HABEMUS PAPAM. POR ANDRÉS ABREU
Por Andrés Abreu
Hace algunos días el mundo recibió la noticia de la elección del nuevo Obispo de Roma, tras cinco votaciones el elegido fue el Cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio quien adoptó el nombre de Francisco. En esta oportunidad fueron suficientes dos días de cónclave para llegar a un consenso entre los integrantes del Colegio Cardenalicio.
¿Cómo funciona el cónclave?
La palabra cónclave proviene del latín “cum clavis” que significa “bajo llave” haciendo alusión a la condición en la que se encuentran los cardenales durante la elección. Anteriormente los cardenales no podían salir de la sede del cónclave hasta la elección del nuevo Papa. Esto cambió durante el pontificado de Juan Pablo II quien decidió habilitar en 1996 la Casa de Santa Marta como residencia para los cardenales que asistían al cónclave, siempre con la prohibición de comunicación con el mundo exterior y de que cada cardenal se alojase en solitario en una de las 129 habitaciones de la casa.
Puede ser elegido como Papa cualquiera de los cardenales que asiste al cónclave. Un sacerdote llega a ser cardenal luego de ser nombrado por el Papa en ejercicio, para ello debe ser obispo para lo cual debe contar con al menos 35 años de edad y cinco años de ejercicio clerical. La elección se realiza actualmente cuando los dos tercios de los cardenales estén de acuerdo con un mismo candidato, anteriormente se prohibía a los cardenales que votaran por ellos mismos; esto fue eliminado por Juan Pablo II al igual que se estableció que luego de 34 elecciones fallidas, se podrán reformar las normas electorales con el voto de la mayoría absoluta del cónclave. En el caso del Cardenal Bergoglio, fue escogido con el voto de 77 de los 115 cardenales presentes en la Capilla Sixtina.
El sistema de votación es mediante papeleta. Cada cardenal debe escribir en una papeleta el nombre de su candidato y depositarla en una urna tras pronunciar el juramento «Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido». Las papeletas son contadas y si no se logra la cantidad de votos necesarios para un candidato estas son quemadas luego de ser vistas por los revisores.
Luego de la votación se procede a informar al pueblo de su resultado, para esto se utiliza la ya conocida fumata. En caso de que no se llegue a los dos tercios necesarios, las papeletas son quemadas junto a paja húmeda resultando en un humo negro que informa a los fieles que aún no se ha producido un consenso y que el cónclave continuará. En caso de haber una decisión, las papeletas se queman junto a paja seca para formar un humo blanco que informa que ya se ha escogido a un nuevo pontífice. Desde el cónclave que escogió al Papa Benedicto XVI se han utilizado diversos productos químicos para resaltar el color de la fumata y evitar confusiones.
Habemus Papam
“Habemus Papam” es la frase que anuncia la elección del nuevo obispo de Roma, líder de la Iglesia Católica y Jefe de Estado de la Santa Sede. El anuncio está a cargo del Cardenal Protodiácono y lo hace desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.
En este caso correspondió a Jean – Louis Pierre Tauran de 69 años, anunciar al Papa Francisco.
“Os anuncio un gran gozo:
Tenemos Papa:
El eminentísimo y reverendísimo Señor,
Don Jorge Mario,
Cardenal de la Santa Iglesia Romana Bergoglio.
Quien se ha impuesto el nombre de Francisco.”
Esas fueron las palabras que, pronunciadas en latín, dieron la bienvenida al Cardenal Jorge Mario Bergoglio, ahora el Papa Francisco.
Cabe destacar que el nombre del Papa es Francisco y no Francisco I. El nombre de Francisco I se utilizará cuando algún sucesor decida usar el nombre de Francisco, convirtiéndose este en Francisco II.
Jorge Mario Bergoglio, un ejemplo de humildad
Fue ordenado sacerdote en 1969 a los 33 años, obispo en 1992 y fue nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II en el año 2001. Pertenece a la Compañía de Jesús.
