Discurso del deseo

Por Jennifer Ávila

@jenn_avila

 

 

 

No hay bancos libres donde sentarme

ni atajos donde correr

cerró ventanas

pintó rejas negras en su cadera

 

Nunca creí que una mentira llevara a cuidarme de los pájaros.

 

Jamás tanto placer, jamás tanto susto

jamás tanto grito, tanta bulla, tanto mar

  

Jamás, jamás, jamás,

tanta boca sobre mis bocas.

 

Ocurre el ocaso

mientras en un grito,

ínfimo

se pueden ser

todos los rostros posibles.

 

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