EL PAÍS DE LAS PROMESAS INCUMPLIDAS
Por Carlos Fernández
Después de varios días de haber acontecido el proceso electoral correspondiente a la elección presidencial, seguimos escuchando posibles culpables de la derrota electoral de la Oposición. El presiente de Copei, Roberto Enriquez señalo, en días pasados, que fue un error asignarle a Leopoldo López el tema del activismo político. Bajo la misma premisa el Presidente de Acción Democrática Henry Ramos Allup felicitaba en su twitter a “Ramón López (del equipo de Capriles) que en la MUD se hizo finalmente cargo de testigos y actas. Desmontó las cobas que nos estaban metiendo”. En varios diarios de circulación nacional testigos, voluntarios y varias organizaciones declaran la falta de apoyo y preparación que se requería el 07-O y que lamentablemente no la recibieron para la elección.
Debemos recordar que Leopoldo López prometió que la Oposición tendría representantes en el 100% de las mesas y realizo esta aseveración el mismo día de la elección, de esa afirmación nacen tantas acusaciones.
Yo creo que los culpables en este país sobran, más que los inocentes. Venezuela es una tierra de gente trabajadora, soñadora, ciudadanos honestos (que somos la mayoría) ante un grupo de prometedores y acusadores de oficios. Grupos que solo defienden su parcela y sus intereses y se acobijan bajo temas de importancia colectiva, para quedar bien ante cualquier público.
Un deja vu acostumbrado que vivimos los venezolanos son las promesas incumplidas y eso lo sabemos en años de malos gobiernos que hemos vivido. Promesas municipales, regionales, nacionales, promesas de todos los calibres y todos los cargos que puedan imaginarse.
La verdad y sinceridad no es la premisa de muchos por estos lados, ni del Gobierno, ni de la oposición y esta situación colma la paciencia de los venezolanos, que ante tantas promesas incumplidas se les agota el tiempo y solo quieren escuchar verdades por muy duras que sean.
¿Pero quienes asumen la responsabilidad de la derrota?
Creo que varios la asumen y solo los que reconocen la derrota y los errores son los destinados a crecer en la adversidad. Desde el 07-O muchos salen a decir el popular “Yo se los dije”, “Yo lo sabía” o peor aun “Sabía que perderíamos” en una especie de mea culpa que busca deslindar el espíritu propio de las responsabilidades pertinentes.
No acuso ni defiendo a nadie, pero debo decir que tanto Enriquez, Ramos, Leopoldo López, los miembros de la MUD y todos los venezolanos que creímos en un cambio para el país debemos asumir las fallas que dejo este proceso electoral, en distintos grados de responsabilidad. Si los voluntarios reclaman preparación, entonces los partidos políticos y la MUD deben prepararlos. Si los ciudadanos piden ser escuchados, entonces los protagonistas políticos deben dedicarse a escucharlos y solucionar los planteamientos que realicen. Esa es la vida de los líderes, de los políticos, no es solo salir en televisión y vivir de las bondades de la adulancia.
No podemos imitar los malos ejemplos de nunca escuchar a los ciudadanos e imponer la voluntad negociada. La política está cambiando y esos viejos esquemas de restaurante y sectarismos deben ser transformados por diálogos abiertos y francos con todos los ciudadanos.
Hay muchas batallas que luchar, al momento de escribir esta columna nos topamos con la infeliz noticia de que los candidatos paracaidistas del PSUV, fueron migrados por el CNE, nuestro arbitro electoral, a las regiones, a pesar de que el REP está cerrado. Esto es grave, es ilegal, es inaudito y es una promesa incumplida más que los venezolanos vemos pasar frente a nuestros ojos, el árbitro imparcial.
Como dice el adagio popular, por la verdad murió Cristo. Solo esperamos escuchar la verdad con errores o sin ellos pero escucharla. El que vive de mentiras está destinado a morir de desengaños, si faltan testigos para el 16-D que se diga, sino se confía en el árbitro que se diga y se explique, pero que no se engañe más y menos se juegue con la esperanza de los ciudadanos.
