Hombres que maltratan a las mujeres

Cuando pensamos en actos violentos contra la mujer solemos imaginar agresión física pero no necesariamente es solo eso, la agresión suele tener otros matices, tal cual lo plantea las Naciones Unidas que define la violencia contra la mujer como «todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada».

¿Conoces las señales de violencia hacia la mujer?

Celos y control excesivo: los vínculos violentos pueden iniciarse con un “Exceso de atención” que se manifiesta en control excesivo y muchos celos, típicos de un hombre inseguro que requiere controlar a su pareja para evitar ser engañado o abandonado.

Humillación, subestimación, degradación: donde recibes de ese hombre críticas constantes, burlas, señalamientos reiterado de tus defectos y debilidades que terminan impactando en tu autoestima cuando se reciben en forma recurrente.

Manipulación por dependencia: estas formas de manipulación pueden ser de índole afectiva donde el agresor te hace sentir que poco puedes hacer sin su presencia, o económica si dependes de su dinero para vivir, o el permanecer indiferente emocionalmente para que desarrolles sentimiento de culpa viendo la causa de esa indiferencia en tu conducta. 

Intimidación: es otra forma de violencia en la cual el agresor se torna amenazante llevándote a sentir miedo de su posible reacción hacia ti, en especial, cuando te ha demostrado en otras oportunidades que si se enoja puede causarte daño y esto te lleva a un estado constante de alerta.

¿Qué señales nos permiten detectar la violencia?

Muchas veces las víctimas no comunican lo que está pasando en sus vidas pero hay ciertas señales que nos pueden dar indicios de lo que está ocurriendo:

  • Sumisión ante los deseos de su pareja y, se torna notorio el cambio de comportamiento cuando están con él a cuando no lo están.
  • Dificultad de tomar decisiones si no cuentan con la aprobación de su pareja.
  • Golpes o morados en su piel donde al preguntarle lo justifican con caídas o golpes involuntarios que se han dado.
  • Su nivel de autoestima y por ende de seguridad personal se encuentra disminuido.
  • Aislamiento social, rara vez puede compartir con sus amigas y/o su familia si su pareja no está presente.

Estas son algunas de las señales aunque en ocasiones no es fácil detectarlo porque muchas mujeres suelen sentirse culpables más que víctimas y, suelen sentir miedo de comentar lo que está pasando; muchas veces se encuentran bajo amenaza bien sea directa por su agresor o por sentirse amenazadas económica y/o emocionalmente ante lo que perderían si acaban su relación; e incluso la culpa les puede hacer sentir que se lo merecen.

Puede surgir en ellas lo que se denomina síndrome de indefensión aprendida donde la mujer se percata que por mucho que haga por poner fin a la situación de maltrato nada cambia, lo que la lleva a un estado de desesperanza que hace que deje de intentar modificar la situación y no rompa con su agresor.  

También puede surgir en ella el Síndrome de adaptación paradójica que es una adaptación del síndrome de Estocolmo en casos de violencia doméstica, donde las  mujeres víctimas de violencia de género desarrollan un paradójico vínculo afectivo con el maltratador, “llegando a asumir las excusas esgrimidas por el agresor tras cada episodio de violencia y aceptando sus arrepentimientos, retirando denuncias policiales”(Montero, 2001), es decir, la mujer crea un vínculo afectivo con su agresor que impide que abandonarle o denunciarle.

Características del maltratador:

  • Necesidad de control, poder y dominación a cualquier medio.
  • Problemas de celopatía
  • Temor al abandono
  • Bajo control emocional, en especial, problemas de control de ira.
  • Severos problemas de autoestima
  • Cambios bruscos de humor.
  • Ideas distorsionadas sobre el género femenino.
  • Aprendizaje de modelos que maltrataban a las mujeres.

Consecuencias en la mujer maltratada

El daño en la mujer suele ser global en su salud, tanto a nivel físico, psicológico y social, pudiendo reflejarse de la siguiente manera:

  • Dolores de cabeza constantes
  • Problemas sexuales como frigidez, vaginismo, anorgasmia
  • Heridas, fracturas, lesiones
  • Trastornos gastrointestinales
  • Complicaciones en el embarazo, abortos
  • Abuso de sustancias como drogas, alcohol, tabaco
  • Trastornos alimenticios
  • Depresión, alteraciones del sueño, trastornos de ansiedad, ataques de pánico,   intentos de suicidio.
  • Trastorno de estrés postraumático que produce respuestas de miedo, indefensión y terror.

Existen leyes que amparan a las mujeres ante este tipo de hechos de violencia pero, en muchos casos, sin la debida asistencia psicológica a estas mujeres que les permita tomar conciencia de la gravedad y peligrosidad de lo que les sucede, no se atreven a dar el paso necesario de formular la denuncia. La contención familiar y el apoyo psicológico resultan imprescindibles para poner fin a esta situación tan peligrosa y nociva para la víctima y quienes le rodean.

Recordemos que no hay victimario sin víctima, que este tipo de relaciones patológicas requieren de la presencia y el “consentimiento” de ambos para que se produzca y en especial para que se mantenga en el tiempo y que toda víctima puede dejar de serlo cuando toma conciencia y asume con valentía el poner fin a la relación.

Liliana Castiglione
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