UNA «PÉRDIDA» CON SABOR A VICTORIA
Por Luis Edgardo Rodríguez
La oposición ganó en cuatro de los siete estados con más electores
Pasados seis meses de los comicios de octubre, los dos principales frentes políticos del país se midieron nuevamente para optar a la silla presidencial. La diferencia en esta nueva contienda radicó en las figuras representantes de ambos grupos: Nicolás Maduro como heredero político del fallecido Hugo Chávez y Henrique Capriles posicionado como líder de los partidos que conforman la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Tras la muerte caudillo de Sabaneta hubo en el país un sentimiento generalizado de duelo y millones juraron obedecer la última orden del comandante: votar por Nicolás Maduro en caso de tener que asistir nuevamente a las urnas electorales. Con esto, el candidato del PSUV arrancó la contienda un paso adelante y, además, beneficiado por el proselitismo político de los 14 días siguientes a la muerte de Chávez.
Al inicio de la campaña, las encuestadoras del país daban amplios márgenes de ventaja a Maduro que, de acuerdo a Datanalisis y Barclays, para el 18 de marzo contaba con 49,2% de preferencia. El mismo estudio señala que Capriles, con base en una oposición desmoralizada tras las dos perdidas del 2012, inició en 34,8%, 14,4% por debajo.
Sin embargo, la brecha que separaba a ambos candidatos empezó a desvanecerse de forma rápida. Finalizado el estado de luto nacional, los números de Maduro empezaron a bajar y los del opositor a subir de forma acelerada, a pesar de la corta campaña.
Henrique Capriles logró levantar el ánimo en su bando con una oratoria más fuerte a la que empleo como contrincante de Chávez, tratando de aumentar los 6.5 MM obtenidos en las presidenciales de 2012; en cambio, Maduro centró su campaña en la figura del líder revolucionario, queriendo reconquistar los 8 MM de votos que este obtuvo en su última campaña presidencial.
Fue la carencia de carisma y propuestas lo que le costó al candidato oficialista la pérdida de casi un millón de votos. Para Capriles, el cambio del mensaje y del tono de transmisión surtió efecto, a pesar de que varios lo rechazaron en un principio, logrando sumar la mayor parte de los simpatizantes perdidos por Maduro.
En las urnas
A pesar de que muchos esperaban que la participación del 14 de abril fuese por mucho menor al 80,49% del 7 de octubre de 2012, la realidad fue otra: el porcentaje registrado fue de 79,78%, tan solo 0,71% menos. Es decir, sufragó casi la misma cantidad de venezolanos que en las últimas presidenciales, pero esta vez con notables cambios en las opciones a las que apostaron.
El grupo rojo inició su día, como de costumbre, haciendo proselitismo político fuera de los parámetros de tiempo establecidos en la ley y con el claro ventajismo del Estado para movilizar. Sin embargo, la sociedad civil opositora pudo organizarse de mejor forma para hacer frente a la maquinaria oficial. El activismo civil fue lo que marcó la diferencia en los pasados comicios, que terminó evidenciando un país dividido en dos grandes mitades, en el cual el ganador aún no está del todo claro.
El 14 de abril el candidato proclamado ganador fue el que, en realidad, más perdió espacio. En todo el país los números del chavismo bajaron y los de la oposición subieron, Distrito Capital es uno de los mejores ejemplos de estos movimientos: de las 22 parroquias que conforman el municipio Libertador, el oficialismo ganó en 10 de ellas –cuatro menos que en octubre- mientras que la oposición se quedó con 12 parroquias, sumando cuatro a las ocho conquistadas en 2012. A pesar de ello, la tolda roja triunfó en la capital por tres puntos, siete menos que en 2012.
Anzoátegui fue otro estado de cambio impresionante, parece que se hubiesen invertido los electores: en 2012 Chávez obtuvo allí 409.499 votos (51,58%), mientras Capriles se hizo con 378.345 votos (47,65%); el pasado 14 de abril el líder opositor logró derrotar al oficialismo con 424.685 votos (52,45%), frente a los 383.125 sufragios conquistados por Maduro (47,32%).
El estado Barinas también fue ratificado como territorio chavista, pero de menor manera, luego de que la tarjeta de la MUD obtuviera el 53,47% de los votos en la ciudad capital, Barinas, frente al 46,35% de los acumulados por el oficialismo, casi ocho puntos menos que los reunidos por Chávez en su última contienda.
En el 2012 el estado Bolívar respaldó al PSUV y sus aliados con el 53,73% de los votos, mientras que en los pasados comicios el territorio fue recuperado por la oposición que acumuló el 51,83% de preferencia –seis puntos más que en 2012- frente al 47,87% obtenido por Maduro.
Carabobo se sumó al grupo de estados en los que el chavismo tuvo un notable decrecimiento: en octubre de 2012, la ventaja de Chávez frente a los partidos de la unidad fue de 9,61%, pero esta vez su sucesor logró una victoria con apenas 1,27% de diferencia. Estos últimos resultados son cuestionados por el líder opositor regional Vicencio Scarano, alcalde del municipio San Diego, quien afirma que Capriles obtuvo la victoria con 80.000 votos de diferencia.
Los estados Miranda, Lara y Nueva Esparta también fueron recuperados por la oposición, tres victorias en las que Henrique Capriles obtuvo, incluso, más votos que su contendor en octubre pasado.
La oposición acaba de obtener su victoria más grande en los últimos catorce años, consolidando a un líder nacional y conquistando buena parte del electorado que en octubre le rechazó. La MUD se levanta como partido político preferido en tres de los cinco estados que conforman en llamado pasillo electoral -Zulia, Miranda y Lara- mientras que en los otros dos, Carabobo y Distrito Capital, perdió por uno y tres puntos respectivamente.
En un proceso con tantas irregularidades y en el que toda la maquinaria de un Estado actuó a favor de un solo candidato, este triunfo se convierte en orgullo nacional para un sector poblacional que quiere ser escuchado y que ahora está seguro de que no es minoría. Aunque los resultados dados por el CNE dicen que Venezuela está divida en dos grades mitades, está por demostrarse que los victoriosos son aquellos que siguen creciendo de forma abrumadora.
Twitter: @Luisert
lrodriguez@guayoyoenletras.com
Fuentes:
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