CAMBIO DE ZAPATOS

Por Julián Fejure

 

ejecutivas vs esposasJusto esta noche llegué del trabajo con ganas de fumarme un cigarro y sentarme en mi poltrona, esa que me compré por capricho para descansar mis pies, y pensar en lo valientes que son las mujeres de hoy en día. De verdad que como hombre me quito el sombrero ante ellas por ser el ejemplo de un grupo social que supo salir del dominio varonil para abrirse camino en el mundo entero.

 

Es impresionante como algunas mujeres se atreven a quitarse las faldas y las blusas para usar trajes ejecutivos que antes estaban limitados solo para caballeros. Otras incluso se quitan sus tacones para ponerse botas de seguridad y no piensan 2 veces en arruinar su peinado para colocarse un casco y de esa forma cumplir con una inspección ambiental o hacer recorridos por empresas metalúrgicas. Muchas se inclinan por la política mientras otras llegan a convertirse hasta en princesas, demostrando así que los cuentos de hadas pueden hacerse realidad.

 

Algunas incluso se atreven a llevar el pelo tan corto como un hombre para de esa forma demostrarles al mundo que aunque estén divorciadas, solas o viudas ya la presencia de ese prototipo de príncipe azul, que cada día está tan escaso como la harina pan, no es indispensable en sus vidas. Pueden valerse por sí mismas.

 

Sin embargo el corazón de una mujer poco ha evolucionado en cuanto a sentimientos se refiere, aún es pícara, apasionada, intensa, risueña, enamorada, bohemia, ilusionada y sobre todo sonriente.

 

Estas mujeres  guerreras de luz, súper mamás, súper chef, súper esposas, súper nueras, súper hijas, súper hermanas y súper administradoras del hogar, súper mujeres,  tienen un corazón que tiene la peculiaridad de crear una armadura de acero para mantenerse firmes en cuanto a sus decisiones y actitudes ante la vida. Muchas de ellas guardan secretos que en muchos casos nunca llegamos a conocer, muchas de ellas son las mediadoras de paz en medio de conflictos familiares, muchas  sacrifican lo que desean por sus hijos o su hogar pero jamás lo dicen porque para ellas esos no son sacrificios sino decisiones tomadas desde lo más profundo de su corazón, desde EL AMOR.

 

Mujeres-ejecutivasCuantas cosas no tienen que aguantar las mujeres, y nosotros como sus hijos, maridos, amigos, compañeros, confidentes, amantes ¿Qué hacemos para comprenderlas? Creo que no mucho porque nuestra naturaleza a veces nos lleva a ser un  menos detallistas y a pasar desapercibidos pequeños momentos que pueden hacernos grandes personas.

 

Busquemos  ese momento para sentarnos a compartir una buena copa de vino, a comernos un postre, a llegar del trabajo y cambiarnos de zapatos para conocerlas mejor, para conectarnos con esa esencia que las hace especiales, únicas y el complemento perfecto de cualquiera hombre.

 

Los hombres deben aprender a escuchar a las mujeres y a trabajar en conjunto con ellas para la creación de esos sueños que ante un altar se juran para siempre, ámenlas siempre con esa intensidad de la primera vez.

 

Intentemos hacer el cambio de zapatos y ser ellas por un día, al final descubrirán que quedarán exhaustos con tan solo 1 hora en tacones, 2 horas cuidando a los niños, llevarlos al colegio, buscarlos, cocinar 3 ó 4 veces al día, salir al trabajo apurada, mantener todo limpio, sacar cuentas, hacer pagos y muchas cosas más. Imagínense hacer eso todos los días del mundo, una gran labor que debe ser valorada por todos los hombres del mundo porque no es nada fácil.

 

Abracemos a las mujeres que conformen nuestro hogar, muchas veces este pequeño gesto las reconforta, sorprendámoslas con flores al final de la tarde porque eso siempre las alegra, comámonos una taza de helado a su lado y compartamos el pecado de los kilos demás.

 

mujeresemprendedorasSin ellas nuestra vida sería aburrida porque no tendríamos esa mejor amiga a quien contarle nuestras penas, a quien pedirle un consejo, quien nos trasmita esa misma fuerza que ellas usan para salir adelante y resolver sus problemas con valentía, esas incansables guerreras que saben dividir su tiempo entre hogar y oficina.

 

Como hombres no debemos recriminar, insultar, levantar la voz o hacer sentir inferiores a una mujer. Antes de actuar de esta manera recuerda cambiar tus zapatos por los de ella y aprender a amar sin cadenas, sin condiciones, recuerda amarlas con sutileza y respeto porque venimos de una de ellas.

 

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