OLIVER BLANCO: “CAPRILES QUISO PELEAR CONTRA EL PASADO Y CONTRA EL PRESENTE, Y NO PUDO CON LOS DOS”
Por Alexander Gamero
Fotografías María José Castro
Oliver Blanco fue el Jefe de Campaña de Diego Arria, Pre-Candidato presidencial en las Primarias de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Es un personaje aguerrido, que en su juventud se ha enfrentado ya a otros asesores políticos con mucha más experiencia; Guayoyo en Letras tuvo la oportunidad de conversar con él, encuentro donde expresó sin tapujos sus abiertas críticas a la dirigencia opositora.
Guayoyo en Letras: Comencemos por tu actitud crítica hacia la MUD ¿por qué?
Oliver Blanco: Yo creo que no es solamente hacia la Mesa de la Unidad, el problema es que durante la campaña anterior al 7 de octubre, las responsabilidades que tenía, tanto la MUD como el Comando Venezuela, nunca fueron calificadas. Entonces yo creo que principalmente la MUD anuló un espacio institucional de debates y de aportes para entrar al Comando Venezuela; y al final ninguna de las dos cosas se hizo con la dedicación suficiente. Muchos talentos, mucha gente que había tomado responsabilidades importantes en la construcción de la MUD fue absorbida por el Comando Venezuela y al final ninguna de las dos cosas le dieron respuestas a la realidad del país.
G.L.: ¿Piensas que fue un tema organizativo o fue un tema de mensaje en la campaña?
O.B.: Yo creo que hay muchísimas cosas que hay que revisar. Lo primero, fue una campaña que se centró en la figura del candidato. Nosotros fuimos más o menos 3 millones en las primarias y el candidato y el equipo de campaña prefirió sustituir los 3 millones por 1 millón y medio que fueron los que ya él había sacado. Entonces allí se le cerró la participación a muchas organizaciones que respaldaron a otros candidatos, y por supuesto a los otros candidatos; la campaña se centró en una sola figura, que no era un liderazgo tan bien construido como para enfrentarse a (Hugo) Chávez, sin el apoyo de los otros sectores.
No solo se centró, como te digo, en una figura sino que además se renegó de muchas otras organizaciones como por ejemplo, Acción Democrática o Copei, un poco legitimando y validando el discurso de Chávez sobre la vieja política; y (Henrique) Capriles tuvo un discurso en el cual quiso justamente pelear contra el pasado y contra el presente también, y al final se mostró que no pudo con los dos. Lo único que nosotros tenemos que mostrar, que podemos exhibir como obra nuestra, o como obra de la democracia, es lo que pasó en esos cuarenta años, con todos los defectos que existieron.
G.L.: El ataque a lo que Henrique Capriles ha llamado “la vieja política” ha representado un problema en tu opinión ¿Cómo debió haberse dado el mensaje?
O.B.: En adición, otra de las cosas que quería decir, la campaña también se centró en no descalificar y en no responder las ofensas de Chávez. Eso le demuestra más bien a la gente que tenemos debilidades, que tenemos cosas que ocultar. Es decir que nosotros ocultamos el tema de la cuarta república, o de la república cívica o democrática, como verdaderamente se llama, ocultamos el tema de la unidad, ocultamos la bandera de algunos partidos; entonces eso desmotiva a nuestra propia militancia.
Como afrontamos una campaña que necesita de todos siendo tan cerrados y tan excluyentes. En otro aspecto, el tema del mensaje yo creo que ha debido ser confrontacional, yo creo que ha debido ser hablar con la verdad a los venezolanos. Si bien es cierto que una campaña tiene que ser motivada por esperanzas, por sentimientos abstractos, yo creo que también debió ser acompañada por las verdades que justamente nos iban a llevar a entender la naturaleza del régimen al cual nos estábamos enfrentando; la naturaleza del sistema electoral, los problemas en los cuales estábamos metidos. Yo creo que más allá de un problema de eficiencia, como ellos quisieron plantearlo, es una crisis política, es una crisis ideológica, Capriles dijo que no quería cambios políticos, que esto no era un cambio ideológico, pero nos dimos cuenta de que justamente lo que Chávez dijo fue lo que la gente al final respaldó. Y era un proyecto ideológico y era un proyecto político, mientras que nosotros decidimos concentrarnos en hablar de hacer casas, de hacer carreteras, de un millón de empleos, etcétera, que por supuesto son temas que se tocan en campañas, pero que son derivados de la visión de país que tú tienes.
