíto (bebida compuesta por varios refrescos) pero que no ha sido teorizado antes de poner en práctica sino a según de las necesidades del momento. Hay, además, una clara separación entre discurso y hechos. Para hacer entender esto mejor, lo dividiré en puntos. Para mí una sociedad perfecta se basa en: educación, progreso científico, convivencia con la naturaleza y respeto a la libertad del otro.
La Educación y la Cultura
En Venezuela la educación es mala. Si no tienes dinero para pagar un colegio privado y tienes que ir a un colegio público (como hizo mi madre en sus días), es probable que corras peligro pues en muchos colegios públicos los estudiantes entran con armas y amenazan a los profesores. En las escuelas tranquilas, donde no hay peligros, el nivel de la educación es bajo. Esto no siempre fue así pero la democracia de Venezuela de la época antes de Chávez, hizo que decayera mucho. Los muchachos de los colegios privados, como la gran mayoría de mi círculo de amigos, crecen con la ilusión de la buena educación, pero a ninguno le enseñan más allá de estar preparados para una universidad de renombre. Seguramente hay excepciones. Estoy hablando de generalizaciones y el resultado lo pueden ver en nuestros ciudadanos.
¿Por qué la educación es mala? La educación pública, que durante el chavismo se ha creado la ilusión de que ha mejorado, ha aumentado en cantidad pero ha bajado en calidad. Muchos se airean de que gracias al chavismo han podido ser médicos en tres años. Yo no veo eso como un logro sino como una alarma. Quiere decir que una carrera como Medicina, que lleva años y años estudiarla y ponerla en práctica, ha sido llevada a su mínima expresión, trayendo consecuencias graves para la gente, no para las élites porque el rico no necesita ir al hospital público en una sociedad como la nuestra (en una sociedad ideal el rico iría a un hospital público).
La cantidad por la calidad trajo cosas buenas: alfabetizó a millones de niños que para los ojos de los gobiernos anteriores no existían. El problema es que gran parte de esos niños tienen la delincuencia como futuro porque el medio donde viven los lleva a eso y sus posibles talentos son desaprovechados. Sin embargo toda la izquierda mundial aplaude las cifras de personas que saben leer y escribir, sin tener en cuenta que lo importante no es solamente saber leer y escribir. Por supuesto que Chávez abrió un camino, dio un gran primer paso. Lo triste es que se haya quedado en ese paso y no haya ido más adelante. ¿No sería un bofetón más grande al Imperio llevar nuestros médicos a un nivel que ellos nos necesiten como necesitan a nuestros beisbolistas?
La educación universitaria está sumamente polarizada entre pagar una universidad o no pagarla. Hay universidades públicas que funcionan y otras que no. Aquellas donde se han inventado carreras o desmejorado los niveles de aprendizaje, no son buenas. Esto también pasa en las privadas pero, así como en el colegio privado, la gente no se pregunta qué está haciendo sino dónde lo está haciendo.
El sistema educativo durante el chavismo ha sido modificado, cambiando la historia (revisen un texto escolar de ahora) a su favor, omitiendo hechos y demás absurdos. Esto crea oscurantismo, una generación criada para seguir a un político, no para ser libres. Si bien es cierto que durante este gobierno se ha invertido dinero en cultura y se han dado pasos muy grandes, el descontrol ha hecho que fuese el ambiente propicio para la corrupción pues sin control de ningún tipo y con el amiguismo presente en nuestra idiosincrasia, la cosa se ha descontrolado. Y está bien que se apoye la cultura, lo que está mal es pintarla de un color. Y lo digo siendo fanático de Silvio Rodríguez y Alí Primera así como de Devendra Banhart, Nirvana o Lucio Battisti. La cultura es universal y no debe llegar a compromisos con la política nunca.
Progreso Científico
Durante estos años Venezuela ha intentado hacer muchos progresos: lanzó un satélite al espacio e hizo un teléfono celular. No estoy seguro para qué nos sirve el satélite, cuál es su utilidad real y de suma necesidad además de hacer el show de lanzarlo. Pero está bien, lanzamos el cohete. Ahora bien, ¿no sería más interesante preparar a astronautas que investiguen y de vez en cuando viajen al espacio y, quién sabe, hagan un descubrimiento que cambie la historia de la Ciencia? Esas cosas no se piensan porque nos gusta más lo que brilla, no lo que hace brillar.
