Tocuyito sin Puente
Algunos de mis vecinos me preguntaron, un poco molestos, ¿por qué no había escrito aún sobre el Puente Tocuyito y su cierre tras el colapso de sus vigas? Rompo el silencio autoimpuesto ahora, dado que ya he podido conversar y escuchar a los técnicos en la materia, entre ellos al competente Ing. Gerardo González. Pido disculpas de antemano por tardar en escribir mi informe público, pero si somos la alternativa democrática, debemos ser capaces de responder con la seriedad que exige ser un representante del futuro gobierno municipal.
Como bien lo sabe la opinión pública, el puente Tocuyito venía arrastrando un abandono progresivo y unas obras de reasfaltado, hechas sin la pericia que corresponde, redujeron la luz del puente de tal manera que los vehículos de carga más altos empezaron a impactar con cada vez más frecuencia las vigas. El último choque terminó por destruir el 10% del puente, impidiendo que pudiera seguirse usando de forma segura.
El gobierno municipal actual, ya no podía seguir instalando vallas para tapar los destrozos habituales que los continuos choques dejaban. Tras el último impacto, la alcaldía responsabilizó a la empresa Inclam de Venezuela y esa compañía asumió entonces las reparaciones. Sin embargo, los vecinos reportan una parálisis en las obras. He estado en el lugar y, salvo la disposición para que por un lado pasen los peatones y por otro las motos, no se ve mayor trabajo pese a que el actual alcalde declarará la continuidad de las mismas a la prensa.
El gobierno municipal ha dicho que “Actualmente se están fabricando tres vigas pretensadas de 91,20 centímetros de altura y 15,9 metros de longitud, que se instalarán en el lugar una vez que estén listas” según declaraciones de la ciudadana Francia Ponte, directora de Infraestructura y Espacios Ciudadanos, pero sigue guardando un torpe silencio sobre un cronograma de ejecución de las obras que proporcionen certeza y confianza a la ciudadanía sobre la rehabilitación del puente. Ese silencio amerita que el Concejo Municipal interpele a la citada funcionaria, pero los concejales invisibles y desconocidos de Libertador están perdidos en acción, el único concejal que sabía para qué servía ese puesto falleció hace unos años y era estudiante de Estudios Políticos en la Universidad de Carabobo.
Tengo la impresión, por el tono “navideño” que ahora impregna las oficinas de la Alcaldía de Libertador, que el gobierno local centrará su atención a adornar plazas, a cantar villancicos y contratar conciertos. El puente pasará a un segundo plano, quizá al último. Esa actitud es propia de gobernantes que creen que la infraestructura pública es irrelevante frente a la promoción de su partido, sus fotos y show.
Debe decirse que un retraso importante e injustificado en la rehabilitación del puente Tocuyito tiene consecuencias directas sobre la vida de la gente. Una persona que se traslada desde la Arenosa hasta Campo Carabobo tiene que llegar al Mercado Mayorista para luego hacer el retorno, los sobrecargos de fletes son importantes, el desgaste adicional en los vehículos no será pagado por el gobierno municipal, esa plata sale del bolsillo de los ciudadanos. Los peatones, por su parte, corren riesgos innecesarios por el incremento de la circulación en la vía de servicio colindante con el puente, pero además, las horas pico son particularmente insufribles y no deja de preocupar lo que padece quien tiene una emergencia y le saldrán raíces en uno de esos embotellamientos.
Sin un cronograma de ejecución, al menos aproximado considerando eventualidades e imponderables, ¿Cómo la ciudadanía podrá creer que no se repetirá la historia del gallo pelón como con el sonado caso del Distribuidor “La Esperanza” que lleva 15 años en construcción?.
He tratado, con mucho esfuerzo, de hablar con objetividad sobre el colapso del Puente Tocuyito. Lo hago de esta manera para hacer entender a los sensatos en el PSUV de Tocuyito, que espero existan, que este gobierno municipal y su opacidad es una amenaza incluso para ellos. Mañana alguno tendrá una emergencia y se le saldrá la clase mentando la madre a los responsables en una de las colas que se hacen en el puente. Lo lógico, lo prudente, lo recomendable, aunque sea por enésima vez que lo repita, es la transparencia en los asuntos públicos. Lean el artículo 70 de la Constitución vigente, allí está una herramienta: el cabildo abierto. Hagamos un cabildo abierto, con derecho a voz libre para los vecinos, para que el alcalde y (si los encuentran) los concejales escuchen lo que el pueblo siente con un municipio que se cae a pedazos.
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