“No te comas la luz”

Venezuela atraviesa una crisis general: social, política, económica, sanitaria, etc, más la  pandemia mundial que está lejos de acabar; falta de instituciones sólidas o inexistentes, el “estado” esta atomizado, en virtud del concepto clásico de estado podría estar en entredicho si el país cuenta con esa figura jurídica.  

No obstante es recurrente que las personas se dirijan a los personeros que se encuentran ostentando los distintos niveles de gobierno y demás instituciones públicas en búsqueda de soluciones a los ingentes problemas, en su mayoría la respuesta es exigua, se les condena y crítica, con mucha razón en su gran mayoría, son  ineficientes en las gestiones que les corresponde, pero también hay que evaluar como es el comportamiento de la ciudadanía con respecto a su entorno. 

Si bien es cierto que la institucionalidad está en entredicho, la conducta ciudadana en su gran mayoría también, un caso sencillo es el comportamiento ante el semáforo, instrumento casi obsoleto, algunas veces por estar dañado, otras por las múltiples y constantes fallas en el servicio de electricidad, pero también en el supuesto que funcione el aparato, las personas ya no respetan esa importante señal, aquel que se pare a esperar el cambio de luz, es corneteado, insultado, hasta podría llegar a ser violentado físicamente, la gente se COME LA LUZ sin importar si es hombre o mujer, o también si es la autoridad o cualquier ciudadano, parece simple, pero no frenar ante la luz roja, o acelerar ante la luz amarilla en vez de recortar para detenerse, podría significar el salvar vidas, a diario vemos este comportamiento altanero y primitivo en las distintas zonas de Caracas y del país. 

La frase “no te comas la luz” podría servir para otros ejemplos, no es solamente el comerse la luz del semáforo que es muy delicado, la gente exige a las instituciones que imponga orden en distintas situaciones del acontecer diario, pero porque necesitamos la coacción del “estado” para tener una conducta armoniosa, respetar el derecho de los demás. 

Sí, Venezuela es un desastre, vemos muchos abusos, algunos esperan un milagro divino, otros la intervención de terceros o la llegada de un mesías político, pero no aplican algo tan sencillo como mejorar su conducta, solo hay quejas y decir que esto no sirve para nada, pero en la primera oportunidad: se comen la luz del semáforo, se colean en el banco o cualquier cola en la que se encuentren, ponen la música en alto volumen a cualquier hora o día (porque estoy en mi casa, y me da la gana), no se ponen el tapabocas; en fin podríamos llenar páginas con ejemplos, es el día a día de cosas que no ameritan intervención de la “autoridad”, que se pueden resolver conversando entre las partes, o solamente tomando conciencia el supuesto infractor y recapacitando su conducta. 

Caso importante en el acontecer de hoy: la situación pandemia, esperan que el “estado” decida el 7×7, lo flexible o radical, es pertinente, pero primero es tú responsabilidad informarte, saber que tienes que cumplir las normas de bioseguridad, salir lo básico o necesario para cuidarte tú, a tu familia y a los demás, colocarte el tapaboca adecuadamente, tener respeto por los demás, y saber que este es un virus que no lee decretos, así que pueden publicar normas indicando libertades, pero cada uno tiene un libre albedrío, y está en nosotros ser responsables para evitar más contagios, ya que sabemos lo costoso y la situación precaria del sistema de salud. 

Sí, el país está muy mal, ¿crees que no puedes hacer nada? , por supuesto que si puedes, desde el ámbito local, mejorando nuestra conducta, enseñando valores, pero sobre todo demostrando con el ejemplo, con la acción, el derecho de cada uno termina donde comienza el del otro, respetando, con tolerancia, simplemente: NO TE COMAS LA LUZ. 

Antonio Gonzalez
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