El teléfono celular, el vergatario, además de vulgar es completamente inútil. Es un objeto prehistórico y manufacturado por los chinos, no por nosotros. Teniendo en cuenta que somos un país de consumistas, donde hay más Blackberries per capita después de México, ¿para qué necesitábamos pedirle a los chinos que nos hicieran un teléfono? Venezuela no es un país que desarrolla nada. Tenemos materias primas para construir automóviles, para hacer aviones, pero nos dedicamos a venderlas o, en el peor de los casos, a regalarlas. Y aquí voy de nuevo a la separación del discurso y los hechos: ¿por qué hablamos tanto de intervencionismo yankee y colonización pero ahora le damos todo a los cubanos, a los argentinos, a los bolivianos, a los nicaragüenses? No creo que sea malo apoyarnos entre países unidos. Creo que es malo que todos se apoyen a uno sin dar nada a cambio y sobre todo pasando por encima de nuestras necesidades. Me encantaría que los alemanes quieran viajar a Venezuela para hacer prácticas en nuestra industria automotriz como máster de su carrera de Ingeniería.
No creo que seamos más estúpidos que otras personas. Creo que el medio donde nos desarrollamos es mucho peor y un Steve Jobs no tiene futuro en un país como el nuestro porque no tiene dónde desarrollar su idea. Hay mucha gente que ha podido desarrollar su idea, como el maravilloso proyecto del Maestro Abreu, y muchísimos directores de cine que gracias a La Villa han logrado rodar su película, pero tenemos que pensar en grande, no en migajas.
Convivencia con la Naturaleza
Cuando fui a la Gran Sabana, mis amigos italianos y mi papá se quedaron maravillados de toda la belleza que veíamos. A su vez, nos pareció triste encontrar basura con material electoral. Los chavistas habían hecho una convocatoria allí, en medio de la nada y habían dejado todo sucio. Con esto no quiero decir que todos los chavistas son sucios y los opositores no. Quiero decir que sea de donde sea el candidato, no le interesa el daño que hace a la naturaleza. Parece una tontería pero mientras mejor vivas con el medio ambiente, mejor estás. No digo que seamos vegetarianos y no nos bañemos. Digo que si vamos a una playa que es nuestra, limpiemos toda nuestra basura y la de los demás, aprendamos a ser cívicos. Esto lo digo como una autocrítica. Yo también he ensuciado las calles. Es más, recuerdo que hace muchos años, caminando por Las Minas de Baruta de la panadería a mi casa, tiré la factura al suelo. Un policía me detuvo, asustándome, y me dijo “se te cayó esto”. Fue una tontería pero a mí me marcó y creo que no lo voy a olvidar nunca. Si todos fuésemos como ese policía, las cosas estarían mucho mejor.
Respeto a la libertad del otro
Tal vez desde el extranjero no se puede ver pero los venezolanos en Venezuela viven un terror psicológico diario, en un estado de ansiedad que no los permite estar tranquilos. A los venezolanos los están matando. Los venezolanos están asesinando a los venezolanos. Cualquier hora del día, cualquier día de la semana, cualquier esquina, es un peligro irreversible. Conozco más de diez personas que han estado secuestradas, incluyéndome. Creo que alrededor del 90% de mis amigos han sido atracados. Yo recuerdo que desde niño la delincuencia era así, sólo que poco a poco ha tomado más fuerza porque ni el gobierno ni los ciudadanos hemos hecho nada al respecto. Entonces sí, ha habido progresos humanos en el chavismo pero ha habido un retroceso gravísimo: el respeto por la vida humana. Una gran cantidad de venezolanos no respetan la libertad a la vida de otros venezolanos, y estos no asesinan porque están en guerra sino porque no les importa, la vida se ha devaluado tanto en la moral de muchos que da igual, matar o no matar no es una pregunta siquiera.
A mí me parecía que el pueblo estaba resentido de tantos años de opresión, lo cual en muchos casos es cierto. Pero en mis experiencias con la delincuencia me di cuenta de algo más oscuro: la opresión no les importa, las balas no son una venganza, son algo que puede o no ocurrir, es ley de la selva de las favelas, y esto es culpa un poco de todos pero sobre todo de la educación. No puedes cambiar a un país sin darle oportunidades justas e iguales a todos, no puedes quitarle a un niño un arma enseñándole a leer y a escribir solamente, sin darle una perspectiva de futuro.
Hasta que el sistema educativo no cambie de raíz y no solamente por encima, en Venezuela no podrá existir futuro. Y no se engañen los radicales creyendo que en nuestro país el comunismo triunfó porque es todo lo contrario: la expresión del capitalismo más salvaje y despiadado, todos pueden hacerse ricos de la noche a la mañana y todo está permitido. Venezuela vive un sistema de lobos de Wall Street que se han vestido de ovejas socialistas, por suerte que se han olvidado puestos el Rolex y la corbata Louis Vuitton, para reconocerlos.
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