¿Cómo mantener la cordura?

No cuento nada nuevo cuando digo que vivimos una alta tensión emocional y, no solo por su intensidad sino por su permanencia sostenida en el tiempo, sumada a importantes niveles de incertidumbre e incluso impotencia para poder liberarnos de la misma.

Cuando compartes con otras personas, tanto personalmente como en redes sociales, se ha tornado habitual escuchar la frase -ahora es que falta- frase que si bien se dice con mucha ligereza, puede angustiar mucho más a los más sensibles que anhelan desesperados la salida a la misma, donde no se entiende si encierra una esperanza de salida solo que atrapada en las redes del tiempo o un proceso que pudiera llegar a ser infinito.

Lo cierto es que muchos sentimos, vivimos y padecemos una situación fuera de control caracterizada por atropellos constantes, injusticias sostenidas, muertes que no debieron ocurrir, carencia económica y de insumos básicos  como comida y medicinas para la subsistencia, preocupación por la falta de solidaridad del resto de los países que hasta ahora solo se ha reflejado en reseñar lo que sucede pero sin pasar de allí, inseguridad, entre otros; la pregunta es ¿cómo reaccionamos ante esto?

No puedo dar una respuesta única porque cada persona posee sus propias características pero gran parte de los venezolanos  ha atravesado un vaivén emocional donde la zozobra, la desesperanza, la tensión nerviosa han ocupado un papel estelar en su psique y esto ha su vez ha generado consecuencias diversas:

  • Trastornos del sueño: dormir demasiado o dificultades para conciliar el sueño
  • Irritabilidad: aplicando esa frase tan venezolana que dice “estar de a toque” y terminas atacando incluso a gente que quieres
  • Estados depresivos
  • Angustia
  • Episodios de llanto frecuentes
  • Dificultad para concentrarse

¿Qué hacer?

Nuevamente las diferencias individuales marcarán las técnicas en cada caso pero hay dos aspectos de aplicabilidad general que son:

Concientizar y canalizar

Cuando concientizas entiendes que hay razones que te llevan a estar afectado(a), es decir, no es irreal o imaginario, estamos viviendo momentos muy duros, tanto que para un gran número de personas son los más fuertes que hayan vivido a nivel político y social, y, cuando tomamos conciencia de esto podemos comprender y ser compasivos con nuestro sentir.

Como segundo paso y, con este entendimiento, es importante canalizar esta energía de modo que resultemos lo menos afectados posible, drenar esta emocionalidad desde la forma que te resulte más útil, a mi por ejemplo el silencio me ayuda mucho, el estar desde la introspección y en comunión con Dios me da fortaleza, otros pueden canalizar desde los ejercicios, compartir con seres queridos. la meditación, la escritura, etc. y generalmente a través de una combinación de estas prácticas; siendo el punto fundamental el mantener la fortaleza y la fe sin por ello aislarse de la realidad.

Dosificar la avalancha de información y desinformación bajo la ola de rumores que nos llega por las redes sociales es muy saludable para evitar el tormento mental, así como observar nuestros pensamientos para evitar estar inmersos en una sobredosis de pensamientos negativos que traerían como consecuencia la depresión y el desequilibrio emocional.

Hoy más que nunca nuestro país nos necesita fuertes y equilibrados para no decaer en esta lucha que pareciera del bien y el mal, de la justicia versus la injusticia y que se caracteriza por ser absolutamente desigual pero recordemos que la perseverancia trae sus frutos, qué lo desequilibrados y desunidos sean otros, no quienes queremos y luchamos por una Venezuela libre.

La gota de agua perfora la roca… no por su fuerza, sino por su constancia

Liliana Castiglione
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