EN VENEZUELA SE TRABAJA

Por Fabiana Crisci

 


20130131 120652Definir al venezolano en una sola palabra difícilmente se podría, pero cuando hablamos de Venezuela pensamos en arepas, mujeres hermosas, paisajes; lo relacionamos con el sentido del humor, la simpatía, la hospitalidad y la forma rápida en que hacen amistad (…) pero también pensamos en trabajo y esfuerzo. Si bien el venezolano se caracteriza por muchas cosas, una de ellas podría ser el compromiso que tiene día a día con su trabajo, y sobretodo las ganas con que lo hace.

 

Sin embargo, toda regla tiene su excepción, y más allá de la falta o no de oportunidades el venezolano resuelve, se resuelve. Muchas veces he oído decir en el exterior que el venezolano es flojo, creo que quienes tiene esa percepción no conocen el esfuerzo de los vendedores informales, que a falta de trabajos comunes “se resolvieron” en la autopista; o no conocen a esos oficinistas que en la noche “se resuelven” taxiando; y como ellos muchos otros que sin darnos cuenta están detrás de nuestra cotidianidad.

 

Vivimos en un país donde lamentablemente, en muchos casos, la satisfacción laboral no está relacionada con el sueldo, sino con la relación y el amor por el trabajo. No tener título universitario o bachiller no hace menor el esfuerzo al momento de ganarse la vida. Muchas labores por pequeñas que sean, y a veces no valoradas, nos hacen más fácil es día a día. Son esos “héroes anónimos” quienes a veces no sabemos cómo se llaman o de donde vienen pero están ahí, dándonos una sonrisa y toda su energía.

 

En el caso de los mercados municipales  la historia no es distinta, especialmente en el mercado Guaicaipuro (ubicado en el municipio Libertado- Caracas) donde vemos todos los días vendedores, dueños y encargados de negocios trabajar sin parar y dar lo mejor de ellos para satisfacer al cliente, y por supuesto, en muchos casos, “que los resuelvan con una propinita”. Quisimos conversar con tres personas que son ejemplo de lucha y constancia, tres caras a las que todo el mundo conoce en el mercado.

 

 

“Estaré aquí hasta que Dios me de salud”


Jersen Anteliz trabaja como empleado y caletero en un puesto de vegetales y hortalizas, con más de 7 años en el mercado Guaicaipuro, y una familia que mantener, es quien más conoce del negocio; no tiene un cargó superior, solo es quien tiene mayor experiencia y dedica más esfuerzo.

 

20130131 120611Como muchos quienes trabajan ahí su horario es a las 4 de la mañana, pues a esa hora debe organizarse la mercancía para el día de mercado. Sin embargo Jersen llega a las 3, “vivo cerca pero tengo que venirme en taxi por la inseguridad. La hora de entrada es más temprano pero los patrones me dan un poquito más por llegar antes, también lo hago porque me gusta mi trabajo”.

 

“Me encanta este trabajo. Trabaje 10 años en Coche y sin pensarlo me quedaría aquí. En mi oficio busco la perfección, a los patrones les gusta que todo esté bien y por eso me concentro en hacer mi trabajo. Me esfuerzo para que al final del día, cuando me vaya, todo quede bien.” Nos comentó cuando le preguntamos sobre su labor diaria.

 

El valor al esfuerzo no solo lo da el reconocimiento de los jefes, sino también el de los clientes. Y al trabajar con público deben ser ellos quienes tienen la razón. “A mis clientes les gusta que los atienda yo porque nunca estoy ocupado para ellos, me identifico con la gente que está a gusto cuando la atiendo (…) Las personas y mis patrones valoran mi esfuerzo, cuando me pagan y me dan un poco más me dicen –se lo damos porque usted es un hombre que trabaja- y eso es importante para mí”.

 

Jersen es un hombre de 53 años y sabe que finalmente no podrá continuar con este trabajo, el cual implica mucha actividad, sin embargo le pide “mucha salud” a Dios para seguir trabajando. “Yo no me doy mala vida por esos clientes mal encarados o esas personas que cuando estoy arreglando la pared del tomate, que la hago muy bonita, me sacan el último… Les digo-tranquila señora siga, mi trabajo es acomodarlo- y la gente cuando regresa me busca a mi”

 

“Los venezolanos deberían amar su trabajo y no estar aquí solo por necesidad. Somos trabajadores pero hay muchos que hay que empujarlos (…) Me gustaría ver mejor mi país, los ciudadanos debemos ser los encargados de cambiar la realidad, es necesario tener más iniciativa y ganas de hacer las cosas bien.”

 

“Tengo toda la vida con mi negocio”

20130131 122334La señora Ana es una de las principales caras del Mercado, ya que su puesto está ubicado al frente de una de las entradas y con su sonrisa recibe a los compradores. Tiene aproximadamente 20 años con su negocio de venta de víveres y productos naturales, el cual ha sacado adelante con la ayuda de su esposo y le ha permitido hacer universitarios a sus tres hijos.

