Venezuela, 7mo país megadiverso del mundo.

La biodiversidad es un término relacionado a la gran variedad de formas de vida (animales, plantas y microorganismos) que se encuentran en la tierra. Comprende igualmente la variedad de ecosistemas además de la diferencia genética (diversidad genética) dentro de cada especie, que permiten la combinación de las múltiples formas de vida.

La biodiversidad resulta importante desde tres puntos de vista principales. Ecológicamente permite el equilibrio y la funcionalidad de los sistemas ambientales que proporcionan nuestra sustentabilidad en la tierra. Económicamente, brinda los recursos para el aprovechamiento y posibilitan el desarrollo de la humanidad. Y científicamente  ayuda a entender el proceso vital y a conocer el papel que cumple cada especie y elementos en los ecosistemas.

Venezuela por su ubicación geográfica, y sus características físico-naturales, goza de inmensa variedad de estas formas de vida, considerado entonces con megadiversidad, formando parte de los 17 países megadiversos del mundo, y ubicándose como el séptimo a nivel mundial. Según autores, el país aporta el 9% de diversidad del mundo.

Venezuela posee todo tipo de paisajes y climas en su geografía, desde selvas en la Amazonia y el Escudo Guayanés, bosques nublados, lluviosos, secos, tropicales y subtropicales, manglares, desiertos y matorrales, en los Andes tiene grandes cadenas montañosas en donde se registran  las temperaturas más bajas del país. Además tiene sabanas, llanos, y tepuyes, estos últimos considerados como las formaciones rocosas más antiguas del mundo.

También posee grandes lagos, lagunas y ríos, así como playas de aguas cristalinas y un gran número de islas y archipiélagos. Esto convierte a Venezuela En una nación rica en ecosistemas.

Los ecosistemas y paisajes anteriormente nombrados, permiten el desarrollo  de distintas especies, por lo que albergan diversidad de fauna y flora. En nuestro país se han descrito al menos 117 mil especies, número que pudiera incrementarse en la medida que se continúen y profundicen los estudios científicos.

La fauna de Venezuela consiste en una gran variedad de animales únicos, alrededor del 23 % de los reptiles y el 50 % de las especies de anfibios que habitan en el país endémicas (sólo existen en ese lugar).

En cuanto a la flora, el país posee alrededor de 30.000 a 35.000 especies de plantas, de las cuales más de 8.000 son endémicas y únicas del país. En plantas carnívoras existen diversos tipos, así como especies únicas que se encuentran en el Parque Nacional Canaima. Tiene más de 30.000 especies de angiospermas, posicionando al país en el octavo lugar mundial.

De igual modo, el país ocupa la quinta posición en el mundo en número de especies de aves, la séptima posición mundial en especies de plantas vasculares, ​la novena posición mundial en anfibios, la cuarta posición con más especies de peces de agua dulce, y además figura entre los países con más especies de mariposas.

No obstante, Venezuela en la actualidad presenta muchos problemas ambientales que afectan directa e indirectamente a la biodiversidad, pues todas las actividades que realiza la humanidad desencadena una serie de efectos e impactos negativos que la afectan. La agricultura y ganadería, proyectos forestales, la construcción, las industrias, son algunas de las actividades que perjudican a la biodiversidad.

Entre ellas están el comercio ilegal de animales y plantas silvestres, la destrucción de sus hábitats naturales, falta de inversión para su investigación y manejo, débil gestión ambiental, limitados esfuerzos en conservación, introducción de especies exóticas (que no son propias del lugar) que alteran la cadena trófica, deforestación y el creciente número de especies en peligro de extinción.

Para contrarrestar los problemas ambientales se debe diagnosticar el deterioro real que ha sufrido la biodiversidad en Venezuela, para conocer la problemática y poder aplicar las medidas correspondientes. Vigilar y controlar el comercio ilegal y penar a aquellos que atenten contra las especies. Invertir en investigaciones que permitan describir y clasificar las especies aún desconocidas, además de realizar investigaciones para la conservación, el manejo y la gestión de los mismos. Realizar campañas de educación a las comunidades para su protección y conservación. Controlar y vigilar la introducción de especies exóticas. Minimizar las actividades de deforestación y reforestar las áreas afectadas. Invertir en soluciones y en medidas de conservación para detener la extinción de especies.

Si nos abocamos a conservar la biodiversidad, tendremos mayor calidad de vida y podríamos aprovechar de manera sustentable los recursos que ésta nos brinda, lo que conllevaría al desarrollo económico, social y ecológico.

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