ADRÍAN OLIVA: «NO PODEMOS SER TESTIGOS MUDOS DE LAS INJUSTICIAS»

Por Andrés Abreu

 

El pasado 8 de abril un grupo de senadores y diputados de América Latina entregaron a la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, un pronunciamiento que respalda las condiciones exigidas por parlamentarios venezolanos de realizar el próximo 14 de abril, «elecciones limpias, justas, libres y transparentes».  La iniciativa parlamentaria de quince diputados venezolanos es avalada por congresistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay y Uruguay, respectivamente.

 

 

Uno de los diputados que acompañó esta iniciativa fue el boliviano Adrián Oliva Alcázar, con quien conversamos en exclusiva para Guayoyo en Letras.

 

Guayoyo en Letras: ¿Quién es el diputado Adrián Oliva Alcázar?

Adrián Oliva Alcázar: El diputado Adrián Oliva es representante electo en su país por el departamento de Tarija que está al sur de Bolivia que es la región petrolera y gasífera por excelencia. El diputado Olivar lleva tres años en el ejercicio de su primer mandato, actualmente es el jefe de la bancada nacional de la alianza política que nos ha propuesto como parlamentarios que es en realidad la primera fuerza de oposición. Además es presidente de la Alianza Parlamentaria Democrática de América que es una asociación que tiene presencia en 13 países de la región con parlamentarios de diferentes fuerzas políticas que se han organizado básicamente para luchar por la defensa de los Derechos Humanos, la democracia y las libertades.

 

G.L.: ¿Qué lo trae en esta oportunidad a nuestro país?

A.O.A.: De manera concreta, 350 parlamentarios de América Latina han suscrito en cada uno de sus países comunicaciones oficiales al Consejo Nacional Electoral respaldando un planteamiento de 15 parlamentarios de Venezuela presentado el 20 de febrero pidiendo ciertas condiciones para elecciones libres, justas y transparentes. Vengo en nombre de muchos colegas que me han pedido que llegase a Caracas para presentar estas adhesiones y para hacer conocer que en la región existen representantes electos por voto popular que están muy preocupados por el proceso electoral venezolano, que esperan que el CNE pueda tomar decisiones convenientes para que se garantice la transparencia de los comicios y que genere condiciones mínimas que son las que piden estos colegas parlamentarios.

 

G.L.: ¿Por qué cree que es importante apoyar esta iniciativa?

A.O.A.: Porque todos nuestros países son signatarios de la Carta Democrática Interamericana, Venezuela también, y este instrumento establece en su primer artículo que los pueblos de América Latina tienen derecho a la democracia y que es deber de sus gobiernos el promoverla y defenderla. Este principio nos moviliza a todos a defender la democracia, el voto y la soberanía popular. Lo hacemos porque además consideramos que la obligación que tienen los órganos públicos es con sus ciudadanos pero además con los Estados con quienes han suscrito este tipo de convenios internacionales que lo que hacen es proteger derechos de carácter universal y, en el caso concreto, proteger el voto, preservar la voluntad popular como la base de la democracia.

 

G.L.: ¿Qué respuesta esperan del CNE ante este comunicado?

A.O.A.: Para empezar que el CNE se pronuncie acerca de la carta del 20 de febrero, esperamos que el CNE le pueda responder a parlamentarios de 13 países que han manifestado su adhesión a esta carta, que finalmente se establezcan estas condiciones mínimas para que las elecciones puedan ser libres, justas y transparentes. Estas condiciones no implican un gasto para el Estado Venezolano y garantizan la transparencia de los comicios como el uso de la tinta indeleble o el conteo del 100% de los votos. Nos parece importante que el CNE responda a estos planteamientos preservando el principio de la democracia.

 

G.L.: En caso de no haber una respuesta o de haber una negativa a estas solicitudes, ¿Cuáles podrían ser las acciones a tomar?

A.O.A.: Sería una lástima que el CNE no responda a estas exigencias, eso pondría en duda el proceso electoral, creando un manto de dudas iniciadas por el árbitro que tiene que garantizar la transparencia del proceso y que tiene que garantizar que la soberanía popular sea la que finalmente se exprese. Eso va a tener una serie de consecuencias negativas para el proceso y para el país, consecuencias que esperemos no se concreten.

 

G.L.: Hablando sobre Bolivia, ¿Cuál es la situación actual en su país?

A.O.A.: Bueno en términos políticos Bolivia está atravesando un proceso muy parecido al venezolano, en Bolivia hay un déficit democrático muy grande, el gobierno del presidente Morales está señalado como autoritario y eso nos afecta de manera significativa como país porque hay muchas denuncias por el deterioro del sistema democrático, de violaciones a los Derechos Humanos, restricciones a libertades ciudadanas, etc. Esto tiene correspondencia con la línea política e ideológica que se ha generado en la región y que tiene otro exponente importante en el gobierno de Venezuela. Sin embargo hay una diferencia muy grande entre Bolivia y Venezuela en términos económicos, en Venezuela hay un problema muy grande con el manejo de la economía; hay desabastecimiento, hay escasez de productos, hay un mercado paralelo del dólar, hay mucha especulación, hay una serie de dificultades que está atravesando el país a pesar de tener tantos ingresos o tantos recursos naturales para generarlos.

