ENTRE RUMORES NO NOS ENTENDEMOS
Por María Alejandra Rivas
“Pueblo de Venezuela, camaradas, compatriotas, nuestro Presidente llegó caminando, fuerte, valeroso, voluptuoso, como sólo sabe ser él”, dijo Dubraska Mora, una trabajadora del Hospital Militar Carlos Arvelo.
«La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) reitera su exigencia al gobierno que se diga la verdad a los venezolanos y se proceda según la Constitución. La transparencia es lo que le conviene a Venezuela», dice parte de un comunicado de la Mesa de la Unidad.
El pasado 1º de marzo mientras revisaba el Twitter leí un tuit de Sumito Estévez que me causó gracia y que no deja de ser cierto: “@sumitoestevez: Veámonos en el espejo: sojednep neiB .seromur ne neerc euq sol”
Gracias a esto terminé de darme cuenta que ese ha sido nuestro día a día desde hace varios meses: los rumores.
Desde hace más de dos meses el clima comunicacional en Venezuela se ha visto verdaderamente afectado y enfrentado. Dirigentes políticos y medios de comunicación se han encargado de forzar la barra sobre “la verdad” y “la mentira” todo esto en el marco del controversial tema “la enfermedad de Chávez”, primero, y luego “¿dónde está Chávez?”.
Resulta complejo entender las exigencias de un sector y otro, ya que mientras unos piden calma, aseguran mejoras y actúan según lo que “el comandante dijo”, otros piden y exigen la presencia visual, más que “espiritual”, de un presidente que evidentemente aún no se encuentra recuperado.
¿Por qué es complejo entender las manifestaciones de cada sector? Porque sencillamente “la verdad” es subjetiva, y en este caso, lo que resulta verdad para un sector no lo es para otro.
¿Cómo explicarle a los sectores del oficialismo que la parte opositora necesita tener una seguridad de que no están siendo engañados? ¿Acaso no tienen derecho de dudar sobre lo que les dicen? ¿Y si el caso fuese el contrario?, es decir, que el presidente fuese Capriles Radonski ¿No exigirían lo mismo? ¿No tomarían las mismas medidas? Es lógico que los opositores salgan a protestar exigiendo la verdad.
Pero, de la misma forma ¿cómo el oficialismo puede explicarle a los sectores de oposición de una manera sencilla que las condiciones del presidente no son las mejores? Y no sólo a los de la oposición sino a sus propias filas. Siento que es necesario, a pesar de ser un tema primordial, mantener al país “en calma” y más que buscarle problemas al problema el oficialismo se ha encargado de tratar el tema con cierta “diplomacia”, pero el reloj sigue corriendo.
Hablan de estar siendo engañados, otros hablan de saber que el presidente se recupera, todo esto es gracias a un “según”.
No podemos engañar a nadie, aquí todos estamos claros, hasta los mismos oficialistas, de que el presidente no se encuentra bien, más eso no significa que debemos buscar el caos en el país porque TODOS nos veríamos afectados.
Frente a nosotros tenemos un panorama complejo, supongamos que decretan que la enfermedad de Chávez avanzó y que el presidente no se encuentra en condiciones de seguir su mandato, la responsabilidad caería en manos de quienes hoy dan declaraciones sobre su recuperación, y la oposición comenzaría a pensar en unas elecciones y el candidato. Y si el caso es el contrario, Chávez se recupera y se muestra frente al país, ¿qué tiene planeado la oposición? ¿No deberían de ir buscando paralelamente las soluciones a sus propios problemas internos para que de esa forma respondan de forma concreta a cada uno de sus seguidores?
Ambos sectores deben dejar de discutir por un individuo y trabajar por los 29.000.000 millones de habitantes del país.
Es sumamente irresponsable creer que debemos dejar todo esto debajo de la mesa y seguir “avanzando” en un país sin un presidente con buenas condiciones físicas, pero tampoco podemos darnos la tarea de desestabilizar al país entero, recordemos que no somos un país del primer mundo, que los venezolanos somos, aunque no lo aceptemos muchas veces, radicales y cuando queremos, queremos y cuando no, no.
Más allá de saber “la verdad” debemos pensar en las consecuencias, de cuál es el panorama menos dañino para un país que puede caer en caos fácilmente por esa irritabilidad que nos causa la política.
Los medios de comunicación han sido los protagonistas de todas las reacciones buenas y malas de cualquier evento mundial, son los encargados de informar y eso se ha perdido, ya los medios no están para informar sino para incitar, manipular y generar reacciones. Han dejado de ser medios que informen para que el público analice y tome sus propias decisiones, sino que buscan que tomen las decisiones que ellos desean.
Los medios oficialistas se han encargado de vendernos un país estable, que avanza y que está tranquilo, los dirigentes quieren mantener esa fe de que todo irá mejor, mientras que por su parte los medios y dirigentes de oposición quieren crear un clima de molestia y tensión.
Soy una ciudadana más que dice basta, basta de ambos sectores radicales que juegan con la mente de un país que desde hace años desea vivir tranquilo. Los mismos que critican diciendo que nos tienen engañados son los mismos que engañan a sus propias filas diciendo que son la verdadera unidad, y los mismos que dicen que todo está bien y que tienen un gobierno fortalecido son los mimos que no terminan de aceptar que ya el país ha soportado mucho.
Los rumores generan más dudas, las dudas se crean por la falta de credibilidad. La solución está en que el oficialismo termine de aceptar que el camino que debe seguir es sin su mayor líder y enfrentar a la oposición con las herramientas que tienen, y la oposición debe dejar de generar rumores para desestabilizar al país y trabajar en pro de su propia unión y credibilidad hacia ese sector que aún no terminan de entender por ponerse como objetivo UNICO salir de un presidente; han abandonado su lucha social por enfocarse en una lucha presidencial.
A ambos sectores: “No hagas lo que no te gusta que te hagan a ti.”
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