 

“Soy responsable y trabajadora. Vivimos cerca y a veces venimos caminando, pero igual implica un esfuerzo grande levantarse a las 4 de la mañana para estar aquí  las 5, que es hora en la que abre el mercado de lunes a domingo, pero a mí no me incomoda, me gusta mi trabajo”.

 

Cuando le preguntamos cómo se sentía trabajando allí, nos dijo entre risas: “El mercado es como una gran familia, todos somos hermanos pero cada quien en su casa (negocio) porque no tenemos tiempo de vernos y sentarnos a conversar.”

 

“Tanto a mis clientes fijos como a los que vienen por primera vez los atiendo igual, es la idea para que sean clientes fijos (risas). Los atiendo con mucho cariño y clientela me tiene bastante aprecio. Muchas veces, aunque el negocio esté lleno, esperan para que los atienda. Con tantos años de experiencia tengo mucha paciencia para tratar con los clientes mal encarados.  Mi esposo no, pero el resuelve sus problemas y yo resuelvo los míos.”

 

20130131 122301Con el esfuerzo que hacen día a día y gracias a su negocio, han logrado sacar su familia adelante y educar a sus hijos, quienes “se criaron en el mercado y trabajan en el puesto de atrás.”

 

“Le agradezco al país la oportunidad de trabajar y haber sacado mi familia adelante a través de mi negocio. Este es el país donde nacimos y somos felices. Esta mi opción y hasta que pueda estaré aquí, 20 años no son en vano. Amo mi trabajo, esta es mi familia y así tuviera la opción de irme mientras tenga salud me quedo aquí.

 

 
 
“Somos la recepción del mercado”

20130216 104328Félix Molina es parquero en el mercado Guaicaipuro, lleva 38 años trabajando bajo el sol. Su padre, como el mismo nos contó, era el encargado anterior y cuando murió quedó él al mando. Vive cera, pero igualmente debe estar allí a la hora que abre el mercado, sin embargo para él no es un esfuerzo pues“le gusta su trabajo”.

 

“Soy una hombre responsable y luchador. Somos la cara principal del mercado, somos la recepción, la alfombra roja (risas)… Mi trabajo es bastante complicado. Tomar las llaves de todos los vehículos implica una gran responsabilidad, además lo complicado que esgrabarse la cara de todos las personas.”

 

Conversando con Félix, nos contó que en tantos años en el mercado ha hecho grandes relaciones, gente que ha visto toda la vida, grandes amistades y hasta hermanos.  “He visto niños en la barriga y ahora viene con sus carros. Yo valoro la confianza de la gente, hasta me han dejado sus hijos durmiendo en el carro. Eso solo se ha podido lograr con responsabilidad, educación, respeto y mi sonrisa -que es característica- (entre risas)… Cuando uno trata la gente con aprecio recibe lo mismo.”

 

En este tipo de trabajos siempre se debe tener en cuenta el trato al cliente, pero muchas veces son ellos quienes no lo tienen en cuenta. Para Félix la estrategia cuando llega algún cliente “difícil”es “sonreír y dar los buenos días”.

 

“Mi esposa tiene un puesto aquí, todo el mundo nos conoce, esta es mi casa. Con este trabajo he levantado mi familia. Yo soy un hombre agradecido, a este país tan bondadoso, que lo da todo, le agradezco las oportunidades que me ha dado para progresar;  Venezuela da para todos.”

 

20130216 104502Félix define al venezolano como “bochinchero y trabajador”, sin embargo opina que para sacar el país adelante se debe “meter el pecho de frente  a la vida y al trabajo”. La inclemencia del sol le está cobrando y sabe que pronto no podrá estar más ahí, por lo que quiere terminar sus años descansado con sus hijos. “Estoy cansado, creo que estoy viejo ya… peroaquí hasta que Dios me de salud para continuar”.

 

País de gente trabajadora

Tres vidas, aunque muy distintas, similares. Y así es el venezolano, vidas diferentes que al final tiene más cosas en común de lo que pensamos. Somos un país de gente trabajadora, que se esfuerza todos los días por progresar y salir adelante. Y el mercado es el ejemplo más claro, personas que transitan en un mismo lugar todos los días y que tiene más cosas en común de lo que ellos mismos piensan.

 

Y así lo definen nuestros héroes anónimos, el venezolano es “echado para adelante”, luchador y aguerrido y emprendedor. Ellos son ejemplo de lo que significa amar el trabajo y agradecer el país que está oculto entre tanta política. Y como ellos, muchos personajes que son valiosos en diferentes aéreas, que aman su trabajo y que defienden su tierra sobre cualquier cosa.

 

Venezuela es el mejor país del mundo, sin duda, sin embargo, debemos ser nosotros mismo quienes lo empujemos hacia el camino correcto. Dejar a un lado las diferencias, y así como muchos que aman su trabajo, amar este país que nos ha dado tanto y luchar por sacarlo adelante. El venezolano es ejemplo de trabajo y ganas de salir adelante. 

 

 

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