CARTA PARA QUE ELIJAS TUS CUADROS

Por Gabriela Gómez Almeid

 

(Basado en C.S. Lewis)

 

Querida,

 

cuadrosTe escribo esta carta en respuesta a tu petición de ayuda para escoger un cuadro para tu casa y confirmarte que también recibí las fotos que me mandaste adjuntas de las habitaciones.

 

Al principio pensaba en tan solo decirte que eligieras el que mejor combinara con el color de tus paredes y columnas, o con el juego tan hermoso que tienes de muebles en tu sala de estar. Pero no, me di cuenta de que eso sería muy superficial y recurrí a un libro de C.S. Lewis en el cual nos habla justamente de eso, aquí te explicaré lo que capté de su contenido.

 

En principio Lewis cuenta que cuando era muy pequeño amaba las ilustraciones de los cuentos de Beatrix Potter, estuve revisando y más que todo son animales, conejitos, cosas así, que ahora en su madurez, no se sorprende de que estas le gustaran, tan solo se siente un poco indignado de no haber sabido distinguir entre buenas obras y malas, aunque claro, era tan solo un niño al cual le llamaba la atención ese tipo de cosas, con las que se identificaba. Lewis se sentía fascinado por la mitología noruega que armaba Rackhman es sus composiciones; nos habla de un término: sucedáneo, el cual es bastante preciso para explicar todo esto, pues quizás, y lo más seguro, es que si él hubiese vivido eso que tanto le atraía en las pinturas, lo vería como algo normal y corriente, no como algo propiamente extraordinario.

 

cuadros3

 

 

También se sentía atraído por un paisaje que le gustaría transitar, o la imagen de una mujer que le gustaría que estuviera allí presente, en la realidad. Pero aquí está el error Sami, porque todas estas percepciones son tan subjetivas que se escapa lo primordial de la obra. A ver, primordial sería, en este caso, a lo que el cuadro es en sí mismo, sus colores, sus curvas, su trazado, los claro-oscuros, las sombras, tantas cosas, todo esto por sobre sentirlo como una imagen de nosotros mismos. Yo sé que tú amas, por ejemplo, a los gatos y un cuadro de gatitos te parecerá el mejor cuadro del mundo, pero luego pasará a estar muerto para ti, ya cumplió su función.

 

Una cosa que me pareció muy graciosa fue el hecho de encontrarle cualidades «narrativas» a un cuadro, decir “Mira, esa mujer te mira fijamente y te sigue cuando caminas” o qué mejor comparación que las miles de interpretaciones que existen sobre La Mona Lisa, que si está triste, decepcionada, feliz, que oculta algo, misteriosa. Eso siempre lo hacemos, pero es cierto lo que dice Lewis, vemos muy poco la habilidad del artista, no el cuadro como es en su totalidad. Para estas personas en general que compran un cuadro solo por lo que te transmiten, que lo usan y no los reciben, es como oír en vez que escuchar. No caigas en eso.

 

cuadros2A ver, que esos cuadros no pasen a ser invisibles para ti luego de comprarlos, no, quiero que compres algo que siempre que lo veas sigas sintiendo lo mismo, que más allá de tener un valor simbólico para ti y para tu novio, que lo conozcas. Esta parte me gusto mucho:

 

“Debemos usar nuestros ojos. Debemos mirar y seguir mirando hasta que hayamos visto exactamente lo que tenemos delante. Nos instalamos ante un cuadro para que éste nos haga algo, no para hacer nosotros algo con él.”

 

Espero que esto te haya servido de ayuda, que cuando vaya a tu casa hayas hecho una buena selección. Retomando, al igual que te comenté la otra vez con los libros, con los cuadros también debe existir un encuentro, ya conoces ese término, deja que la obra haga algo en ti y ahí sabrás qué tan indicada es, que sea una experiencia plena para ti, como cuando te sumerges mientras escuchas tu banda favorita, así mismo.

 

Abrazos.

 

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