EDITORIAL #148: VENEZOLANÍSIMOS
Este mes cumplimos tres años junto a ustedes. Tres años en los que, semana a semana, nos encontramos para compartir un guayoyo y debatir nuestras diferentes visiones. Pero, principalmente, para tratar de definir los sueños y las aspiraciones que tenemos en común y encontrar así la manera más efectiva para alcanzarlos.
Como cada febrero, este año también debíamos elegir un tema especial para nuestra edición aniversario. Cuando comenzaron las conversaciones en el equipo editorial sobre cuál debía ser éste, surgieron muchas y muy diversas sugerencias. Decidimos enfocarnos en qué buscábamos con este esfuerzo; a qué o a quién queríamos rendirle un tributo en esta ocasión. Esa reflexión nos allanó el camino: nos dimos cuenta que en una coyuntura como la actual, caracterizada por la incertidumbre y los desafíos, si alguien merecía ser homenajeado era el actor principal de esta compleja historia: el venezolano.
Cuando uno tiene la tarea de preguntarse “¿cómo es el venezolano?”, generalmente tiende a mirar al de su lado. Inmediatamente surgen tanto críticas como alabanzas, sobresalen los defectos y las cualidades de quienes nos rodean. Sin embargo, quizás la mejor manera de conocer a profundidad cómo somos cada uno de los que habitamos en esta tierra es mirarnos a nosotros mismos, conocernos, reconocernos y reflexionar sobre todo aquello que nos identifica y une.
Venezuela es más que los colores de una bandera o las notas de su Himno Nacional. El país lo componen los valores y principios que compartimos. Hoy, tristemente, también son los miedos los que nos unen. Pero, a pesar de todas las dificultades y obstáculos con los que el presente nos desafía día a día, el venezolano hace gala de su optimismo, su gallardía y su nobleza, y sale a la calle a seguir luchando.
En esta ocasión, en Guayoyo en Letras quisimos rendirle un homenaje a cada uno de los venezolanos dignos y honestos de esta tierra. A esas mujeres y hombres que a pesar de todas las dificultades no pierden la sonrisa y el buen humor. A todos aquellos jóvenes que no se creyeron ese cliché de que “son el futuro” y se pusieron el presente sobre los hombros. A todos aquellos trabajadores y estudiantes que cada jornada buscan producir y aprender algo más, porque saben que cada uno de sus granos de arena ayuda a construir una gran montaña. A todas esas personas que nunca dejaron de creer que se puede estar mejor, y que vamos a estar mejor.
El gran reto que tenemos por delante es transformarnos en una verdadera nación. Eso está en manos de todos nosotros: debemos dejar de ser de habitantes y convertirnos en ciudadanos, pasar de ser venezolanos y convertirnos en venezolanísimos.
Fernando Pessoa, un gran escritor portugués del siglo XIX, termina uno de sus poemas más famosos con esta frase: “¿Piedras en el camino? Guardo todas, un día voy a construir un castillo…”.
Es verdad que el venezolano de hoy tiene el morral lleno de piedras. Pero no es menos cierto que ha llegado el momento de construir nuestro mejor castillo: una mejor Venezuela.
Miguel Velarde
Editor en Jefe
@MiguelVelarde
