EDITORIAL #133: «LA 12»

Vinotinto-ThumbSe jugó y se perdió. Eso es lo único que hoy está claro, porque ni siquiera existe una sola versión de los verdaderos motivos por los que no se lograron los objetivos.   Eso no importa tanto, lo que más preocupa es que da la impresión de que tampoco se está haciendo el trabajo necesario para encontrar las respuestas que necesitamos para salir de este pantano de fracasos.

 

Existen muchos actores, en la dirigencia, en la dirección técnica, e incluso algunos jugadores del equipo que prefieren que no se revise el video del partido en el que nos golearon, porque se corre el riesgo de que resalten las grandes fallas que cada uno de ellos cometió. El mismo capitán del equipo, que tanto corrió durante el juego, parece estar desconcertado, paralizado.

 

Pero el público, que pagó su entrada y que asistió ilusionado desde la madrugada al estadio, que vestía orgullosamente la tricolor en el pecho y no paró de cantar y apoyar a su equipo, no está conforme. Exige una explicación más real, más sincera, de la derrota.

 

Es cierto que desde la tribuna todo es más fácil, todos hubieran hecho algo diferente. Pero también es cierto que los que están en la tribuna son los que más sufren, porque son los que mejor aman la camiseta que los jugadores llevan puesta. Muchos no están de acuerdo con que se perdió “solo un juego”. Algunos tienen suficientes motivos para creer que estábamos jugando por la cancha.

 

La hinchada ciudadana, desmoralizada y desesperanzada, abraza su franela con lágrimas en el rostro que despintan la bandera que tenía dibujada en la mejilla. No necesitan un abrazo de consuelo, un “ya pasó”. Necesitan una voz que les diga, por más dura que ésta sea, la verdad de lo que ocurrió.

 

La fiel e incondicional hinchada sabe que así, con la actitud cómplice de tantos de los nuestros, no vamos a clasificar, ni el 16 de diciembre ni en ninguna otra fecha.

 

La 12, la tan golpeada 12, no se quita la camiseta, pero está desesperada porque llegue el día en el que la bañe de gloria y no solo de lágrimas.  

 

Miguel Velarde
Editor en Jefe
@MiguelVelarde
mvelarde@guayoyoenletras.com
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