EL NUEVO FASCISMO VENEZOLANO
Por Andrés Abreu
Durante los últimos días, más aún luego del domingo, hemos escuchado en declaraciones de personalidades del gobierno nacional palabras relacionadas con el fascismo, el adjetivo fascista parece haberse instaurado en todos los discursos oficiales. Pero, ¿Qué es el fascismo?, ¿Es correcto el uso del término en la coyuntura actual?
Según el diccionario de la Real Academia Española, el fascismo es un movimiento político y social de carácter totalitario que se produjo en Italia, por iniciativa de Benito Mussolini, después de la Primera Guerra Mundial.
El mismo Benito Mussolini define, en su entrada Doctrina del fascismo perteneciente a la Enciclopedia Italiana de 1932, al fascismo de la siguiente manera:
<<El fascismo es una concepción religiosa en la que un hombre es visto bajo la perspectiva de su relación inmanente con una ley superior y con una voluntad objetiva que trasciende al individuo particular y le eleva a la pertenencia consciente a una sociedad espiritual. Cualquiera que no haya visto en las políticas religiosas del régimen fascista nada más que mero oportunismo, no ha entendido que el fascismo, aparte de ser un sistema de gobierno, es también, y sobre todo, un sistema de pensamiento>>.
Entonces, más allá de un sistema de gobierno, se trata de una forma de pensar que se ve reflejada en la forma de gobernar una sociedad. En los regímenes fascistas prevalece la idea de nación frente a la de individuo.
Una de las características fundamentales del fascismo es el autoritarismo; se trata de un régimen que busca controlar la actuación del individuo en su vida diaria. De igual forma, se busca una identificación de la sociedad con el Estado; una estatización de los aspectos económicos, sociales e ideológicos. La propaganda juega un papel fundamental en estos regímenes, debido a que es la forma en la que se capta de manera psicológica a las masas, muestra de la importancia de la propaganda es la existencia de un cargo dedicado específicamente a este ámbito, el ministro de propaganda.
Se trata, además de un régimen nacionalista, de un régimen eminentemente militarista y además racista en lo que respecta a quienes no comulgan con la idea que predica el Estado.
Defiende también el fanatismo y la obediencia ciega; el liderazgo va más allá de lo racional, se trata de un liderazgo de caudillos. “Creer, obedecer y combatir” fue la consigna de Mussolini, il Duce. Al frente del país se encuentra un líder carismático a quien se le rinde un culto casi religioso y la propaganda se encarga de que su fotografía esté por todos los rincones y se le presenta como el salvador de la patria, el padre de la nación.
De igual forma, otro elemento importante es el odio a la democracia, se trata de un régimen de fuerza en donde un partido único controla todos los elementos del Estado. Se considera a la democracia como el peor de los males, no se comulga con la confrontación de ideas y frente a esto se impone la fuerza de la ideología del Estado de manera violenta.
Con todos estos elementos podemos entonces analizar la realidad venezolana en estos momentos. ¿Quién representa al fascismo en estos momentos?
El oficialismo utiliza incorrectamente el término fascista, parece que se refiere a este únicamente por el elemento violento de sus acciones, sin tomar en cuenta ninguna de las características restantes. ¿Qué significa que los diputados a la Asamblea Nacional que no reconozcan a Nicolás Maduro como presidente de la República no tendrán derecho de palabra? Simplemente es la confrontación violenta a un pensamiento distinto. Ser violento no implica únicamente actuar con la fuerza física, también implica actuar con la fuerza verbal y de manera autoritaria.
Los regímenes fascistas también buscan la continuidad de una tradición y rechazan la introducción de elementos discordantes con esta. En el caso venezolano, antes de la muerte de Hugo Chávez, parecía seguirse (o al menos a nivel del discurso) una tradición bolivariana, la doctrina del Libertador Simón Bolívar. Ahora, luego del fallecimiento del ex presidente, la línea ha cambiado su camino hacia la tradición y la doctrina chavista, presentándolo como el segundo Libertador, el Jesucristo de los pobres y, evidentemente, como el nuevo padre de la patria.
La propaganda oficialista también juega un papel fundamental para este gobierno. Muestra de ello son los afiches, las vallas y las canciones utilizadas en la campaña. Yendo más allá de la campaña, la propaganda representa el único medio para demostrar a la sociedad los logros y las obras del régimen; además de ser la vía mediante la cual se instaura la ideología además de los actos masivos, que también fueron de gran importancia en el fascismo italiano y alemán.
La invitación es a usar correctamente los términos en el discurso, a no confundir totalitarismo con democracia (Como hizo una actriz hace algunos días), y la invitación finalmente es a la sinceridad con nosotros mismos y con el pueblo que es, a fin de cuentas, el gran engañado.
“Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.”
Benito Mussolini “Il Duce”.
Mantengamos la comunicación: @andresabreu
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