Revolución Sustentable, la nueva revolución del siglo XXI

Para entrar en contexto, el hombre desde sus inicios se ha valido de los recursos naturales como materia prima para cubrir sus necesidades y para su desarrollo. Mientras evolucionaba la humanidad, sus necesidades también lo hacían. Es por eso que los procesos de desarrollo cambiaban con el tiempo. Éstos fueron denominados revoluciones.

En la historia de la humanidad se conocen dos revoluciones importantes, cada una con características diferentes. Ambas son consideradas como los cambios más trascendentales de la historia de la humanidad y que han marcado un paso a procesos de desarrollo en las sociedades.

La primera fue la revolución agrícola, también conocida como la revolución neolítica que tuvo lugar desde 8.000 a.c., y fue la primera transformación radical de la forma de la vida humana, que pasó de ser nómada a sedentaria y que cambió su economía recolectora (caza, pesca y recolección) a productora (agricultura y ganadería).

La segunda fue la revolución industrial, aconteció en la segunda mitad del siglo XVIII en Gran Bretaña y se fue extendiendo por Europa Occidental y América. En este período ocurrieron transformaciones económicas, sociales y tecnológicas en la historia de la humanidad, donde se pasó de una economía rural de agricultura y comercio a una economía urbana, industrializada y mecanizada.

Éstas dos revoluciones dejaron muchos impactos positivos y negativos. Pues la humanidad se desarrolló económica y socialmente, pero creando consecuencias ecológicas sin ningún tipo de control. En la revolución agrícola, se alteraban los ecosistemas en la utilización de la tierra para agricultura y ganadería, perdiéndose la diversidad biológica y afectando las cadenas tróficas. La revolución industrial fue aún más contaminante, en el que hubo un deterioro del ambiente y la degradación del paisaje debido a la explotación de los recursos naturales y a la dependencia del uso de fuentes no renovables como el carbón y el petróleo.

A partir de allí, se han implementado modelos económicos para el desarrollo y para lograr lo que somos hoy en día, pero dichos modelos han dañado al ambiente y a sus recursos.

La humanidad no puede seguir con el mismo patrón de desarrollo, pues se utilizan los recursos naturales de forma descontrolada y ecológicamente inaceptable, explotándolos y no aprovechándolos, generando desechos, y las consecuencias de esto ya es evidente. Por lo tanto debe hacerse una transición, una nueva revolución, del mismo alcance y las mismas proporciones de las revoluciones anteriores y en el que haya un cambio transcendental para toda la humanidad.

Esa revolución sería la Revolución Sustentable, una con el concepto del llamado desarrollo sustentable y que sea económicamente rentable, socialmente benéfica y ecológicamente viable. En ésta el ser humano cambiaría la manera en que interactúa con los sistemas naturales de forma más consciente.

No se debe limitar a unos países actuando de manera independiente, por el contrario, debe desarrollarse a escala mundial con dirección a un mismo propósito. Con la intervención de gobierno, sector privado y organizaciones para crear un cambio verdaderamente transformador. Todos los sectores económicos y sociales deben estar comprometidos.

Para llegar a tal propósito, se deben diseñar sistemas innovadores y sustentables que permitan el uso de tecnologías no contaminantes. En los modelos industriales deben implementarse sistemas de gestión ambientales. Con esto se logra menos efectos en el ambiente y la forma de controlar los impactos negativos, permitiendo una producción más eficiente.

Como toda revolución existen retos o metas que deben lograrse para que ocurra un cambio verdadero.

Uno de ellos sería sustituir las fuentes de energías actuales por energías alternativas o energías verdes. Hoy en día existen muchas de ellas, las cuales generan energía con el mínimo efecto ambiental posible, como energía solar, eólica, hidroeléctrica, osmótica, undimotriz, geotérmica, mareomotriz, de biomasa, biogás, entre otros.

Se debe restaurar desde ya aquellos componentes ambientales que fueron alterados, a través de medidas mitigantes y/o correctivas de corto, mediano y largo plazo, pues si bien es cierto nuestro planeta está deteriorado a tal punto que el cambio climático es ahora una realidad y que pudiera no tener retorno si no se ataca de inmediato.

Otros de los retos que deben enfrentarse, es el consumismo descontrolado de los recursos naturales, pues estos se deben aprovechar de forma equilibrada y controlada, para no agotarlos y que puedan mantener su capacidad de renovación.

La toxicidad, el smog, los contaminantes o compuestos orgánicos persistentes son otros de los elementos que deben ser eliminados, éstos deterioran enormemente al ambiente. Actualmente existe una práctica denominada química  sostenible o química verde, en la que se diseña productos y procesos químicos que permiten la reducción o eliminación de elementos nocivos para la salud y el ambiente. La química verde se sustenta de 12 principios que posibilita la praxis de una química segura. Por lo tanto debería ser desarrollada para ser aplicada en la llamada revolución sustentable.

Entre otros retos se encuentran, controlar el problema de la bioacumulación para la conservación de la biodiversidad, el desarrollo de prácticas sustentables en la construcción como los techos verdes y  la implementación de diseños verdes en el sector industrial. Además los gobiernos deben desarrollar indicadores o mecanismos estadístico que permitan visualizar los resultados obtenidos.

La Revolución Sustentable traería beneficios económicos, ecológicos, sociales, sanitarios y culturales. Por lo tanto para la supervivencia del ser humano y la conservación de nuestros planeta y sus aspectos bióticos y abióticos debe ser el camino que debe emprender la humanidad.

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