REINO Y DESESPERO

Por Juan Luis Landaeta

 

images 1Pares y nones, relegada y con moretones, la navidad en la pantalla de los televisores pura escarcha asesina de la que ahoga, puro colorete en las caras pálidas de las presentadoras. Como siempre y amén del “desde luego” este año brillan por su ausencia las guirnaldas y en el cielo de tus piernas, es decir tu negra espalda, solo una bola con forma de granada implosiona: es la democracia, gorda y vieja, susodicha coronada, la lanza rota de las lanzas coloradas, el premio de juego de agilidad y mente más rápida sin querer ser millonario, el comodín sin reglas de un tiempo que el minutero acaba a diario. Y sin los discos de navidad de Luis Miguel o Frank Sinatra, sin ánimos del despido, sinceramente, sin ánimos de ganas, esta navidad, este poco decir de-sembrino, esta caduca maña de traerse del Canadá ciertas matas (perdón por no decirles pinos) estas angustias a pie de hormiga que se entierran en la esquina, este Bocaranda, este Marquina, esta locura que se llama enfermedad y niñito Jesús, este cóctel merengada entre musgo, nacimientos y los clavos de tu cruz.

 

Por hablar como los tontos, por decir, solo por opinar desde la medianía, el repaso de este año nos ofrece a todos indigestión, parsimonia y algoritmia. Algoritmia por el exceso de estadística que Borges soltaba cuando opinaba de la democracia, parsimonia porque los resultados, el secreto directo universal perfecto y santo (tan santo como difunto) derecho a elegir con el dedo el próximo esclavo del infortunio (excuses) escupo sangre en el pañuelo: presidente lo llama el poder, es su turno.

 

bebvParece por ahí que cierto muñeco, cierta sonrisa, cierto comando con franelas de campaña negras y amarillas amaneció poco antes de un ocho con un traspié. Otros dicen que eso siempre se supo, que lo del otro es un dolor de muelas, que más temprano que tarde, que hay cierta malicia, que así es el juego, que la fiesta democrática, que el dame la mano y choca esas cinco apostaba al 2013 con unas elecciones, con el ejercicio sano de los jueces y la Sala Crítica con sus críticos defensores.

 

Jamás ha reinado  aquí sino el desespero y la paciencia que los bigotes de Gómez denunciaba, el cuero seco que pisas por un lado y por el otro, se levantaba y la esquina del Palacio donde te gustaba aparecer y todos hablan del sol como si fuera una desgracia y ahora mismo que es diciembre la gente no sabe si está bien amanecer. Recogerse con las especulaciones, que es más hombre la mujer que nunca me dio más ordenes, que el ideal empadronado, que las gobernaciones, que lleguen al sitial los que nunca han llegado y los extranjeros, los probos paracaidistas, la distancia que tomo cuando me miras, la intermitencia, las cadenas y yo me acuerdo perfectamente de aquel pitcher, de aquel monaguillo de aquel hombre que sentado en el poder volvía a jugar a poder ser un niño y harto entonces de caprichos decidió abrir la boca frente al mar y gritar: ¡El Caribe es mío! y repleto por llenar hasta las nubes de bombos y platillos, todo el suelo y los Andes y el Comercio de Petróleo y volvió a vaciar las arcas solo para llenarlas de algo negro, de una crisis, de una angustia, de una picazón en la espalda de las denuncias y cada vez que un dedo lo intentaba entonces venía el sol (el gran sol, el único sol) y lo aplacaba, lo vencía, se llevaba a todos los enemigos lejos, lejos del corazón y de la patria que confundidos en uno, haciendo las veces de pátina, de ceniza, se parece cada vez a lo que se desdibuja: algo como ver a Caracas a través de la neblina o la garúa.

 

navidad dEs muy sencillo y muy resuelto esto de que a estos treinta y un días los llamemos Navidad, Diciembre, cupo de Viajeros, tarjetazo, credi fácil, móvil nuevo, internet, artificial del fuego, patines con o sin ruedas, a huir de Venezuela, matarile y jaque mate, los peones en la mesa suman más que el rey, ring ring, camino de Belén.

 

De la crisis aventurera y la lagaña, de la mala crisis que heredamos de la buena madre patria España, estas mulas y estos bueyes y estas instrucciones papales que nos explican comunicado tras comunicado que todo va a salir bien, que más temprano que tarde, a pesar de no haber nueve, con seguridad habrá diez y habrá que habituarse a las vicisitudes, al celofán sin lazo de las decisiones, a cualquier evasión, devaluación, a cualquier mercado flotante que quede pendiente amén del carrusel de plagas que rodaran por la pendiente.

 

Rezándole al Dios Maya que se equivoque su calendario, no hay nada que ocultar: Feliz Navidad, aunque suene demorado, Pacheco sin frío iluminado, brinda por nosotros, a la salud del mejor futuro: el que no ha llegado y seguramente, llegará.

 

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