Tú tienes una visión de país en dictadura con un sistema socialista, que además es regresivo, o un sistema democrático con oportunidades para todos, cuya consecuencia es hacer calles, carreteras, etcétera. Pero tiene una carga ideológica en la cual tú le vas a enseñar a los venezolanos como vamos a confrontar el actual modelo, y qué modelo lo va a sustituir, no simplemente cambiar de Presidente y seguir en más o menos la misma cosa que era el planteamiento que se había dado.
G.L.: ¿Le sugerirías a la MUD que defienda una democracia liberal?
O.B.: Oye sí, yo creo que justamente eso es lo que tenemos que hacer para diferenciarnos totalmente del gobierno. Nosotros no podemos hablar de socialismo, pero con eficiencia, o de que el sistema comunal es magnífico, y que a pesar de que sea una imposición tenemos que ocuparlo para ser contralores sociales. Yo creo que hemos renunciado a, hay una serie de complejos que nos han hecho renunciar a la naturaleza de convertirnos en una alternativa, y de ser verdaderamente oposición. Entonces, por seguir encuestas, los políticos en muchos casos han decidido convertirse en seguidores de los venezolanos que piensan que de alguna manera las cosas se han hecho bien, en vez de decirles, mira las cosas pueden ser distintas, las cosas pueden ser mucho mejores, nosotros somos capaces de ofrecerle grandes y no pequeñas soluciones al país, diminutivas y excluyentes como las misiones con las cuales, por supuesto se ha tocado el tema social, pero desde el punto de vista clientelar y rentista, además de partidista; en vez de ofrecer empleos y valores como la propiedad privada, la educación, etcétera, que además es lo que el país ha estado acostumbrado a ver, se ofrece la estafa social más grande que ha tenido el país como si fuese un gran proyecto que nosotros ofrecimos hasta legalizar. Proponer algo distinto no es para nada plantear una revolución de marcianos ni nada por el estilo, es simplemente lo que un país, lo que una república con instituciones está acostumbrada a ver, y justamente esto se hace rescatando la memoria democrática.
Yo creo que nosotros renunciamos a la historia del país, y hemos empezado a otorgar que la historia del país nació con Chávez en el 98, o en el 92 peor aún en un golpe de estado. Hemos renunciado a las cosas buenas que se han hecho durante tantos años, hemos renunciado incluso a hablar de cómo durante mucho tiempo la oposición logró muchísimas cosas a través de la resistencia. Es decir por ejemplo, el 11 de abril fue una demostración magnífica de lo que puede hacer un país unido, con voluntad y conociendo muy bien sus objetivos, lo que pasara el 12 o el 13 no era problema de las más de un millón de personas que participaron en la marcha. Entonces ahora han dicho no, mira, tenemos que arrepentirnos de eso, ahora la oposición tomó los caminos democráticos, incluso Capriles tiene que aclararle a Chávez que no somos golpistas, cuando el único golpista en este país ha sido Chávez.
Entonces, es una crisis profunda de identidad y en la medida que nosotros no sepamos qué es lo que queremos y hacia donde queremos ir, primero nuestros propios seguidores nos dejarán de acompañar y segundo no vamos a lograr convencer a los otros, que más bien cuando ven que Chávez descuartiza a nuestro candidato, insulta nuestras propuestas y ven que no hay ninguna respuesta de este lado, no dirán lo buenos que somos ni que representamos la interesante propuesta chavista light, sino verán lo vulnerable que somos representando a una oposición incapaz defenderse a sí misma.
G.L.: Atacas el mea culpa sobre el 11 de abril de los dirigentes opositores ¿Tú crees que un mensaje distinto podría llegarle a toda la población?