 

En el caso de Bolivia, en forma distinta, la economía está en un momento muy importante, la mayoría de los productos que se generan en el país tienen precios expectantes en la comunidad internacional, los recursos renovables y no renovables están siendo explotados y estos tienen mercados y precios altamente competitivos. El problema es que el gobierno no tiene la capacidad para transformar ese momento económico en desarrollo para generar condiciones para la sociedad boliviana que hoy está desperdiciando un momento muy importante.

 

G.L.: ¿Cómo ha impactado la muerte del ex presidente Chávez en las políticas bolivianas?

A.O.A.: El proceso político venezolano tiene una influencia muy grande en Bolivia. Yo diría que antes del deceso del presidente Chávez ya se han percibido algunos cambios, el primero de ellos en la vía de la cooperación que fue significativa en el primer período de Morales y que en el segundo ha disminuido de manera ostensible; eso por los problemas económicos de Venezuela y las dificultades de hacer una rendición de cuentas entre ambos países y transparentar las cifras de la deuda que tiene Bolivia con Venezuela. Esperemos que podamos profundizar nuestras relaciones y hacerlo más allá de las coyunturas políticas que es algo que le hace mucho daño a la política exterior de cualquier país, deberíamos tener esa capacidad de entender las relacionas más allá de las ideologías y de las coyunturas concretas.

 

G.L.: ¿Cómo vislumbra el futuro político de Bolivia de cara a las elecciones presidenciales de 2014?

A.O.A.: Con algunas dificultades en función a que el árbitro electoral en el país ha sido seriamente cuestionado por su origen, por el procedimiento de su designación, no existen garantías de que se actúe de manera imparcial. Sin embargo es un momento importante que va a movilizar a actores de la sociedad boliviana para que se genere una alternativa al gobierno del presidente Morales que, desde mi punto de vista, tenga dos características: que no se resigne con el presente ni pretenda retornar al pasado, que es algo que no puede suceder y la segunda, que no implique el anti-evismo sino el post-evismo, la posibilidad de construir una opción política que permita avanzar a un país en desarrollo con oportunidades económicas extraordinarias que han sido mal aprovechadas. En países pobres la desigualdad debería ser uno de los problemas que se confronte de manera directa, más allá de los gobiernos o más allá de las coyunturas.

 

G.L.: ¿Cómo ve el futuro de las relaciones entre Venezuela y Bolivia con el triunfo del candidato oficialista Nicolás Maduro?

A.O.A.: Yo diría que hemos conocido el estilo de gobierno del actual presidente que implicaría un marco de continuidad de lo que hizo Chávez quien en un último período impulsó una suerte de declive de las relaciones. Eso no aportaría nada nuevo en el caso concreto porque de alguna manera se han agotado muchas de las iniciativas de ambos gobiernos por los fracasos que han tenido, por la incapacidad para materializarlas, por el sobredimensionamiento de los planteamientos y porque, finalmente, la realidad de Venezuela es muy compleja en términos económicos. Entonces yo no diría que habrían grandes cambios sino un marco de continuidad relativa que es parte de un  proceso en donde se ha perdido mucha iniciativa y donde además ambos países han entrado en una suerte de inercia en sus relaciones y eso no aporta nada.

 

G.L.: Siendo diputado, ¿Qué lo motivo a protestar realizando una huelga de hambre en defensa de los presos políticos?

A.O.A.: En Bolivia ha habido actuaciones de algunos organismos que han sido complacientes al gobierno del presidente Morales y muchas veces cómplices, ese es el caso de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos que es una instancia que ha servido para legitimar muchas de las iniciativas del gobierno y para minimizar denuncias de violaciones a los Derechos Humanos.

 

La medida que se adoptó en el año 2012 tuvo como propósito llamar la atención de la comunidad internacional y de organismos que tienen un mandato concreto como la defensa de los DDHH y que son utilizados para dar por bien hecho una serie de decisiones gubernamentales que van en contra de estos.

 

G.L.: ¿Qué sugerencia da a los políticos venezolanos?

A.O.A.: Cada país tiene sus dinámicas políticas propias, lo importante es que entendamos que el rol de los políticos es fundamental para transformar las sociedades y que no podemos ser testigos mudos de las injusticias, finalmente eso es lo que refuerza el poder de regímenes autoritarios. La primera tarea de los políticos no es ganar elecciones, es cambiar la sociedad, si nos volvemos funcionales a nuestro rol de ganar elecciones perdemos la razón por la cual las personas eligen a sus representantes.