Libertador y Occidente: Un presente desolador pero un futuro promisorio
El eje occidental de Carabobo ha sido, históricamente, un territorio con vocación agroindustrial. El cultivo de cítricos fue, además de económicamente relevante, parte de la identidad cultural de los municipios Libertador, Bejuma y Miranda. Pero esa vocación agroindustrial ha sido trastocada por la “Revolución” en lo últimos 20 años, para conocer más de ello logré consultar a los activistas locales: Moisés Quintero, de Bejuma, Luis Parra, de Miranda, y José Alemán, de Libertador.
Para los vecinos de Bejuma es más que obvio el impacto de la crisis, para Moisés Quintero “El occidente de Carabobo y en este caso nuestro municipio Bejuma se ha caracterizado por ser una zona netamente agroindustrial y no es casual que tanto la agricultura, la ganadería y las industrias agrarias siempre han jugado un rol importantísimo en la economía tanto local, municipal y nacional. Nuestro entorno económico gira alrededor de la agricultura, la avicultura y las industrias hortícolas ya sea en pequeña, mediana y a gran escala; pero lamentablemente este sector de la economía no escapa de la realidad reflejada en todo el país no existe apoyo del Gobierno nacional y lo que es peor debido a muchas expropiaciones y la situación económica crítica que vive el país ha llevado a la quiebra de muchas industrias”
Para Quintero, “La crítica situación económica que vive el país se refleja en nuestro municipio así es el caso de la agricultura ya no se produce ni la cuarta parte de lo que se producía años atrás, nuestros agricultores no pueden costear los gastos de sus siembras. La ganadería, tanto bovina, porcina y avícola ha disminuido notoriamente y es un grave problema no producir lo que necesitamos para comer; por otra parte está el problema de las fallas eléctricas, esto afecta el sector comercio debido a que no hay una inmediatez en el pago entre productor y comerciante además estas fallas afectan la señal de los puntos ventas. De igual manera está el problema gravísimo que vivimos con la gasolina, sufrimos cada día y hasta se amanece haciendo las colas para surtir y esto afecta directamente la economía debido a que se hace cada vez más difícil trasladar los alimentos del productor al consumidor y eso sin mencionar lo tedioso que se hace para trasladarse a comprar los alimentos de primera necesidad”.
Por su parte, Luis Parra me informa que el Municipio Miranda no se encuentra mejor, de hecho, “Nuestra tierra ni siquiera tiene un alcalde que sea de aquí, no es de Miranda, ese detalle explica el por qué de la indolencia frente a la crisis del Dragón Amarillo, enfermedad que arrasó con la siembra de naranja. Aquí no nos caemos a cuentos, el Coronavirus nos preocupa porque la misma gente que tenía que enfrentar al Dragón Amarillo es la que supuestamente va a vencer al Covid19… nada esperanzador si tomamos en cuenta que hoy los árboles secos de Naranjas solo nos sirven de leña frente a otra crisis, la falta de gas doméstico”.
Llama la atención una tendencia poco revisada, Parra nos informa que “muchísima gente anda haciendo y vendiendo tabaco artesanal. Se está migrando a ese cultivo porque la industria cítrica está quebrada. La vialidad agrícola no permite, por estar destruida, su uso para traslado de productos agrícolas cuyos pesos sean mayores con algo de rentabilidad. Sin servicios públicos en la zona rural los productores están entre elaborar tabaco o la siembra exclusivamente para la subsistencia familiar”.
De regreso a mi municipio, me encuentro con José Alemán, un joven profesional que efectúa un intenso activismo en Libertador. Desde su perspectiva, “El gobierno municipal ha tenido un desempeño deficiente, las políticas públicas no han sido promotoras del desarrollo social, los servicios públicos están informalmente privatizados, por ejemplo el suministro de agua vendido por camiones cisternas cuando en la democracia se garantizó la potabilización del agua y la prestación del servicio por tuberías, hoy en día; llamar a esta degradación “servicio” es un insulto a la modernidad porque hemos tenido que volver a prácticas del pasado con la perforación de pozos, si hablamos de vialidad no lo haremos por cosas buenas, nuestras vías de servicio son una odisea, el sistema eléctrico desatendido, en fin, si habláramos de cada una de las competencias municipales haríamos varios tomos de libros sobre cómo gobernar mal producto de apoyar un régimen socialista y destructivo, si hablamos de COVID 19, la palabra cuarentena aquí solo se refiere al horario laboral, es solo para saber si trabajamos completo o hasta mediodía. Tal vez con tristeza podríamos pensar como que Dios se olvidó de nosotros, pero Drácula también se olvidó del municipio. Aunque no todo son malas noticias, si hay algo bueno aquí es que la gente no se rinde ante la vida y enfrenta los riesgos de este pandemia.”
Al preguntarle a José Alemán sobre cómo imagina el porvenir me expresó una interesante reflexión, a su juicio, “Contamos con una ubicación geográfica envidiable, somos la puerta del llano con la cercanía de los principales mercados y zonas industriales del Estado, una potencialidad natural como podría tenerla Naguanagua y una potencialidad industrial como podría tenerla San Diego o Puerto Cabello, sin embargo, estamos en un nivel de desarrollo social inferior, teniendo zonas agrarias y zonas productivas con muchas oportunidades para el emprendimiento, el problema, en mi opinión, nace con la mala gestión de gobierno y el pensamiento retrógrado de que somos un pueblito, luego pasa por un mal proyecto de gobernabilidad político -económico (si es que el chavismo tenía algún proyecto, eso lo dudo mucho) pues acá no se anuncian proyectos agrícolas, ni inversión privada, ni pública, solo se rebuzna desde el poder la sugerencia de hacer un conuco en la casa y un cultivo endógeno y eso no es desarrollo social, la crisis nacional le suma a nuestro municipio los peores escenarios como el del combustible y el transporte para sembrar, cosechar y las demás actividades comerciales”.
La desolación que la crisis humanitaria compleja ha dejado en el occidente de Carabobo nos quitó hasta las naranjas, pero esto tres activistas me insisten que continúan luchando, que no se entregan y trabajan a diario por mirar al futuro con esperanza. Ellos son Secretarios de Asuntos Municipales de AD, conocen a su pueblo y sus dolores colectivos, serán claves para la reconstrucción.
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