O.B.: Un mensaje distinto a una subasta; subestimamos grandemente a los seguidores de Chávez, queriendo ser mas chavistas que él, subestimamos a sus propios seguidores, porque pensamos que ocho millones de personas, todas las compró el gobierno y por eso fue que votaron por Chávez; que nosotros teníamos que ofrecer digamos una puja mayor, como que si te ofrecen dos mil y yo te doy dos mil quinientos, si te dan un carro yo te voy a regalar dos, y al final no se les enseñó a la gente los valores principales como lo son el trabajo, lo de la superación de la pobreza con herramientas que verdaderamente empoderen a los ciudadanos y no los alquilen, en un ejercicio que yo creo que es casi de prostitución política. Y son cosas que no se hicieron, si hubiese habido un mensaje distinto, un sentimiento de unidad nacional que mantuviera el efecto de las primarias, yo creo que sin dudas los resultados hubiesen sido muy diferentes. Pero como para eso tenían que haber ciertos indicadores, una serie de indicadores que le mostraran al país que Venezuela estaba dispuesta a superar esto, presentando algo totalmente distinto. Vimos por ejemplo que la tarjeta única no se dio sino se creó una tarjeta unitaria, en la cual muchos independientes salieron a promoverlas, pero con la cual también otros partidos fueron a refugiarse, para no contarse ante los partidos que estaban controlando el proceso porque además los excluían.
Por otra parte, al Primero Justicia salirse de la tarjeta de la unidad, por supuesto lo hace Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular. Ya ahí se da un mensaje de que la unidad comenzaba a fragmentarse.
G.L.: ¿Cómo se diferencia Diego Arria y su campaña del resto de los dirigentes de la oposición?
O.B.: La campaña que nosotros planteamos fue mucho más confrontacional, mucho más de no subestimar a los venezolanos y hablar con la verdad. Fue una campaña sin recursos, básicamente motivada y oxigenada en las redes sociales. Eso nos permitió viajar por el país enfrentando los coros de las maquinarias que presentaron nombres y recursos pero no ideas. En principio las primarias se decidieron para que fuesen los candidatos de partidos los que tuviesen el rol ganador. Por ejemplo, se cobraban ciento cuarenta mil dólares, se pedían ciento veinte mil firmas a los independientes y a los otros no se les pedía nada. Había unos que todavía están en gobernaciones y demostraron tener un plan B, porque si tú tienes un plan A que es ganar y rescatar a Venezuela, te vas a comprometer a eso. Pero si tienes un plan B con el cual vuelves a la gobernación diciendo que le vas a dedicar los domingos a ser líder nacional, o sea, yo creo que no hace falta ni ser gobernador ni tampoco dedicarle los domingos a ser líder nacional; es una ridiculez decir que por un día que le dediques a la semana a pelear por el país vas a hacer gran diferencia
G.L.: Llama la atención tu juventud siendo jefe de campaña de un candidato presidencial, ¿cómo fue tu experiencia como un todo, incluyendo las primarias y la campaña presidencial?
O.B.: Fue una experiencia muy interesante que me permitió interactuar con jóvenes de distintas tendencias porque básicamente recorrimos universidades, colegios, además me dio una experiencia política que valoro muchísimo, me dio la oportunidad de conocer que no sólo mi generación es la que tiene la razón sino que también hay otras generaciones, en el comando pudimos combinar experiencia y juventud, y sin duda es un hecho que representa casi una innovación en el proceso. Porque normalmente los políticos dicen que confían en los jóvenes, pero los jóvenes terminan volanteando o haciendo pintas, etcétera, pero no les asignan responsabilidades serias más allá de su ámbito juvenil.
Yo empecé a participar en reuniones de la MUD, los otros jefes de campañas eran muchísimo mayores, por supuestos esto significó una ventaja para la campaña, para crecer, para buscar más jóvenes en todo el país.
Como te digo era una campaña diseñada para los partidos, en la cual el esfuerzo fue para evitar el debate. La campaña se centró en cuántos empleos se iban a crear o en cuántas escuelas se iban a dar cuando al final eso es la obligación de cualquier presidente eficiente.
Yo creo que está surgiendo una nueva clase de venezolanos que no son ingenuos, que no son tontos, y que nosotros hemos decidido subestimar en gran medida, rebajando sus aspiraciones no son solamente las de un techo o las de un colegio cuando la gente está pensando en cosas muy distintas, que tiene aspiraciones muy superiores a esas.
