UNA SONRISA SINCERA EN «SANTA EN LAS CALLES»

 

Por Andrés Abreu

 

Santa-en-las-callesEl pasado primero de diciembre se llevó a cabo “Santa en las calles” actividad que  recolecta y reparte juguetes, ropa y alimentos a las personas más necesitadas. Este año tuve la oportunidad de asistir y ser parte de esta noble labor gracias a la invitación de Gilber Caro y de los coordinadores de “Santa en las calles”.

 

Ese día comenzó bastante temprano, a las 4:30 de la mañana estaba despierto, todo para llegar a las 7 al Colegio Don Bosco, lugar en donde funcionaría “El Taller de Santa”. Explicando un poco para quienes no han asistido antes: En el taller de Santa es donde ocurre todo; se organizan las donaciones, se arman los paquetes y se embalan las cajas que salen a las distintas rutas, funciona como una verdadera fábrica con líneas de producción independientes para cada tipo de donación (Alimentos no perecederos, ropa de niños, ropa de mujer, ropa de hombre y una última que se encarga de elaborar sándwiches).

 

En este taller no existen jefes, todos trabajan por igual por un mismo objetivo: Llevar las donaciones a quienes lo necesitan. Coordinadores, voluntarios, personalidades (Este año participaron Norelys Rodríguez y Maickel Melamed quien es una de las figuras principales) y hasta artistas trabajan de la mano organizando todo.

 

IMG 20121201 192214Organizar la ropa es una tarea titánica si se toma en cuenta la cantidad de donativos que llegan a lo largo de todo el día: Camisas, pantalones, trajes completos, medias, zapatos y accesorios debían ser organizados y empaquetados en “combos” de la misma talla que luego serían entregados. En la línea de la ropa masculina, en donde participé, había momentos en donde no alcanzaban las manos para organizar toda la ropa, como también había momentos en los cuales empaquetar era una acción que podían hacer fácilmente dos personas. Para las 9 de la mañana las mesas en donde se clasificaba la ropa por tallas no se daban abasto.

 

Igualmente las otras líneas estaban bastante ocupadas; la de sándwiches preparaba grandes cantidades que eran gritadas por el coordinador de la mesa “ya van 200 sándwiches”, “¿Dónde está la mesa de los sándwiches que no los escucho?” y otro tipo de proclamas daban ánimo a estos voluntarios. También un DJ amenizaba la jornada con música que alternaba con las canciones del evento las cuales todos, o la mayoría, cantábamos inconscientemente.

 

Cuando rondaban las 3:30 de la tarde, luego de comer un poco, mi amiga Oriana (Con quien había ido a la actividad) y yo nos animamos a irnos en una de las rutas, la cual tenía como destino Las Minas de Baruta. Nos fuimos en un camión con todos los donativos, los voluntarios, Santa y su esposa. Además nos acompañaba una caravana de unos 3 carros que escoltaban al camión. Una de las personas que iba en el camión junto a nosotros ya había asistido a la casa hogar a la cual iríamos y nos animaba diciéndonos que sería una gran experiencia y que nos gustaría mucho. Por fin llegamos al Rincón Infantil San Edmundo, un lugar en donde niños desde 0 hasta los 18 años conviven diariamente y algunos hasta viven ahí. Apenas entramos la sonrisa y la emoción invadió el lugar.

 

Fuimos a repartir los sándwiches y los regalos a los niños de pre-escolar (área de la cual no salí hasta que nos fuimos), los niños nos mostraron una cara que quizás muchas personas no han visto en su vida; la sonrisa y la emoción por nuestra llegada no eran fingida, era auténtica y sincera. Todos querían hablarnos, jugar con nosotros y abrazarnos. Allí conocí a algunos de los niños más “pilas” que he visto: Maoli y su gemela Naomi, Daniela, Abraham, Carlos, Nicole, Belén y muchos más de los cuales no recuerdo sus nombres. Son niños que viven el día a día y que se alegran con un simple gesto de cariño.

 

IMG 20121201 193011En el RISE estuvimos un rato largo, quizás no tanto para lo que nos hubiese gustado estar pero teníamos que partir y volver al Colegio Don Bosco. Cuando nos íbamos una de las niñas me expresó su cariño de la forma más sincera, “¿Tú te vas?, yo no quiero que se vayan” seguido de un abrazo lleno de afecto y agradecimiento.

 

Al volver al Don Bosco ya eran las 5:30 de la tarde, hora de que mi amiga y yo volviéramos a nuestras casas. Felices de haber vivido un sábado bastante especial, sintiéndonos mejores con nosotros mismos por haber participado en una actividad tan noble como “Santa en las calles” y convencidos de que el año que viene seríamos los primeros en estar nuevamente ahí.

 

Para quienes no conocen “Santa en las calles” los invito a seguirlos en Twitter @Santaenlacalle y a entrar en www.santaenlascalles.org

 

 

Mantengamos la comunicación:  @andresabreu

 

 

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