Si pudieras ver tu futuro… ¿querrías conocerlo?

Buscamos andar por la vida desde la certeza, como una suerte de necesidad de dar cierre en nuestra mente a las dudas que nos acechan a fin de evitar la confusión y la ambigüedad.

En todas las etapas de la vida esto ocurre, y, en ocasiones nos atormente tener tantas preguntas sin respuestas, ¿me casaré? ¿Tendré hijos? ¿Cuándo se acabará la pandemia? ¿Saldré de la situación económica en la que estoy? ¿Realmente me quiere? Y así pudiéramos continuar con una infinidad de preguntas que se transforman siempre en compañeras de vida.

Es tanta la inquietud que puede generar el deseo de saber que muchos gastan dinero en “adivinadores “de futuro para que les puedan decir eso que va a pasar, dejando de lado que nada está escrito en piedra y que mucho de lo que puede ocurrir depende de muchos factores que van desde nuestra actitud hacia las circunstancias externas y como las afrontamos; como decía Lennon, “la vida es aquello que nos pasa, mientras tenemos otros planes”.

Es entonces prácticamente imposible saber o intentar controlar todo lo que ocurre en nuestra vida.

Los miedos ante ese futuro o los fantasmas que nos creamos pueden intervenir y se transforman muchas veces en excusas perfectas para no intentar salir de la situación en la que pudiéramos estar, como podría ser no acudir a esa entrevista de trabajo por considerar que no vamos a ser contratados o no confesarle a esa persona nuestros sentimientos por temor a ser rechazados; y ni hablar de la desesperanza de creer que las situaciones externas nos sobrepasan y por lo tanto no queda otro camino que quejarse y sufrir.

Otra consecuencia de la baja tolerancia a la incertidumbre es la ansiedad que implica anticiparse a eso que aún no ha pasado, anticipación que nuestro cerebro interpreta como real y que genera malestar a la par que afecta nuestra salud.

El modo en el que afrontamos la incertidumbre habla sobre quiénes somos.

¿Cómo manejar la incertidumbre?

  • Aceptar la incertidumbre como compañera de vida: y digo aceptarla porque siempre estará porque es irracional creer que podemos controlarlo todo.
  • Ocuparse de lo que si podemos hacer: ciertamente hay situaciones que escapan de nuestras manos pero no menos cierto es que si hay algo de lo que podemos ocuparnos y ese algo se refiere a nuestra actitud ante lo que ocurre en la vida; lo primero es asumir que el control personal antes que el externo y confiar plenamente en nuestras
    capacidades para manejar las situaciones con la certeza de que como hemos podido resolver situaciones antes también lo haremos ahora.
  • Asumir esas situaciones de vida como oportunidades en este viaje que llamamos vida donde tenemos que aprender y crecer, de eso se trata.
  • Concentrarte en el presente: porque es lo único cierto. Con esto no quiero decir que dejemos de soñar y hacer planes pero una cosa es planificar y otra muy distinta es enfocar la atención en la distancia en lugar de hacerlo en lo que puedo hacer en el aquí y el ahora.
Liliana Castiglione
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