Cosas del Estado Criminal

Todos los días, ocurre con miles de personas, muertas o malheridas por la libérrima acción del hampa. Forma parte de una terrible cotidianidad que se actualiza, imposible de evadir, cuando las víctimas constituyen un referente para la sociedad que ha aplaudido sus actuaciones en distintos ámbitos.

Ayer, fue una conocida actriz que, lamentablemente, perdió la vida y generó una recia protesta ciudadana,  aplastada a la postre por la violencia gubernamental.  Hoy, son dos beisbolistas que no tuvieron culpa alguna del hecho, a pesar de lo que, al parecer, dijo el presidente de la LBPV.

Luis Valbuena y José Castillo, cuyo desempeño profesional ha sido motivo de orgullo para los venezolanos, caen en una carretera venezolana, bajo el consabido procedimiento ideado por el hampa desde hace muchísimo tiempo. Por supuesto, la dictadura no tiene excusa alguna que dar, porque se trata del Estado Criminal que ha ejercido una perversa pedagogía.

Imposible comparar la situación actual, respecto a otras etapas obscuras de la historia del país, porque no hubo régimen que tuviera la osadía de emplear a la delincuencia común, como instrumento de control social. Esto es lo que ocurre ahora, incrementando las cifras de un genocidio que debe interesar y renovar los estudios criminológicos del mundo.

Despojar a las personas fallecidas de sus pertenencias, no es algo propio de los genes del venezolano. El régimen, porque lo es al fin y al cabo, es portador de una cultura de la violencia que no tiene límites. Así de simple.

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