La película venezolana tiene un total de 2500 espectadores para su primera semana, cifra altamente alentadora para una producción independiente
Translúcido un derecho de decidir por nuestra propia cuenta
Es interesante mostrar un filme como éste siendo tan propicio para discutir sobre la moralidad que hoy en día enfrenta los venezolanos en no saber que decidir para las elecciones venideras, sorteando el melodrama Leonard Zelig nos plantea de forma sutil el derecho a elegir cómo se despide el ser humano a la vida logrando que la producción sea la nominada a los Goya por Ecuador su país coproductor junto a Estados Unidos y Venezuela.
Esta segunda incursión cinematográfica supera a SubHysteria (2010), una cinta independiente de bajo presupuesto sobre un grupo de personas que queda atrapado en un vagón del metro de Nueva York que sería su primer filme.
Ciertamente ambas tocan tópicos diferentes, sin embargo se ve a un director más maduro, con mayor conocimiento de la puesta en escena, mejor comprensión de los elementos actorales, entre un filme y otro se nota un trabajo aún más íntimo conjugado con un equipo pequeño donde cada integrante cumplieron varios roles jugando a favor de la historia íntima y de apoyo que representa Rubén.
Translúcido se encuentra inspirado en las historias de inmigrantes ecuatorianos que añoraban regresar a su país, especialmente porque no tenían a sus familiares cerca. Basado en ello estamos frente a un director provocador, que centra la discusión de temas a través de la utilización de dispositivo detonadores para la reflexión de ahí que le público hable al salir del filme por las diferentes visiones que se le puede dar a la historia, aquí se encuentre “el engagement”. Los temas tabúes que puedan buscar discusiones, terminando con una dosis de aprovechar cada minuto como si fuese el último.
Pero el filme se tiene que ver más allá de temas habituales y tabúes, para la Dra. Margarita Vitacco es una película muy profunda de punto de vista psicológico, viendo al personaje principal Rubén viviendo un drama personal basado en su proyecto de vida.
“Un personaje donde el apoyo fundamental es la conexión de sus amistades de turno, una enfermera que juega en un vínculo vital transformado en unas lealtades invisibles, donde el director no enfoca la enfermedad como sistema, sino lo que el personaje plantea como ser mismo. No tiene tiempo de construir una relación estable, la inmigración, soledad interior, estructura de paternidad en Peter Pan, desarraigo, sonrisa evolucionada, entre otros”. Todo bajo una estética de los callejones de Brooklyn con planos que demuestran la hermosa ciudad de la Gran Manzana. “Al final él se está suicidando por lo que no pudo construir en la vida que literalmente se le acabó”.
La película trasgrede algunas normas de lo “Políticamente Correcto” pues coloca en discusión el derecho a una muerte digna y voluntaria, más allá de dogmas religiosos y morales que el guionista y el director sobrepasan. En este sentido se concluye un filme retador, atrevido y tal vez franco pese a sus actuaciones. No esconde intenciones, ni intenta manipular al público. Coloca las cartas sobre la mesa, tal cual como cuando la muerte llega.
Tal vez Rubén hay que verlo desde la perspectiva de Camus y su interpretación al Mito de Sísifo donde vemos a un hombre destinado a un fin, reafirmando que “el mito es trágico porque el protagonista tiene conciencia de su destino”.
Pero qué destino queda para las producciones minoritarias en nuestro país, tomando en cuenta que el único apoyo que se les dio fue el reconocer a la película como venezolana por la cantidad de mano de obra que trabajaron en conjunto al filme, tanto detrás de cámara como al frente de ella, 3 de los 4 productores son venezolanos e incluyendo al propio director, entonces da tristeza como películas con temas tan fundamentales para el futuro, cuente con tan bajo apoyo de parte de nuestro estado. Tal vez en otro sentido pudiéramos decir que tuvieron mucha suerte de conseguir un gran apoyo en Roberto Manrique actor principal, por ser un influencer que abrió muchas puertas con lo que nuestros productores no contaban con el apoyo de marcas en Ecuador y apoyo financiero.
Aunque no parece ilógico el bajo apoyo por tema de la inflación atravesada hay que recordar que somos pioneros en coproducciones minoritarias en Latinoamérica donde profesionales de la filmografía podían contar con recursos para la gestión de su filme, que tristeza que películas con temas tan fundamentales para el futuro tengan tan bajo apoyo de parte de nuestro país, abordando temas como la libertar de decidir como ser humano en un país donde se han perdido la libertad de decisión propia. Vaya que sería un buen argumento a tocar.
Actualmente causa indignación que producciones como esta sea tomadas en cuenta para un Goya en un país hermano y en nuestras latitudes se esté realizando largometrajes sin exploración y de maneras arcaicas en la honra de próceres y personajes del pasado, sin pensar en un buen cambio de legislación o apreciando el futuro de una humanidad que puede cambiar el concepto de visualizar la muerte, o por otro lado la necesidad de tener que estar inmiscuidos en las élites rojas para mayor alcance monetario de una producción. Es cuando vemos planos anticuados y falta de experimentación en filmes que tendría que hacer una gran potencia.
La Bioética para nuestro futuro
¿Por qué la bioética importa como tema de largometraje?, entendiendo que bioética es el estudio de los aspectos éticos de las ciencias de la vida, así como de las relaciones del hombre con los restantes seres vivos.
En un país sin decisiones propias es muy interesarte ver la perspectiva desde la ciencia y como puede ser manejado el temor a morir, puesto que hemos perdido el derecho de discernir por nosotros mismo, y más allá de un temor ante la muerte creo que actualmente son más las personas que al conocer esta noticia de enfermedad terminal, el pánico proviene de no conseguir medicina para el tratamiento, que aceptar la muerte como un hecho natural de la vida.
El caso del recientemente fallecido científico australiano de 104 años David Goodall donde viajó a Suiza para morir, fallecido el jueves 10 en Basilea tras un suicidio asistido que le denegaron en su país. Entonces ¿es Translúcido una película que declama el futuro? ¿Las legislaciones actuales? ¿La libertada? Absolutamente y bajo esa concepción nació,
“Cuando nació la idea lo que quería era hacer una película que pudiera ser capaz de cambiar una legislación, en cuanto a la opción que debería tener la gente de decidir qué hacer con su muerte, especialmente en situaciones tan críticas como las que vemos en Translúcido” puntualiza el director a una entrevista realizada a Gran Cine.
Permitiendo cuestionar los valores que rigen nuestra vida desde una mirada positiva, nos muestra una realidad latente en la sociedad, ofreciendo emotividad para aquellas personas que han vivido cerca de una persona con cáncer, te hace reflexionar sobre algo que los latinoamericanos tenemos como tabú: la muerte aliviándolo con dosis de humor, pese a lo triste del contexto.
Translúcido lleva un total de 2500 espectadores en la primera semana, algo bastante alentador para un proyecto independiente teniendo en cuenta que películas como “Infinity World” cuentan con el 70 por ciento de las salas, creo que a falta de un estado que garanticen las producciones fílmicas nacionales de calidad, contamos con nuestro público para el respaldo de nuestros muchachos y sus proyectos en el extranjero sacando a un país destrozado adelante.
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