Desenlace, transición y reconstrucción (III de IV)

Por Werner Corrales Leal

@wernercorrales

 

 

 

… Desactivar la crisis humanitaria y hacer de la Transición el inicio de una nueva solidaridad

El presente artículo es el tercero de una serie de cuatro que están dedicados a exponer las propuestas de acción que vienen siendo trabajadas por varios grupos de expertos de la sociedad civil venezolana, una Propuesta Ciudadana que busca contribuir a una transición pacífica e irreversible a la democracia, en los temas del artículo actuando en los ámbitos sociales.

 

Los objetivos de los programas sociales de la Transición son dos. El primero es desactivar la crisis humanitaria que se viene gestando, colocar el abastecimiento de bienes y de servicios sociales fundamentales -incluido el de seguridad ciudadana- en niveles satisfactorios de prestación, sacándolos del colapso al que se acercan peligrosamente, y promover reformas jurídico-institucionales que hagan viable todo lo anterior. El segundo es convocar e incorporar a la ciudadanía en esa recuperación para contribuir a la reconstrucción del tejido social a través de la cooperación solidaria entre grupos sociales.

Propósito de control de la sociedad y corrupción desenfrenada del régimen en las raíces de la crisis social

El intento sostenido de controlar a los individuos y a la sociedad en todas sus actividades es un rasgo incesante de la acción del régimen chavista a lo largo de los últimos trece años por lo menos. Por esa vía hizo mermar considerablemente la oferta de bienes y servicios tanto privados como públicos, y elevó a niveles nunca antes vistos los índices de violencia criminal.

 

El gobierno socialista controló a los empresarios siguiendo al camino del control social, extorsionándolos permanentemente porque tenía en sus manos el poder para hacerlos desaparecer. Instituyó toda clase de controles y regulaciones al funcionamiento de la economía incluyendo el “otorgamiento de divisas para importar” y atropelló los derechos de propiedad hasta postrar a los productores privados o hacerlos desertar de sus actividades, cuando no expropió centros comerciales, cadenas de distribución de alimentos, tierras agrícolas y fábricas que inmediatamente redujeron su contribución a la oferta nacional.  Tener en sus manos la distribución de alimentos a través de varias Misiones o la producción de cemento, no respondía principalmente al pensamiento afiebrado de ideólogos y burócratas que imaginan al Estado como defensor de los intereses del pueblo frente a los empresarios, sino al afán de controlar políticamente a los consumidores e intermediarios menores.

 

La Misión Barrio Adentro, que se convirtió progresivamente en el eje de la atención pública de salud, siempre fue –como las demás misiones- un instrumento de control social, arma de un control cuya expresión más inocente es el clientelismo electoral. El rechazo a su propósito de dominio político-ideológico por los profesionales de la salud, que siempre fueron adversos al control, y el apoyo recibido del gobierno cubano llevaron al gobierno a centrar su sostén en la citada Misión Barrio Adentro, a negar soporte a la red de hospitales públicos, que terminó abandonada y reduciendo a la tercera parte sus capacidades de prestación, a montar las escuelas de médicos integrales comunitarios y a fragmentar y desinstitucionalizar al sector público de salud.   A lo largo de los últimos quince años el sistema público ha venido haciéndose incompetente para promover la salud colectiva y para prevenir y controlar las epidemias en favor de toda la población, además de venir minimizando sus prestaciones.

 

El progreso del crimen violento y la invasión por el mismo de muchas esferas de actividad de la sociedad venezolana también se asocian al montaje de una red coercitiva de control social por parte del gobierno chavista.  La multiplicación de los crímenes violentos incluidos los que se dan en enfrentamientos de grupos numerosos de delincuentes contra la policía no resulta de la generalización del delito como fenómeno de descomposición social y cultural. Expresan el desarrollo del crimen organizado, el cual se estructura en formas corporativas, redes de delincuentes y paramilitares fuertemente armados que el gobierno promovió originalmente para mantener a raya a los opositores y disuadir protestas masivas. En la  cúspide estarían los nodos originalmente dominados por jefes de “inteligencia militar” que -de acuerdo con estudios internacionales- controlarían el tráfico de armas y drogas, y en las redes primarias estarían pranes, colectivos, mega-bandas y seudo sindicatos ligados a la cúspide por los dos grandes negocios mencionados.

 

Y la macro-corrupción siempre estuvo en las diversas formas de control social que hemos comentado, relacionada con la asignación de divisas, la importación y distribución de alimentos en diversas misiones, la “inteligencia militar”, la emergencia eléctrica para adquirir equipos de generación y la Misión Barrio adentro. Todas ellas dan origen a grandes negocios de corrupción que a la postre se convierten en los motivadores del “desarrollo de los servicios sociales” a los cuales han estado asociados. Algunos ejemplos son los de asignación fraudulenta de divisas de CADIVI para la importación (al menos 25 millardos de dólares según el exministro Giordani), la sobrefacturación de equipos eléctricos (otros 35 millardos), el financiamiento por PDVSA a la Misión Barrio Adentro (por 27 millardos) y las multimillonarias pérdidas por importaciones de alimentos de PDVAL que no interesaba distribuir sino dejar podrir.