G.L.: ¿Qué le dice Oliver a los lectores de Guayoyo en Letras de cara al 16 de diciembre?
O.B.: Lo primero es que hay que votar, pero votar de por sí, sin hacer nada más es inútil, no tiene ningún sentido, lo mejor es que los gobernadores se monten en enfrentar el tema de las comunas, y no esperar que en enero la aprueben para ver como se acomodan. Creo que la campaña debe ser muy distinta, los electores deben sentirse protegidos por sus dirigentes. Tenemos que ser humildes y reconocer qué cosas se pueden mejorar, si seguimos este paso vamos a obtener resultados muy similares, la dirigencia va a alejar a sus propios seguidores.
No hay que ofender a la gente diciéndole que si no vas a votar eres un traidor a la patria. Hay que explicar lo que pasó el 7 de octubre, porqué el candidato reconoció tan rápido, sin tener un acta en la mano, por ejemplo, en Estados Unidos, (Mitt) tardó un poco más de dos días en reconocer, explicó a sus seguidores, agradeció y justificó con estudios de opinión los hechos de ese día. Aquí Capriles dijo que esto era un juego y que nos decía ligerito que no hubo fraude, sin tener ni un acta en mano. A la gente eso le genera dudas, que salga Capriles tan rápido a decir que fue el único que perdió cuando perdió el país. Los políticos generalmente tienen un plan B pero la gente empeña todas sus esperanzas de elección a elección.
Era la oportunidad para aglutinar a la oposición y convertir verdaderamente a un candidato de la oposición en un líder nacional. No crecimos en el proceso, yo creo que es una estupidez comparar los resultados con los del 2006, lo podemos hacer también con las del 98 y decir que hemos crecido en tanto, pero la verdad es que en este país hay elecciones cada año y en las parlamentarias sacamos 5 millones y pico, ahora sacamos fue 6 millones. Cuando una empresa quiebra tiene que reunir a su directiva y sustituirla, tiene que sustituir además las herramientas que está usando para vender.
G.L.: Vamos a usar ese ejemplo, si vemos a la MUD como una empresa que quebró el 7 de octubre ¿qué condiciones o qué acciones tendría que tomar la dirigencia política para encaminarse a tener posibilidades de ganar una elección nacional?
O.B.: El principal problema es que los partidos siguen pensando que los votos son de ellos, que es una especie de cuotas y que al final ellos se tienen que rendir cuentas a sí mismos, perdón a sus accionistas (risas), por darle un nombre empresarial, y esto por supuesto ha alejado a la dirigencia de la propia oposición. Lo que deben hacer primero es dar explicaciones, porque como te digo hubo gente que lo aposto a todo me refiero a sus esperanzas, su futuro y su rumbo. En segundo lugar hay que sustituir a muchas personas que no cumplieron con su responsabilidad o que intentaron abarcar mucho y al final no lo hicieron, porque ya representa una desventaja para nosotros tener personas que representan la derrota del 7 de octubre. Tercero, la MUD debe abrirse totalmente a todas las tendencias.
Porque se ha demostrado que los partidos no pueden solos, y que la sociedad civil tampoco puede sola porque los partidos hacen un trabajo muy importante, pero es el momento el que exige más apertura. Sin embargo no se qué tan dispuestos estén los partidos y la propia MUD a cambiar, porque como te digo la gente se siente estafada, se siente engañada, y es justamente por la falta de transparencia y claridad en el proceso, y no sólo el CNE, por ejemplo este señor Bello dijo que a él no lo dejaron entrar a la Sala de Totalización, pero lo dice después de treinta días de la elección o un poco menos. Leopoldo (López), que era el responsable de los testigos habló al país casi diecisiete días después.
La MUD ha dicho que esto fue un partido de fútbol, y nos metieron muchos goles y nosotros metimos los goles que pudimos, un poco ejemplificando algo que no tiene nada que ver con algo que fue una tragedia para muchos venezolanos.
En la medida en la que no aceptemos nuestros errores no vamos a crecer, a menos de que sea por la vía de la descomposición que el propio gobierno tiene por su mala gestión.
En Twitter: Oliver Blanco @OliverBlanco
Alexander Gamero Garrido @AlexGameroG
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