Según afirman sus familiares y amigos, se trata de un hombre bastante sencillo y austero. Habitaba en un pequeño departamento cercano a la catedral, se trasladaba en trasporte público, además visitaba con frecuencia hospitales y villas en donde residían personas de bajos recursos. Sus amigos comentan que nunca estuvo en sus planes la posibilidad de convertirse en Papa.
Luego de haber terminado la ceremonia en la Basílica de San Pedro, el Papa regresó a la Casa de Santa Marta junto a los demás cardenales, negándose a abordar la limosina dispuesta para él y, en cambio, se trasladó junto a los demás cardenales en un autobús. Pidió regresar para pagar la cuenta que había dejado por la habitación que ocupó durante el cónclave porque, según afirma, “hay que dar el ejemplo”. Sin embargo, permanecerá algunos días en esta residencia mientras se acondiciona su habitación.
El nombre de Francisco viene, por supuesto, de San Francisco de Asís; el santo que se desprendió de las riquezas de su padre para vivir de manera humilde atendiendo a las personas menos privilegiadas y siendo el patrón de los animales y gran vocero de la paz.
En una intervención que tuvo para agradecer a la prensa por su trabajo, el Papa Francisco contó que escogió este nombre luego de que el Cardenal Claudio Hummes de Brasil lo abrazara y le dijera “no te olvides de los pobres”, cuando esto sucedió inmediatamente vino a su mente el nombre de San Francisco de Asís, escogiendo finalmente su nombre.
En esta ocasión una de las situaciones que resaltó fue la de un periodista invidente natural de Italia, Alessandro Forlani, quien tuvo oportunidad de acercarse al pontífice y le pidió una bendición para su esposa y su hija, el Papa le dijo “y una para el perro también” y se agachó y bendijo al lazarillo del periodista. Además los periodistas y asistentes al evento pudieron notar el calzado que vestía Su Santidad; se trataba de unos zapatos negros algo gastados, los zapatos que usaría cualquier persona.
Bergoglio y los Kirchner
Se trata de un pontífice bastante conservador en cuanto a algunos temas, posición que le trajo muchas discusiones con el matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner. Esto sobre todo por lo referente al matrimonio entre personas del mismo sexo, la ley de muerte digna y la repartición de anticonceptivos en hospitales debido a que la iglesia frente a estas situaciones sostiene una postura bastante firme.
La relación entre el Cardenal Bergoglio y el matrimonio Kirchner ha sido bastante difícil, en una oportunidad el fallecido Néstor Kirchner pronunció, de una manera indirecta, que “Dios es de todos pero el diablo también llega a todos, a los que usamos pantalones y a los que usan sotanas” dirigiéndose a quien consideraba como el Cardenal de la oposición.
Muestra de esta relación fue el saludo enviado por parte de la Presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, el cual se trató de un saludo muy frío según algunos analistas, llegando a suprimir de su discurso las palabras “Papa argentino”, suplantándolas por “Papa latinoamericano”. Fue un saludo mucho más distante que el realizado por el Presidente Obama y por el Presidente (E) Nicolás Maduro.
A pesar de todo esto, El Papa Francisco espera una visita esta semana de la Presidenta Kirchner quien, luego de cerrar la puerta al Cardenal tras diversas solicitudes de entrevistas, será recibida en la Casa de Santa Marta.
Lo que se puede esperar entonces del pontificado de Francisco no es una apertura a nuevos ideales que han representado controversias sino quizás una transformación de la iglesia hacia la austeridad y sencillez que caracteriza al nuevo de Roma, quien por lo visto va en contra de todo lo faustuosa que ha sido la iglesia históricamente. Muestra de esto es la solicitud que hizo a sus compatriotas argentinos a que no fueran hasta Roma para presenciar su primera misa y que usaran este dinero para ayudar a las personas pobres.
Esto, sin duda alguna, es un progreso para la iglesia que hoy conocemos. Muchos estamos seguros que este Papa representará un cambio para la iglesia en algunos aspectos y un acercamiento a las personas más humildes y necesitadas.
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