 

La Transición de la cual venimos hablando es un proceso político, como todos los cambios profundos que se dan en una sociedad, pero debido a varias razones, entre ellas las aquí comentadas, el cambio que pronto empezará a vivir Venezuela obliga a actuar prioritariamente y con especial cuidado en los ámbitos de lo social, enmarcando las acciones en perspectivas de solidaridad y de reconstrucción del tejido social. 

 

Los ámbitos de la acción social en la transición

Las acciones prioritarias que contempla la Propuesta Ciudadana en los ámbitos de lo social se orientan a recuperar y  mantener en lo sucesivo niveles satisfactorios de calidad, oportunidad y cantidad en el abastecimiento de alimentos y en el acceso a la atención de salud, que todos los venezolanos ven en niveles de funcionamiento rayanos en la crisis humanitaria; la provisión constante de servicios públicos fundamentales como los de movilidad urbana y particularmente los de electricidad, agua potable y saneamiento a los hogares, los cuales son muy precarios en todo el país salvo en la Capital donde por razones de imagen política se racionan menos que en el interior; y la garantía de seguridad y protección de individuos y familias contra la violencia que ha tomado las calles de Venezuela, en muchos casos en connivencia con órganos de seguridad del Estado.

 

En cada uno de estos ámbitos, los expertos preparan tanto programas de acción inmediata, como planes de reconstrucción de los sectores y propuestas para iniciar reformas jurídico-institucionales de mayor aliento en los modelos de atención de los servicios. Los programas de acciones inmediatas se dirigen a la desactivación de la crisis en sus focos álgidos que son la atención de salud incluido el abastecimiento de medicinas, insumos y equipos médicos; la seguridad ciudadana y el desmontaje de redes delincuenciales que operan al abrigo de organizaciones gubernamentales; la recuperación de los servicios de electricidad, agua y saneamiento; y el abastecimiento de gas domiciliario, alimentos y repuestos de automóviles y equipos. Los planes de reconstrucción se enmarcan en imágenes de desarrollo de los sectores a mediano y largo plazo dedicándose a acciones de recuperación de las capacidades de atención destruidas por la incuria y la corrupción del régimen, las cuales deben iniciarse de inmediato pero darán resultados a mediano plazo; y las propuestas para iniciar reformas jurídico-institucionales de los servicios buscan echar las bases para un funcionamiento futuro de los mismos realmente institucionalizado y eficiente, no politizado y sujeto a escrutinio por la sociedad.

 

En los programas de acción inmediata se busca dar respuesta urgente a dos conjuntos de procesos graves que ya están en marcha o que pueden aparecer en la transición de no ser prevenidos. El primero de esos conjuntos es la crisis humanitaria de la salud y la alimentación que está en veloz gestación, en medio de la cual comienza a darse la transición. El segundo conjunto tiene que ver con los impactos potenciales que tendrá la reducción del gasto público, remedio que inevitablemente debe ser empleado para contener la debacle económica a la cual nos ha llevado el régimen socialista del Siglo XXI. Hay que estar preparados para asistir focalizadamente a los grupos sociales más vulnerables. Aunque los programas de ajuste no se conciban como “shocks”, la necesaria reducción del gasto público  tiene impactos que tenderían a afectar más a los más débiles si no hay una preparación de la sociedad para evitarlo.

 

Las perspectivas de solidaridad y de reconstrucción del tejido social  

Este proceso de transición -como hemos dicho en artículos anteriores- implica reconstruir los tejidos de cooperación, solidaridad y cultura común que hacen una nación, que están hoy deshilachados, reconstrucción que solamente tiene posibilidad de éxito si involucra a toda la sociedad y no solamente al Estado en hacer desaparecer el caldo de cultivo en el cual germinó la mal llamada revolución socialista. La situación de exclusión social y la ausencia de solidaridad de dimensiones graves que fueron vividas por Venezuela en las últimas décadas del siglo pasado fueron propicias a la siembra de odios sociales que realizó Hugo Chávez, los cuales hoy siguen cultivando sus herederos en las ominosas cosechas de la confrontación social.

 

La reconstrucción del tejido social, estrategia que impregna a todas las propuestas preparadas por los grupos de expertos que trabajan en lo social, se expresa concretamente a través del objetivo de promoción de la equidad de acceso, que  las inspira a todas, y de las vías de cooperación solidaria de los ciudadanos, grupos y organizaciones de la sociedad civil que son invitados a participar en la implementación de todos los programas.

 

 

Para leer los artículos anteriores de esta serie, dale clic a los siguientes links:

Desenlace, transición y reconstrucción (I de IV)

 

Desenlace, transición y reconstrucción (II de IV)

(Visited 110 times, 1 visits today)

Guayoyo en Letras