Atrapados
Por Ivanna Méndez
@IvannaMendezM
Una de las mayores virtudes del venezolano es, sin dudas, su optimismo. Ese sentido del humor que lo ayuda a soportar bajo una aparente calma todas las circunstancias que se le presenten, por horribles que sean. Sin embargo, a veces puede resultar contraproducente y para un ejemplo, todo lo que está pasando. Esa capacidad de negar la posibilidad de que nuestras decisiones pudieran terminar en terribles consecuencias. Al venezolano no le gusta cargar con tanta responsabilidad.
Lo que muchos expertos dijeron por fin llegó y a pesar de que se nos dio suficiente tiempo como para que no nos agarrara por sorpresa, esa costumbre de ser más optimistas de lo que deberíamos. Y ahora entre toda esa negación nos encontramos en un país de escasez, crisis económica, inseguridad y además de todo, ante un riesgo real de aislamiento de aquí a unos cuantos meses. Nuestros peores miedos a los que nos negábamos rotundamente, han dejado de ser un espejismo para convertirse en una inminente realidad, estamos atrapados en nuestras propias fronteras, tal cual otra conocida isla del Caribe.
Hace pocos días, el vicepresidente del área económica, Rafael Ramírez, durante una rueda de prensa en Maracaibo, comentó respecto al tema de las aerolíneas y la suspensión de vuelos: “Están desviando aviones para el Mundial de fútbol, pero no es que se están yendo del país”.
Sin embargo, según los cálculos de Humberto Figuera, presidente de la ALAV, la deuda del gobierno ascendió a unos $ 4000 millones. Alitalia –responsable de aproximadamente el 22% del transporte entre Venezuela y Europa– dice tener pendiente el cobro de 130 millones de euros por lo que anunció que dejaría de operar temporalmente en el país a partir del mes junio. Por otra parte, Lufthansa suspendió la venta de boletos a través de agencia. AirCanada fue la primera en anunciar su fin de operaciones en el mes de marzo; otra aerolíneas como Iberia, Air France, Air-Europa, Copa y Aerolíneas Argentinas. Ya son 8 las compañías que han reducido sus vuelos y ventas en Venezuela. Además se han agudizado las restricciones para quienes desean viajar al exterior: precios de boletos increíblemente altos, la apertura de los cupos es ahora con 30 días de anticipación, disminución en la frecuencia de los vuelos, etc. Por su parte, Ipostel suspendió “de forma temporal” desde el 15 de mayo cualquier envío desde Venezuela, ya sean cartas, postales, paquetes, encomiendas, documentación o mercadería. Todo esto guarda consecuencias mucho más graves que las que parecen entender los venezolanos, más allá de dificultades para conseguir un pasaje para las próximas vacaciones esto puede significar un gran peligro para el comercio y la economía en general, sin hablar las muchas otras consecuencias. Un país cuyas libertades se encuentran secuestradas está convirtiéndose poco a poco en uno que mantiene presos a sus habitantes.
Los esfuerzos de las protestas iniciadas por los estudiantes han dado un mensaje claro a favor de la libertad y la democracia, aunque a veces parecen haber perdido la brújula respecto a lo que realmente reclaman. ¿Estos esfuerzos serán suficientes para rescatar una Venezuela secuestrada y al borde del abismo?
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