EDITORIAL #145: «CAMBIO»

 

cambioHoy se cumplen 21 años del golpe de estado del 4 de febrero de 1992, un hecho que si bien fue un fracaso militar, introdujo al escenario político nuevos actores que pocos años después llegarían al poder por vías democráticas y que aún hoy permanecen en el gobierno.

 

Ellos le plantearon al país una nueva forma de hacer política, con un discurso que hipnotizó a las clases populares –aprovechando su hastío con la clase política tradicional- y engañó a una clase media que no tardaría mucho en darse cuenta del error que cometió. Se rompieron los paradigmas establecidos que prevalecieron por muchos años. Las décadas que precedieron al golpe se habían caracterizado en Venezuela por la existencia de adversarios políticos, más no enemigos. Eso había diferenciado en las décadas de los 70 y 80 a este país de la mayoría de los de la región, que habían caído en divisiones y odios que causaron heridas que tardaron años en cicatrizar.

 

El 4-F lo cambió todo. Una nueva era en la política nacional comenzó y años después, ya desde el poder, se profundizó. La estrategia de los “revolucionarios” fue totalmente diferente a lo que los venezolanos habían estado acostumbrados. El discurso y las formas rompieron con lo tradicional y se caracterizó por ser más confrontacional, agresivo y “criollo”.  

 

En esta época, en la que aún hoy vivimos, se desarrollaron nuevos códigos y mayores complejos, muchos de los cuales fueron comprados hasta por parte de la actual oposición. Por ejemplo, nació una “V República”, porque todos los males eran culpa de la “IV”. No satisfechos con eso, 21 años después del golpe y 14 después de haber llegado al gobierno, todos los males que todavía nos aquejan siguen siendo “culpa de la IV”. Como estrategia política, es brillante para el gobierno. Como estrategia para la oposición, es una simple asnada. Pero aún así, muchos de los líderes opositores siguen creyendo en esa y otras premisas impuestas por el gobierno y se convirtieron en más chavistas que Chávez en su discurso, lo que solamente termina favoreciendo a… Chávez.

 

Ramón Guillermo Aveledo prometió el 23 de enero una reforma de la MUD y una ampliación de la misma que vaya más allá de lo que es en este momento: una agrupación de partidos políticos. Para que la Unidad deje de ser solo un chantaje y se haga realmente efectiva debe incluir a todos los sectores de la sociedad civil democrática. Todavía el compromiso de Aveledo no se ha concretado, esperamos que se haga pronto, ya que la Unidad no es algo que se decreta, es algo que se siente, y si no la sentimos todos, no existe.

 

Ante un posible escenario de unas nuevas elecciones presidenciales en los próximos meses, no solamente es urgente una reestructuración de la oposición, sino también un cambio de estrategia. La que nos llevó a una contundente derrota el 7 de octubre ya se probó equivocada, sería suicida mantenerla. Lo primero que se debe hacer es reconocer lo que enfrentamos, comprender las actuales condiciones en las que nos encontramos –sobre todo las electorales- y, con base en eso, definir el camino. La elección del candidato es absolutamente secundaria, porque mientras no se cambie la estrategia, no hay forma de tener mejores resultados de los que hasta hoy obtuvimos.

 

Si hay algo que se debe reconocer a la “Revolución” es que irrumpió en la escena política llamando las cosas por su nombre, diciendo lo “políticamente incorrecto”, desafiando lo tradicionalmente establecido. Ha llegado el momento de hacer lo mismo, de superar los complejos que nos asfixian y de dejar de hacerle el juego a quienes adversamos. Dentro de todo, hoy contamos con una ventaja que no podemos desaprovechar: tenemos a la moral y a la verdad de nuestro lado.

 

 

Miguel Velarde

Editor en Jefe

@MiguelVelarde

mvelarde@guayoyoenletras.com

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