MEMENTO MORI

Por Luisa Ugueto

 

El tiempo de la vida es muy corto. Evidentemente todos mueren, incluso los que creen que no, contándome, pues nos sentimos tan protagonistas de nuestra propia historia que tendemos a creer que la muerte es un cuento del que no vamos a tener noticia. Y quizás es así, no la tendremos hasta que nos llegué, pero siempre llegará, aunque creamos que no.

 

Nadie se quiere morir o si, quizás los suicidas, pero como escribió Javier Marías en “Los enamoramientos” son los menos, y por eso causan sorpresa. La mayoría de la gente quiere vivir y estar presente, hacer planes, comer, tener sonrisas y amigos.

 

Por vanidad pensamos que somos eternos, por vanidad, luego de muertos creemos que lo seguiremos siendo cuando todo se diluye en el tiempo. De mi no quedará nada y lo sé –no lo creo, pero lo sé- y no tendrá importancia ni me existencia, ni mi persona. En el fondo poco importa todo lo que creemos “real”, todos son artificios, entretenimientos humanos.

 

Lamentablemente nos tomamos muy en serio y por esos “entretenimientos” matamos y morimos. Lamentablemente también,  todo es demasiado “serio” en el tiempo de la vida, todo demasiado “verdadero”, nos creemos nuestros personajes, nos aferramos a ellos, por eso cuando alguien reverenciado por las multitudes muere, nos parece increíble que así sea: “Como va a morirse… si era fulanito…”, la verdad es que ser Rey, presidente, o artista, no te exime de morirte. Todos somos humanos, por ende, todos pasajeros, “Memento mori” no olvides que eres mortal, tu lugar aquí es  efímero.

 

Por vanidad todos olvidamos nuestra mortalidad y llenamos la existencia de lugares comunes, o más grave, pretendemos llenar la existencia ajena de lugares comunes.  Quizás en un mundo tan confundido y efímero como este, deberíamos repetir a diario lo que siempre olvidamos: trata de ser feliz, de sentirte bien, no sabes cuando dejarás de respirar y pisar la tierra.

 

 @elproyectordedo