Felipe vs El tiranosaurio Rex
Por Tulio Álvarez
@tulioalvarez
Tulioalvarez17@gmail.com
Felipe González lo dijo todo en varias frases que pronunció en Colombia, con un cierto dejo de burla: «Gracias Maduro. Si no fue tu intención, será por tú torpeza. Diste gran relevancia a una visita que yo había planeado como de bajo perfil«. Esta verdad absoluta pone a pensar a cualquiera. ¿Será que a los Tiranosaurios de este Jurasik Park que llaman Venezuela ya no les importa, les tiene sin cuidado, la opinión pública internacional?
Lo que tanto cuidaron en un pasado, sufragando inmensos subsidios a todos los chulos y demás depredadores del mundo, dando dádivas y regalos con lo que nunca ha sido suyo, basados en el más cínico de los discursos populistas; todo lo han lanzado por la borda, al basurero de las imágenes perdidas. En el mundo civilizado, aquí excluyo por supuesto a los fundamentalismos y muy especialmente a Corea del Norte, existe una percepción de una descomposición máxima del cuerpo político y social venezolano. Ya las noticias que salen de nuestro país alcanzan carácter mítico en cuanto a lo absurdo e inexplicable.
Argelia Ríos lo dijo en una declaración que le publicó el Tiempo de Bogotá: «González evidenció que Venezuela es una sociedad cada vez más cerrada, con una democracia cada vez más limitada«. Una forma muy elegante de indicar que en este país hay un desnalgue general, una crisis de valores sin precedentes y un deterioro de los más elementales principios de convivencia humana. Y Felipe destacó lo insólito de este proceso: “Frente a una dictadura, uno sabe a qué atenerse, pero no frente a una democracia traicionada”. Lo que le faltó añadir fue que los felones son unos saurios del pleistoceno que han revivido las ideologías más macabras de la historia bajo el mando de Rex II, el tiranosaurio heredero de la barbarie.
Pero la guinda de la torta fue la rabieta de Rex ante el apoyo logístico que el Gobierno de Colombia le prestó al líder histórico del PSOE español. El fósil ideológico afirmó: «Salió huyendo en avión de Fuerza Aérea colombiana y le exijo a Santos explicaciones claras sobre tal hecho«. Al margen de que tal afirmación refleja la forma en que este régimen conformado por los payasos del circo cuida la soberanía, no contento con provocar a quien le ha resultado un buen aliado del otro lado de la frontera, se enfrascó contra el colombiano común que ha hecho vida en Venezuela: «Colombia se ha transformado en una exportadora neta de pobreza hacia Venezuela… Estos inmigrantes (colombianos) vienen buscando educación, trabajo, salud y vivienda…, se vienen y todo lo que traen es necesidad y pobreza…» Por supuesto, Santos no se quedó con esa y le ripostó: «Yo le diría (a Maduro) que es a la inversa, nuestro sistema económico produce prosperidad…«
Utilizo las versiones de los medios de comunicación colombianos porque, por casualidad, estaba dando unas conferencias sobre el proceso de paz y el posconflicto en varias universidades de allá; además, los medios de acá se cuidan mucho de publicar algo inconveniente para sus censores o sus dueños reales, los que los han comprado a través de testaferros con el dinero de la corrupción.
Les voy a decir algo, con el poco tiempo que pude utilizar para pasearme por Cúcuta, Pereira y Bogotá, me convencí de la veracidad en lo que dice el señor Santos; y que conste que él no goza de mi predilección. Parece que en Colombia la guerra económica la ganó el colombiano porque hay harina pan en todas partes. En un Éxito de Pereira me dijeron: “Vienen muchos venezolanos. Lo sabemos porque toman fotos de toda la mercancía…”; y en un hipermercado de Bogotá me preguntó la cajera: “¿Usted es venezolano?; ¿Cómo lo supo?; Aquí los hombres no compran tampax al por mayor…”. Y yo le sonreí, sin que ella supiera que en realidad me quería llevar hasta el papel toillete pero no tenía espacio. Sin embargo, como van las cosas, la Casa de la Moneda terminará imprimiendo suficientes billetes que al menos cubran ese rubro.
El Tiranosaurio Rex también se molestó por un avión que le ofreció la Fuerza Aérea colombiana al líder español. La cachetada de Santos sonó duro cuando explicó: “Los vuelos de la Fuerza Aérea Colombiana a Venezuela son frecuentes por la logística del proceso de paz”. ¿Qué quiso decir con esta frase? Es más, un dato curioso, Felipe González se reunió en Bogotá con Humberto de la Calle, jefe negociador del proceso de Paz con los terroristas de las FARC. Un gran amigo con el que me reuní allá, casualmente ministro de Santos, me indicó que el presidente colombiano lo estaba sondeando para integrarlo a la Comisión de la Verdad que pronto se instalará en Colombia. Se imaginan.
Antes de escribir este artículo soñé que estaba en un país donde se conseguía variedad de cualquier producto, existían instituciones sólidas, libertad de prensa, un ejército profesional, una ciudad ordenada y otras maravillas que ya habían sido borradas de mi memoria. Entonces desperté y me percaté que todavía estaba en Colombia dando conferencias. Pero a la hora que lean este artículo, ya estaré con ustedes para compartir esta pesadilla. Vamos a hacer un esfuerzo colectivo por despertar.
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