¿Eres víctima de tus pensamientos?

Hay una frase muy vista en las redes sociales que dice «Lo que crees, creas…o creer para ver y hoy quiero invitarte a analizarla desde su impacto en la vida».

Los pensamientos no son otra cosa que las interpretaciones que nuestro cerebro tiene de las situaciones, de la vida y, definitivamente dan lugar a sentimientos/emociones y de allí a conductas, por ejemplo, si crees que eres una persona fracasada difícilmente puedes obtener resultados exitosos, ¿cómo obtener resultados de nivel superior si tu mismo no lo crees?; entonces lo que pensamos es determinante en la vida y, lo que piensas es un asunto netamente individual producto de tus creencias y experiencias, razón por la cual dos personas ante una misma situación pueden tener percepciones distintas, e incluso, podemos ante una misma situación tener pensamientos distintos dependiendo del momento en que se perciba.

Pasamos la vida pensando de forma consciente o inconsciente, se dice que cada persona tiene un promedio de 60.000 a 70.000 pensamientos al día, la mayoría se repiten, y muchos de ellos son negativos, mutiladores y anclados en experiencias y vivencias pasadas.

Si en este punto pudieras estarte cuestionando por qué a pesar de repetirte afirmaciones positivas nada cambia, te cuento que lo más probable es que estas no sean sistemáticas, es decir, puede que las hagas pero ¿dónde quedan los pensamientos negativos que aún te acompañan? ¿Se puede cambiar con esa incongruencia?

¿Qué puedes hacer entonces? 

Cuestiona lo que piensas y crees: para ello debes estar atento, observar y detectar esos pensamientos porque muchos de ellos son tan automáticos que no los detectamos; una vez consciente pregúntate  por qué crees en eso, ¿qué hizo que pensara de esta manera?” buscando cuestionarlo en lugar de validarlos que es lo que solemos hacer.

Valida si eso que piensas te hace bien, y si no trabaja en detenerlo una y otra vez, de modo que vaya perdiendo fuerza con el tiempo

Repítete afirmaciones positivas: desde que te levantes hasta que te vayas a dormir, la constancia en el proceso será la clave del éxito.

Agradecer: es la mejor práctica para salir de la queja, solemos ser inconformes y estar pendientes de lo que falta más de lo que tenemos, pero, si te concentras verás que tienes mucho por lo que estar agradecido, desde la cobija para dormir, un empleo, la familia, etc.

Concéntrate en el presente: el enfoque en el pasado suele traer nostalgia y depresión; al igual que el futuro que puede generar ansiedad; esto es absurdo porque uno ya se fue y el otro no sabemos si llega, es el ahora lo único cierto.

Ten la certeza que solemos estar en una zona de confort y no por la comodidad que produce sino por el hábito de lo conocido: la vida puede llevarnos a desarrollar creencias irracionales, pensamientos automáticos no necesariamente reconfortantes y mientras más credibilidad les demos mayor emocionalidad sentiremos; no obstante los pensamientos pueden desinstalarse siempre y cuando lo deseemos, tomemos conciencia y seamos absolutamente perseverantes en el proceso; porque pensamientos que han tomado tiempo en establecerse en nuestra mente no se irán en horas, días o semanas.

Si no eres creador de tus pensamientos, estos te crearán a ti, de modo que si no te agradan los resultados que obtienes es el momento de revisar con qué pensamientos andas por la vida.

Liliana Castiglione
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