librería

Curioseaba el niño las historietas a la entrada del local, yendo el librero a su encuentro.  La serena conversación derivó en el préstamo de un ejemplar que dio pie a otros, leídos y devueltos con extraordinaria puntualidad.  Así fue Libero de

A principios del mes pasado, falleció Walter Rodríguez, el magnífico librero. Obviamente, desentonamos con una noticia que poco o nada significará para las nuevas generaciones que ya no saben del oficio: muy pocas veces habrán pisado una librería por estas latitudes,

Inadvertidamente, nos hemos desacostumbrado a las vitrinas comerciales. Cada vez más escasas, perdemos la noción de la libre oferta de bienes y servicios que, por ahora, relegamos a la mirada digital, cuyo ámbito – paradójicamente – es impersonal. Cierto, la consulta