OFERTAS DE ASILO Y OTRAS CONTRADICCIONES E HIPOCRESÍAS
Por Valentina Issa
El señor Maduro, con máscara de “defensor y protector de Derechos Humanos”, tiene semanas alabando a Edward Snowden y prometiéndole su “casi seguro” asilo en la patria de Bolívar (como si fuese sólo suya,y como si contase con legitimidad popular, además) de aquél solicitarlo. Sin embargo esperó al 5 de Julio, aniversario de nuestra independencia del reino español, para hacerle la oferta definitiva en un intento de mensaje independentista integrado: Venezuela, ejerciendo su independencia y su soberanía hace lo que le da la gana y desafía al imperio protegiendo en su territorio al “valiente joven” que dejó a su archienemigo –de la boca para afuera- en ropa interior con sus denuncias sobre el espionaje de Estado. Todo es dulce melodía para los oídos de izquierdosos trasnochados y desconectados con la realidad. Pero lamento mucho interrumpirles la borrachera anti-imperialista: la verdad es que en Venezuela no estamos para ese tipo de excentricidades, y que la nueva movida de Maduro no se compadece con el estilo dictatorial, secretista y persecutorio, más que comprobado, del actual gobierno venezolano.
Empecemos por reconocer el hecho –triste– de que Venezuela no es realmente independiente. Ni de los Estados Unidos, ni de nadie. Nuestro único ingreso –proveniente de la exportación de petróleo– se divide entre quienes pagan en dinero efectivo y a tiempo (entre 30 y 90 días después de la entrega), y quienes pagan en “especies” (con habichuelas, arroz, carne, pantalones, pollo, y médicos, por ejemplo) y a crédito, con facilidades de pago por más de 15 años e interés de 2%.Estas circunstancias nos hacen extremadamente dependientes de todo el mundo, y especialmente de EEUU, porque: 1) No producimos nuestros propios alimentos, ni nuestros propios pantalones, ni nuestro propio papel higiénico, ni nada. Todo lo tenemos que importar, y dependemos del arroz, la carne y las habichuelas que nos manden de Argentina, República Dominicana o Portugal a cambio de petróleo para poder comer; 2) Del 1millón 800mil barriles de petróleo diario que se exportan, alrededor de 900mil, es decir el 50%, está comprometido en trueques perecederos y rápidamente consumibles, y en los créditos a largo plazo con los países “amigos” del ex presidente Chávez y sus sucesores; y, 3) Los otros 900mil barriles, que son los únicos que se pagan con dinero constante y sonante,se le venden única y exclusivamente el imperio. Es decir, nuestro dinerito de bolsillo para gastos, con el que contamos de verdad-verdad,viene de los Estados Unidos.
Y lo cierto es que, estemos de acuerdo o no con lo que hizo Snowden, traerlo a Venezuela pondría en riesgo nuestro único ingreso monetario con un país que activamente está buscando combustibles alternativos a nuestro oro negro. Cuando venga Snowden, si es que le toma la palabra a Maduro, posiblemente tengamos que tomarnos el petróleo para sobrevivir, porque no van a bastar los trueques.
Es posible que nunca hayamos sido más dependientes en los últimos 202 años.
Habiéndonos bajado de la nube de la independencia, reconozcamos que un gobierno que hizo gala –sin ninguna vergüenza– de sus esfuerzos de espionaje con las escuchas telefónicas pasadas a Mario Silva para su difusión televisiva durante los años de La Hojilla, y que hoy aún lo hace detrás de organismos de inteligencia con alcances oscuros y poco conocidos, difícilmente puede tomar para sí la bandera en contra del espionaje de Estado. Tampoco puede hacerse del ideal de la “denuncia” que a primera vista encarna Snowden, pues ha perseguido internamente sin piedad a quienes han hecho públicas informaciones que dan cuenta de hechos de corrupción, violaciones de Derechos Humanos, y hasta el compromiso de nuestra soberanía por parte del gobierno. Mucho menos puede pretender agarrarse la bandera de la “difusión de la verdad para conocimiento de la humanidad” un gobierno que niega acceso a los ciudadanos de a pie a las memorias y cuentas de los ministerios, y a los tratados que suscribe con otros países, porque son “confidenciales”.
Finalmente, tampoco son creíbles las consideraciones por el derecho internacional humanitario y los Derechos Humanos de Snowden hechas por un gobierno que tiene una grandísima deuda con sus nacionales en la materia. Si el señor Maduro está tan dado al respeto y garantía de los Derechos Humanos, debería empezar por casa: 1) abra los registros de documentos e información pública a la prensa y al público; 2) detenga decididamente, y no por televisión, a la inseguridad que cobra la vida de decenas de miles de venezolanos cada año; 3) ofrezca una reclusión digna y justicia expedita a los más de 50mil hacinados que habitan el sistema penitenciario; y 4) garantice condiciones mínimas de dignidad a los habitantes de los refugios que esperan por vivienda. Sólo para empezar.
La conveniencia de la presencia de Snowden en Venezuela, para el gobierno, es que podrá contar con un elemento más al cual achacar su ineficiencia. Cualquier cosa que pase en adelante será responsabilidad directa del imperio porque recibimos aquí a su prófugo y se está vengando de nosotros.
- Lo que hay que saber sobre la declaración de ley marcial en Corea del Sur - 4 diciembre, 2024
- Bitcoin, imparable, al borde de los USD 100.000: a cuánto puede llegar su precio en medio del “efecto Trump” - 24 noviembre, 2024
- El extraño caso del hombre que estuvo desaparecido 30 años, reapareció con la misma ropa y no recuerda qué le pasó - 2 septiembre, 2024