LA PAZ COBARDE
Por Jorge Flores Riofrio
@FloresRiofrio
Karl Marx, enuncio una frase que sin duda es respaldada por los más importantes cambios de la humanidad: “Las revoluciones son las locomotoras de la historia” ¡Cuán cierta esta afirmación! Cada una de las revoluciones, tuvieron como verdaderos protagonistas, al pueblo alzado que gritó a la misma voz ¡YA BASTA!
En Venezuela la palabra revolución fue “expropiada” por quienes hoy en día son el gobierno nacional, creen que solo por el hecho de hablar del Che Guevara y de tener como gurú político a Fidel Castro, pueden hacerse dueños del futuro venezolano, piensan que por haberse rebelado contra los bipartidistas, pueden cometer los mismos errores fundamentales de AD Y Copei, quienes creían que el pueblo estaba a su merced. Pareciera que pensaran que no pueden encontrarse con una sorpresa que desbalance su sistema viciado.
En medio de todo lo malo, algo hay que reconocer de los actuales mandones de Miraflores, es que en su tiempo fueron “resteados” en la defensa de sus ideales, aún sabiendo el sacrificio y el peligro que corrían, luchando en contra de quienes gobernaban al comienzo de la década de los 90. Algunos de los más fieros defensores del régimen, vivieron en los años 80 persecuciones, se enfrentaron a las balas de los guardias nacionales y a los sablazos de la metropolitana, recibieron señalamiento y perdieron bienes y trabajo, en nombre de lo que ellos creyeron como lo correcto para el país. Esos actos crearon convicciones sólidas, acerca de una Venezuela, con un futuro mejor.
Es algo de admirar la entrega de algunos personajes de la revolución chavista, aunque hay un gran número que son solo unos “enchufados” (como diría Capriles) unos nuevos burgueses que lucran de las ideas de su líder. El hecho es que, enchufados o no, valientes o cobardes, corruptos u honrados, están dirigiendo a nuestro país directo a un precipicio degradante en todas las dimensiones posibles de describir. Lo peor de esta situación es que no se ha visto a la Venezuela alzada contra un gobierno que no está cumpliendo su deber.
El caso de las cárceles y sus “pranes” las largas colas por harina pan y papel higiénico, los altos niveles de inseguridad y la dependencia a las importaciones; son muestras de las ineficiencias del “Chavismo”, pero ¿saben algo?, el pueblo, tu vecino, tu familia, tus compañeros de trabajo, tú y yo, pareciéramos carentes de motivación, para luchar por un mejor país con más oportunidades. Es como que si la falta de decisión de los líderes de la oposición, nos hubiera robado el espíritu combativo, del cual muchos se enorgullecen tener.
Si hubo fraude en el 14 de abril de este año, ¡olvídense!, ya nos robaron, “se nos murió la mosca”. En los días posteriores a las elecciones, pudimos juntos haber defendido nuestro derecho de manera activa en la calle, pero la estrategia del comando Simón Bolívar tuvo un cambio brusco, nuevamente la oposición perdió terreno, por no atreverse a confiar en el mayor poder de cualquier nación: ¡Un pueblo determinado!
¡Es hora de activarnos!
Cuando el 17 de abril, se canceló la marcha hasta la sede del CNE, después de dos días donde la gente, casi de manera espontanea salió a protestar, fue el inicio de una serie de acciones, que fueron poco a poco apagando el espíritu combativo en la calle.
Aunque se diga que no se marchó para evitar muertes, y que no fuera enjuiciado el candidato opositor, el país definitivamente se enfrió por la no acción, se caló la devaluación, las colas kilométricas y la delincuencia desatada.
Creo que el argumento de la defensa a la institucionalidad democrática, no cabe en la realidad venezolana, donde las instituciones no ejercen un verdadero poder autónomo. En este país, donde el estado de derecho es un espejismo, pura niebla, un bonito mito, no existe otra manera para doblegar a unos inquilinos que no quieren irse de Miraflores, que no sea por medio de la lucha en la calle.
Esos primeros días fueron claves, se pudo haber conseguido más, si tan solo hubiésemos sido más firmes. Comprendo el argumento de la oposición para renunciar a la marcha del 17 de abril hacia la sede del CNE. El derramamiento de sangre y los infiltrados violentos, eran un peligro por supuesto, pero ¿Hasta cuándo vamos a aguantar? ¿Cuándo dignificaremos el coro de nuestro himno? “Gloria al bravo pueblo” no puede quedar esa frase en solo palabras, ¡Es hora de la lucha activa! Lucha por un mejor país.
Si el plan de la oposición era desestabilizar el gobierno de Maduro, no lo va a llevar a cabo solo con denuncias y ruedas de prensa, es necesaria la participación de las personas unidas, como un mismo cuerpo, presentes con voz de protesta en la calle, dispuestos al sacrificio por una mejor vida. Si queremos un cambio, los cambios requieren, citando a Wiston Churchill: “Sangre, sudor, esfuerzo y lágrimas”. Aquél Primer Ministro dejó al mundo esa frase, como una promesa para su país, que tuvo que luchar con las uñas contra una fuerza extranjera, que los iba a destruir sin duda. Al final, él y su pueblo vencieron. ¡La determinación tiene sus frutos!
Ser pacíficos, no es lo mismo que ser pasivos, si fuese así, Nelson Mandela nunca hubiese sido presidente, ni Martin Luther King fuese recordado por la historia como un luchador de los derechos civiles. Si ser pacíficos es lo mismo que ser pasivos, la lucha de Mahatma Gandhi no hubiese significado nada, si el silencio y la inactividad son la solución, hoy en día no se hablara de Jesucristo y sobre todo a su movimiento que permanece en el tiempo. Es hora de dejar de hablar con cobardía y conformismo, escondiéndose tras la paz.
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