NOS GUSTE O NO, TODOS ENVEJECEMOS

Por Nancy Colina

 

envejecer2Una amiga decía que después de los cincuenta las conversaciones se hacen más largas. Nos guste o no, empezamos a olvidar cosas, incluso cuando estamos hablando. Tenemos que usar lentes para leer y empezamos a ver arruguitas por allá y por acá. El consuelo cuando esto nos ocurre es que a todo el mundo le pasa. Podemos decir que el envejecimiento es un señor que aplica la democracia con toda la fuerza de sus derechos y deberes,  aunque de  una manera muy indigna.

 

Las personas que creen que se puede lograr todo lo que se quiere en la vida, deben hacer la observación del casi todo. Evitar envejecer es difícil y hasta ahora imposible. Lo que es factible y muchos lo logran es ir retrasando el envejecimiento. Hacer que ocurra después del tiempo previsto, sin querer decir a qué edad es ese tiempo, para no herir susceptibilidades.

 

Grupos de  investigadores en varios sitios del mundo, estudian con afán la forma de prolongar la vida. Esto sería retrasar lo que vendrá, sólo que tardaremos más tiempo en sentir que llego. Ir devolviendo las agujas del reloj con nuestra conducta y cuidado. Eso se puede lograr con hábitos y fuerza de voluntad, pero sabemos que, por desgracia, muy pocos andan montados en ese autobús.

 

Si algo ha obsesionado al ser humano, es poderle ganar la batalla al envejecimiento. No sólo hay Institutos de gran prestigio en el mundo dedicados a esto, religiones, estilos de vida, sino que se han hecho películas se han escrito libros, se han inventado juegos, pero la historia de Dorian Gray de Oscar Wilde es pura imaginación de su escritor y menos mal que es así porque eso representó hacer pacto con el mismísimo.

 

Sin embargo, hay cosas que se pueden evitar para que la cosa no llegue tan rápido. No fumar ni ingerir alcohol, no tomar sol en horas peligrosas  y en exceso, no estresarse demasiado,  dormir mal. Esto lo podemos evitar con un poco de conciencia, pero hay otras que no. Es difícil, por ejemplo, evitar sentirse mal cuando las cosas andan mal. Me imagino que los venezolanos no estamos precisamente rezagados en el arte de llegar temprano al envejecimiento

 

Por fortuna nos vamos marchitando poco a poco. La chochez  no llega de manera brusca. Son cambios que se van produciendo lentamente en nuestro organismo y que pueden manifestarse más tarde o más temprano, como hemos dicho. Además del cuidado personal y del esfuerzo que hagamos hay otros factores que intervienen, como es la herencia. Hay familias que son milenarias. El bisabuelo muere cuando le da la gana, a los ciento y pico y por ahí siguen los descendientes, pero esto no representa la media de la población

 

El declive de la vida, irremediablemente le llega primero a quienes tienen trabajos que aceleran el tiempo, a quienes por razones ajenas a su voluntad se alimentan mal. Son las víctimas de la pobreza y todo lo que ella conlleva. También son afectados quienes sufren en oficios donde el estrés es un elemento ineludible.

 

Pero el envejecimiento no sólo se manifiesta  porque la piel se marchita. Por dentro también todo se nos va arrugando el cuerpo, por eso las compañías de los seguros sociales cobran más de acuerdo a si tienes más edad, mientras que en el momento de asegurar un vehículo la tarifa baja porque  entre los cambios que se empiezan a notar es ser más cuidadosos y responsables con nuestra vida, quizás porque el tiempo apremia.

 

Esto no es generalizado, pero en promedio, a nivel internacional la esperanza de vida ha aumentado. Esto en otras palabras es que ahora la aparición de enfermedades asociadas a la edad va disminuyendo, pero surgen otras que atacan con fuerza sin discriminación. Todos sabemos cuáles son.

 

Con el envejecimiento aparecen un sin número de males. En esto nuestro cuerpo se parece a los gobiernos. Si se mantienen mucho tiempo en el poder, se  marchitan y como pasa con el cuerpo se llenan de males que finalmente le ocasionan el destino final. Ese del que tampoco nos salvamos y no es que sea pesimista. En un hecho, aunque no sabemos si después de tal viene cual.

 

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Como nadie se quiere poner viejo, las investigaciones para alargar la longevidad no pierden tiempo. De hecho la Organización Mundial para la Salud establece como un hecho que para mediados del siglo XXI el número de personas mayores de 60 años aumentara de 600 millones a 2000 millones, así que los jóvenes se tienen que fajar a trabajar para generar impuestos que van a mantener a los ancianos, como pasa en países como Suecia.

 

Las consecuencias de lograr una mayor longevidad, lo que ya se está viendo, sobre todo en los países con mayor calidad de vida, es que no sólo los cuerpos humanos registran una transformación, sino que al aumentar la población se registran cambios en todas las facetas de la humanidad, a nivel social, psicológico, político, espiritual.

 

En Venezuela, si continuamos en esta situación, con gobiernos tan malos que nos producen tanto estrés desde todo punto de vista, las consecuencias son nefastas. Nuestra salud se ve afectada, la  tranquilidad que se ve desaparece por la violencia y la delincuencia. Lo espiritual ocupa lugares que están tirados en el fondo del baúl porque los problemas económicos saltan a flor de piel.

 

 

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